Cap0: La Invocación y Primeras Impresiones...

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El rocoso suelo se agrietó ante la oleada masiva de poder bruto que emanó ante la repentina invocación. La luz rojiza que envolvía todo el lugar impedía ver con claridad lo que ocurría, y sólo se podía escuchar un fuerte zumbido retumbar con potencia mientras que el suelo y las paredes seguían agrietándose y destrozándose por el exceso de poder que aquella invocación había generado.

La escena se mantuvo por unos segundos, hasta que, finalmente, el poder dejó de brotar. Como si alguien apagase una linterna, de un momento a otro, la luz rojiza que brotaba desde el centro de la habitación se apagó, desapareciendo por completo, y dejando que la dorada luz del sol bañase el lugar.

El suelo era rocoso y se encontraba completamente agrietado y destrozado. Parecían haber restos de un grabado rojizo en él, sin embargo, el grabado fue completamente destrozado, al igual que los pocos muebles, si es que a lo que antes eran rocas corroídas por el paso del tiempo se les podía llamar muebles siquiera, que estaban en la habitación.

Lo único allí que parecían fuera de lugar eran dos figuras. La primera de las dos era la de una niña pequeña. Su cuerpo delgado estaba cubierto por una túnica blanca manchada con tierra y mugre, misma que había alcanzado incluso a su cabello, tan blanco como su pequeña túnica. La pequeña estaba en ese momento jadeando agitada, mientras que se apoyaba de  una roca cercana a ella, que probablemente en un pasado fue una mesa, aunque ahora, corroída por el paso del tiempo y destrozada por el poder de la invocación, no era ni una sombra de lo que una vez fue.

La otra figura destacaba bastante más. Un adolescente de aspecto joven, con cabello castaño y ojos dorados, se encontraba de pie en el centro exacto de toda la destrucción ocasionada en aquella habitación, como si la misma surgiese de él. El chico en cuestión vestía una camisa blanca abierta, dejando ver una remera rojiza debajo, ambas de mangas cortas. Sus pantalones eran oscuros y llevaba un par de zapatillas. Su cuerpo parecía delgado, y en general parecía un chico completamente normal.

Mientras que la pequeña a pocos metros del chico estaba jadeando e intentaba recuperar el aliento, la mirada del mismo se movió de forma lenta. Sus ojos recorrieron y analizaron el lugar a su alrededor, hasta que, finalmente, se posaron sobre la pequeña frente a él. El chico separó lentamente sus labios, mientras que daba un paso hacia atrás, tambaleándose ligeramente al hacerlo.

"N-no me digas qu-que... Tu.... Tu eres... Mi master?"
La voz del chico sonó de forma temblorosa y nerviosa. Su expresión poco hacía por esconder el miedo en su interior el cuál lo carcomía, y su cuerpo entero temblaba.

La pequeña de cabello blanquecino, poniéndose de pie, miró confundida al chico que le habló y la miraba con terror. Alzando una ceja, la pequeña bajó su mirada hasta su mano, en cuya palma pudo ver lo que parecía ser un tatuaje carmesí formado, el cuál tenía la forma de una cabeza de dragón con dos cuernos que salían de su parte superior.

Una vez más, la pequeña tuvo cierta curiosidad ante la forma del tatuaje en su mano, sin embargo, no tardó en sonreír de forma alegre, mientras que alzaba su mano, enseñando aquel tatuaje al chico.

"Así es! Soy Illyasviel von Einzbern, y soy tu master! Espero que poda-"
La pequeña habló con un tono alegre, presentándose a sí misma con una amplia sonrisa, sin embargo, fue interrumpida por un repentino grito que inundó la habitación.

Aquel desgarrador y desolado grito de desesperación salió ni más ni menos que del propio chico de cabello castaño, el cuál cayó de rodillas. Golpeando el suelo tras haber caído, el mismo se agrietó y destrozó incluso más de lo que ya estaba ante la fuerza del chico, el cuál seguía dejando que el grito escapase de entre sus labios, mientras su cuerpo entero temblaba.

