Cap11: El Final de un Combate, el Inicio de Otro

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Un guantelete carmesí se estrelló en el sonriente rostro de Lancer con una potencia brutal, generando una poderosa corriente de viento que levantó grandes cantidades de polvo, empujándolas hasta que chocaron con las paredes del lugar. El cuerpo del guerrero salió disparado como un misil en el aire, donde giró sobre su eje, para destrozar la pared sobre la puerta de entrada.

Ante el aterrizaje del servant, el concreto se destrozó con extrema facilidad, y la lanza giró entre sus manos mientras que se disparaba a sí mismo hacia el suelo. Aterrizando y destrozando el mismo con su lanza en mano, sin mostrarse molesto por su nariz destrozada o la sangre que cubría su rostro, con la única atención de acomodar su nariz para respirar adecuadamente.

"BIEN BERSERKER! ERES BUENO, ESTE SI QUE ES UN BUEN COMBATE!"
El hombre gritó alegremente. No podía esconder su amplia sonrisa y apenas si podía evitar que la risa escapase de él.

Del otro lado de la sala, el oponente del servant se encontraba jadeando. Por debajo de la armadura, el rostro de Berserker estaba ligeramente pálido, con sus ojos abiertos ampliamente. Llevó su única mano a su pecho, posándola donde la lanza impactó, y sintió su armadura repararse lentamente. Un escalofrío recorrió su espalda.

"Demonios... Pensé que había debilitado ese golpe..."
El servant con la armadura carmesí comentó, mientras que dirigía su mirada hacia Lancer al otro lado de la sala. En respuesta, recibió una sonrisa confiada de parte del hombre, mientras que éste alzaba su lanza y apuntaba con su filo hacia Berserker.

"Te dije que tendría tu corazón, pero, apenas pude rozarlo. Buena armadura la que tienes ahí."
Escuchó la respuesta del servant y, debajo de su armadura, sonrió con cierto nerviosismo. Una vez su armadura estuvo en buen estado, alzó su único brazo, retomando nuevamente la guardia que antes tenía y flexionando levemente sus piernas.

"Dios, diría que eso casi parece trampa pero tampoco es que mis habilidades sean muy justas."
Berserker comentó con cierta diversión amargada en su voz, y, como si hubiese sido un acuerdo que ambos servants habían establecido al inicio de su pequeña conversación, los dos desaparecieron en borrones de velocidad que destrozaron el suelo donde antes estaban de pie, abalanzándose el uno sobre el otro para retomar su combate.

El ruido chirriante del metal chocando con el metal resonó por toda la sala cuando la lanza carmesí fue empujada por el guantelete de Berserker, sin embargo, esto no frenó los ataques de Lancer.

La lanza giró entre los dedos de su portador, lanzando un tajo ascendente cuando Lancer tiró su brazo hacia atrás. Tajo que fue recibido por Berserker con una patada que hizo la lanza retroceder, sin embargo, esto sólo causó que Lancer dejase a la lanza girar, guiándola para dejar caer una estocada descendente sobre el cuello de Berserker. Estocada que fue desviada por otro golpe hacia el lado derecho del cuerpo del servant, causando que sólo rasgase superficialmente la armadura en su hombro derecho.

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Luego Lancer tuvo que retraer su arma y sostenerla con ambos brazos tan rápido como pudo, frenando un golpe de revés de Berserker que le hizo sentir sus brazos temblar por el impacto y el suelo a sus pies agrietarse por la potencia del servant. Sin embargo tampoco se detuvo ahí.

Arqueando su torso hacia atrás mientras que llevaba su lanza consigo, el servant esquivó una patada que pasó a escasos centímetros de su estómago como un borrón carmesí, casi tocando su cuerpo. Luego, tuvo que girar su lanza y sostenerla a uno de sus costados, sintiendo una vez más sus brazos temblar y el suelo agrietarse mientras sus pies se hundían en el concreto, cuando Berserker apareció a su lado, estampando una segunda patada contra su arma.

Entonces, Lancer giró su lanza con todas sus fuerzas, desviando la patada y empujando a Berserker enfrente suya, para que su patada clavase su pie en el suelo.

El Emperador Dragón Carmesí y la Homúnculo de Cabello BlancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora