Un Hombre Dormido

Siempre estuviste dormiendo

Hace 6 años y medio.

Los sueño. Lo sueños lo atormentaban, no quería más de ellos por las noches, sus ojos suplicaban cansados de estar despiertos, que les dejara descansar, pero ese Batman no lo hacía, era mejor que vieran más avances en la búsqueda de la justicia, a qué durmieran tan solo 1 o 2 horas y medias por la madrugada o las tardes en la mansión, a veces llegaba a pensar que sí lograba traer la paz absoluta a Ghotam, encontraría su paz propia, para poder dormir como si de un ángel se tratará, pasando su tranquila vida en una nube.

Eso no existía. No en su vida.

Menos siendo el Omega más codiciado del mundo, como Bruces Wayne tenía ese problema, y como Batman el de pulgar las calles de su ciudad. Pero al final, el que mas le atormentaba era no poder llevar tranquilo una siesta.

Las pesadillas gobernaban sus pensamientos al caer siempre en la inconsciencia. Alfred no habia logrado hacer que estos desaparecieran nunca, por mas aroma-terpia que le hubiera colocado, nunca había un cambio. Era muy difícil sacarse de la cabeza las muertes que sus enemigos diseñaban exclusivamente para él, cuerpos desmembrados, de humanos y animales ligados por doquiera. Degollaban, asfixiaban y mataban a cualquier inocente, fuera Omega o alfa, niño o adulto. Todo era para él, el Guason se encargaba de otorgarle siempre la culpa.

Deseaba poder desaparecer los a todos. Solo que no podía, no era un asesino, era un justiciero, eso no iba con él.

Así que regresaba a pensar en la realidad de sus días, cuando debía ser Bruces Wayne, ir a la empresa a los eventos de caridad, a pavoniarse de ser quien era, poseedor de una millonada, de la que nadien tenía puta idea para que usaba, solo que existía. Así también existía quienes no perdían el tiempo de atormentar a su persona por su casta. Bruces Wayne solo vivía la vida y les daba la razón a eso malditos alfas que se reina de los omegas, diciéndo que sus grandes traceros solo servían para satisfacer a su alfa y del resto eran puros niños de casa, para más nada, solo servir y obedecer. Bruces se cabreaba, aunque la avanzada por los derechos de omegas ya casi era igual a la de los alfas en la sociedad, aún existían esas escorias que preferían humillar cuando tuvieran oportunidad alguna.

Claro estaba que cuando Batman los allana solos, quedaba satisfecho al saberse totalmente capas de hacer comer asfalto a cada uno de ellos. Un Omega podría lograr lo que fuera, hasta dominar al maldito mundo si se lo proponía. Y no le importaba, ni le importaría más.

De cualquier forma, siendo él un Omega o no, no dependía siquiera de eso, gracias a su avanzada como empresa, habían logrado hallar una droga muy fuerte que lo ponía en estado de invernacion cuando su celo llegaba, así que no estaba conciente de si en esos momentos, encerrado en su fortaleza siendo siempre cuidado por Alfred en sus fiebres, sin siquiera sentir nada en absoluto. Todo siempre había funcionado bien hasta un día, un único día.

Muy lejos de la baticueva. Muy lejos de Ghotam, muy lejos de metrópolis muy lejos de su lugar. El jet molido, sin comando de emergencia, ni un bendito control o teléfono, nada. En tan solo una isla llena de ríos y cuevas, árboles grandes, pura naturaleza llena de animales que dariam miedo a cualquier persona. No a Batman, a este tan solo lo pondrían alertar, pero en ese momento el vello de au cuerpo se erizaba en señal de peligro, y era por el gruñido de su único depredador cerca, el único que deseaba comérselo en ese momento.

Irónico!, Había pensado que ese sería su escape de aquella isla y por ello lo llamo, no había pensado en los pro de aquello porque según él. Súperman era un beta de clase media. ¡ Pero que astuta idea no?!.

- O-o-oye...- pudo pronunciar, se suponía que no debía dejarse leve tan rápido, el celo había acabado de comenzar y ya el alfa le gruñía a sabiendas que él Omega intetntaria escapar. El súper hombre trajo si consciencia de vuelta, escuché a Bruces era como el canto de la sirenas lo llamaba.