"-Tienes que ayudarme. Quiero que las personas olviden mi identidad. Todos corren peligro.- Exclamó Peter
-Lo que estás haciendo, es arriesgado. Habrá consecuencias.- Dijo Doctor Strange."
En la vida de Amelia había pocas cosas que la preocupasen; s...
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-Amelia... Peter... - dijo Mephisto extendiendo la mano.
-¿Qué quieres con nosotros?- preguntó el castaño
-Hacer un trato... Descuiden, nos daré algo de privacidad..- Con un movimiento de su mano, congeló a los demás integrantes del equipo.
-¿MJ?- Amelia miró a su amiga que no reaccionaba ante sus palabras, ni a los movimientos de sus manos.- ¿Estas bien?-
-Estará bien, es un simple hechizo. El mismo que puse en los habitantes del planeta..-
-Antes de hacer el trato quiero saber ¿Qué hiciste con Strange?-
-¿Yo? Niña me ofendes. Él está enfrentando un locura de multiversos en la que no tuve nada que ver, justo en estos momentos debe estar hablando con la causante.- sonrió.- Ya pronto presenciaré eso, por lo mientras.. Quiero saber sus condiciones.-
-Primero dinos qué quieres Mephisto.- Expresó Peter.- Si algo me enseñó May es que nunca debes firmar algo sin conocer las letras pequeñas.-
-Que brillante deducción Peter..- Rio.- Bien.. Lo que quiero es que ambos tengan su final feliz. He seguido su historia y se los dije, destinados a encontrarse y nunca tenerse... Amelia, no podías decidir dónde estar y ahora yo te doy una oportunidad. Podrás dejar este universo que ya no tiene nada para ti..-El corazón de la pelirroja comenzó a latir con fuerza.- Se han dicho que se aman. ¿Qué les impide estar juntos?-
-Eso... es imposible.. Somos de diferentes universos.. Tal vez la integridad de la realidad se desprenda por el simple hecho de estar juntos.-
-Pondríamos en peligro a todo el mundo.- Dijo Amelia.- No podríamos..-
-Con todo el poder que tengo disponible a mi alcance, mantener a una persona fuera de su realidad no sería un problema y menos si eres tu Amelia. Nuestros poderes juntos harían cosas fenomenales. –
-Yo...-
-Tal vez deberían hablarlo.- Mephisto sonrió y todo alrededor de ellos se oscureció.
En un abrir y cerrar de ojos estaban en una calle abandonada. Los dos la reconocieron al instante, el lugar donde se dieron su primer beso en el universo de Peter.
La única fuente de iluminación era el alumbrado público, no había personas a su alrededor y a unos metros, podían observar la casa de los Parker.
