A la sombra del Sol.

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  A Bruces en ese momento le valía madres si otro alfa tocaba sus caderas, si un buen semental le manosea  y se restregaba contra su cuerpo, si alguien más lo besaba o aspiraba el aroma de sus cabellos, después de mucho tiempo era lo que había estado buscando. Fuera mujer o hombre, no importaba, beta alfa o Omega, nunca antes había importado, ¿ Por qué ahora?.

Eran las 4:20am cuando regresaba descanso por las calles de Ghotam, Dios sabe que no deseaba llegar a su casa, ni que sus cachorros vieran el estado de su madre, ebrio y desaliñado apestando a otros. Una vergüenza total. Pero que importaba, su alfa nunca iba a prestar atención, nunca lo habia hecho realmente. Sería que él también hacia lo mismo, pero ¡valla que se cuidaba bien! Pues su Olfato de Omega nunca detectó en él ese olor a arándanos a las esencia de Lois olía. Deseaba llegar y gritarle a Clark en plan de " esposa celosa" pero no sé rebajaría, si ese tipo quería jugar que lo hiciera, ya no deseaba seguir sufriendo por aquel hombre.

Cuando estuvo dentro de los jardines de su mansión decidió entrar por la puerta de la segunda cocina, por si alguno de sus  cachorros se había levantado a tomar agua o algo, no lo viera de aquella manera. Cómo los amaba, pero no los iba arrastrar los  a ver a su madre  doblegarse  y morir de dolor por el abandono que sentía en su interior. Tiro su saco y zapatos tras la puerta de la cocina justo cerca del césped. Luego entro a la cosina y diviso a Alfred en medio de está, lo observó por un momento, este en cambio tenía una mirada reprobatoria de su persona, pues no sé veía nada bien con su camisa desabatonada  manchada de labiales chupones en el cuello y los pantalones desordenados y arrugados.

Se dispuso a lavarse las manos en el fregadero.

- Espero que mi amo Bruces no haya hecho algo de lo que deba arepentirse - Alfred le insinuó al ver sus fachas.
Bruces suspira pesado, y enojado por aquello, solo frunció su seño secándose las manos con una toalla.

- No te preocupes Alfred, el dominio de Clark sobre mi, ni siquiera dejo que pudieran tocarme el cabello de la manera en que se hace, lo chupones fueron una suerte de alfa que pude resistir. - se volvió para ir al bar - Maldita sea que todos me dieron asco, no odia estar en aquel lugar, vomit más de lo que nunca lo había hecho en mi vida. - se lamento, tomo una botella de tequila, si algo quería era morirse por ese fracaso de la noche.

Alfred no se iba y le dejaba solo.

- Antes de las 8 estaré listo, mis cachorros no me verán así - le dijo con la esperanza de que se fuera, tomo de su copa y se volvió a servir, otro trago más.

- Amo Bruces, no habla de los cachorros. -  los músculos de su cuerpo se tensaron y aprecio una estatua, no quería escuchar eso de Alfred, menos cuando el sabía sobre todo lo que había sucedido. - Al amo Clark, puede no agradarle su estado.

- ¿A Clark?, Ja!, A Clark le importa una mierda si estoy vivo o muerto... - volvió a beber de su copa, se sentía tan sínico, tantas sonrisas falsas tanta soledad, tanta mierda en su vida.

- Señor, el amo no se merece esto de su parte... - su respuesta fue interrumpida por  las pequeña copa que fue estallada contra la pared.

-  Me divorcio, no lo escuchaste!- dijo volviendo a ver al mayordomo - Ah!, No!, No, no, no, no!, Cierto es noticia de esta madrugada, aún no la han publicado en las malditas revistas!..- barrio con el brazo una gran colección de platos de porcelana que terminaron estallados en el piso.

- Me gustaría que cuando termine su pequeño berrinche....-  Bruces comenzó a lanzar todo cuánto tuviera en mano contra paredes piso o vidrios de las ventanas o espejos. - venga a desayunar a el comedor. - pidió amablemente antes de perderse por la puesta que daba a los pasillos de la casa.

Un Hombre DormidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora