NOONA

JUNGKOOK IMNIDA

Me encendí un cigarro mirando por la cristalera de mi habitación hacia las calles de Seoul,tierra que me había acogido los tres últimos años.
Después de muchas vueltas por el mundo, este es el lugar donde más tiempo he estado.
Aunque sola y abrumada por no ser mi país,pero satisfecha porque hago lo que más me gusta.
El humo flota por mis pulmones,como una pluma empujada por una suave brisa de amanecer.
Miro el reflejo de ese chico tirado en mi cama,desnudo,con cara de satisfacción por un trabajo bien echo.
Se remueve en la cama y me mira.

- ¿Quién te dijo que salieras de la cama? - me dijo con voz ronca -

- Coge tus cosas y vete - le dije impasible mientras daba otra calada -

- La fiesta se acabó -

- Creí que seguiríamos toda la noche - me decía mientras se vestía y recogía sus cosas -

- Largate - le respondi sin titubear -

Me miró con desaprobación pero no hizo nada por hacerme cambiar de parecer.

- ¿Nos volveremos a ver? - me pregunto antes de salir por la puerta -

Le dediqué una sonrisa burlona a su reflejo en el cristal y simplemente se marchó sin decir nada.
No estoy para juegos de niños,no es eso lo que quiero.
Mi vida solo me pertenece a mí,no doy explicaciones a nadie ni tampoco las pido.
Soy alguien que no necesita amor,no está echo para mí.
Solo sexo,eso es lo que busco,calor de hombre, es lo único que necesito,y yo, decido quién,cuando y donde.

Termine el pitillo que ardía en mis dedos y me di un baño caliente para quitarme el olor a sexo de aquel joven muchacho.
Era la primera vez que me acostaba con alguien tan joven.
Solo 25 años,demasiado joven para mí, pensé.
Pero su cuerpo escultural y la insistencia de sus besos en mi cuello,pudieron más que mis ganas de follarmelo allí mismo en la discoteca donde coincidimos.
Una buena noche de sexo y alcohol.
Folla bien para ser tan joven.
Un buen culo.
Y una polla insaciable.
Perfecto para esta noche de soledad.
Ni siquiera sé su nombre.
Ni tampoco me importa,no voy a verlo más.

Después del baño relajante me quedé tumbada en la cama pensando en todo lo que había perdido en estos años.
Primero a mis padres en un accidente de tráfico.
Putos conductores borrachos.
Nos dejaron a mi hermana y a mí.
Solas con mis abuelos.
Diez años.
Demasiado pequeña para saber lo que es la muerte.
Demasiado inocente para crecer sin madre.
Después mi hermana.
La muy imbécil se suicidó por un chico cuando era joven e inmadura.
En lo mejor de su vida,en su edad adolescente,cuando tenía toda la vida por delante,tan bella y pura.
La muy estúpida.
¡Dios como la echo de menos!
Después mis abuelos,mientras yo estaba de viaje en Dubai,drogandome.
Ni siquiera pude despedirme de ellos.
Que dejase las drogas no me los devolvió.
Me quede sola después de aquello.
Solo me quedaban mis abuelos maternos aquí en Seoul.
No los veía desde que fallecieron mis padres.
Desde aquel sepelio que nunca entendí.
Demasiado mayores y desgastados por vivir una vida afrontando la muerte de su única y querida hija.
Demasiado cansados para lidiar conmigo.
Al fin y al cabo no les pedí nada.
Solo que no se murieran.

El sueño me venció.

Me despierto sin saber muy bien donde estoy aún.
Tanto tiempo viajando.
Tantas habitaciones de hotel.
Tantas camas desconocidas.
Aún no me acostumbro a despertarme en este apartamento y ya han pasado tres años desde que estoy aquí.
Me di un baño caliente,dejando que el agua resbalase por mi piel a cámara lenta.
Como un fiel retrato de mi vida.
Después de un pitillo y un café la mañana se ve distinta por la ventana.
Más tranquila.
Más...sin miedo.
Busco en mi armario algo que ponerme,traje Gucci negro.
Perfecto para mi reunión con Bang PD.
Hoy me convierto en la accionista mayoritaria de BigHit.
Algo que he estado esperando hace tiempo y que por fin conseguí.
No ha sido fácil.
Pero nada de mí vida lo es y aquí sigo.
Unos manolos de aguja,me encanta como estilizan mis piernas,me siento poderosa con ellos.
Sonó el telefonillo mientras me miraba en el espejo.