"POOOOOOOOOOOOOOOOOOOORRRRRRRRRRRRRRRQUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE?! PORQUÉ NO ME PUDO INVOCAR UNA SEXY ONEE-SAN O UNA SUCULENTA MILF?! PORQUÉ ME INVOCÓ UNA TABLA DE METRO TREINTA?!"
El chico de cabello castaño gritó con todas sus fuerzas. El grito retumbó por toda la habitación con potencia, mientras que él seguía golpeando el suelo una y otra vez, destrozándolo más y más, llegando incluso a hacer que el edificio a medio destrozar temblase ligeramente ante los golpes que daba constantemente el chico.

La pequeña, cuyo nombre fue revelado como Illyasviel, sintió el temblar del edificio y el suelo agrietarse bajo sus pies, sin embargo, no pudo reaccionar... Simplemente, no sabía cómo hacerlo. Su mirada estaba fija en el chico de cabello castaño frente a ella, quien gritaba y golpeaba el suelo con todas sus fuerzas.

Las acciones del chico que no podían ser descritas como nada más que un berrinche infantil se detuvieron en seco cuando una piedra de un tamaño considerable cayó del techo, golpeando su cabeza y haciendo que la misma se sacudiese levemente. En ese momento, el chico sintió un escalofrío recorrer su espalda.

Alzando su mirada, el chico de cabello castaño pudo ver cómo la pequeña Illyasviel, quien lo había invocado y era su Master según sus propias palabras, lo miraba como si fuese una existencia inferior a una rata. Como si fuese un completo desconocido, que en parte lo era, pero... Ella era su Máster! No debería mirarlo así!

"N-no me mires a-así..."
El chico, con apenas un hilo de voz, pidió aquello de forma temblorosa y nerviosa, mientras que se sentía pequeño ante cómo su Master lo miraba. No era una sensación que le fuese ajena, sin embargo, eso no quería decir que el chico se sintiese bien ante ese tipo de miradas, y, sabiendo que debería convivir con ella bastante tiempo en un futuro cercano, se asustó bastante por dentro.

La pequeña Illyasviel no dijo palabra alguna, y se limitó a mantenerse en silencio, contemplando al chico de cabello castaño frente a ella. El chico en cuestión siguió temblando y sintiéndose más pequeño e insignificante ante aquella mirada, incapaz de hacer o decir nada.

Unos segundos en aquel incómodo silencio se mantuvieron, hasta que, finalmente, fue la Master quien decidió romper el hielo.

"Eres mi Servant?"
A diferencia del alegre tono de antes, la voz de la pequeña en ese momento salió en un tono casi gélido que hizo temblar al chico de cabello castaño, el cuál sintió que una flecha acababa de atravesar su pecho ante el trato frío, y sintió que una segunda fleca se clavó al imaginarse que era por su comentario, tras lo cuál sintió el remate de una tercera flecha al imaginarse que ahora su Master lo veía como un pervertido... Aunque no es que él hiciese mucho por esconderlo, era consciente de que la gente lo odiaba por eso.

El chico de cabello castaño sintió su cuerpo tambalearse, antes de caer al suelo, golpeando el mismo con su rostro mientras que se arrodillaba, pareciendo suplicar perdón.

"S-si... Soy Hyoudou Issei, Servant de clase Berserker... Puedes llamarme Ise o Berserker, como prefieras Master..."
La voz del joven de cabello castaño, ahora conocido como Issei, salió de entre sus labios. Su tono sonaba claramente arrepentido y lastimado, y su figura parecía hacerse más pequeña en el suelo ante la mirada que su Master le estaba dirigiendo.

"Entiendo Berserker... No reconozco tu nombre, así que tendrás que contarme tu leyenda mientras volvemos."
Finalmente, aquellas fueron las últimas palabras que la pequeña dirigió al chico de cabello castaño, quien, aún manteniendo su cabeza pegada al suelo, se las arregló para asentir y emitir un ruido de que comprendía. Tras aquello, se puso lentamente de pie, para poder seguir a la pequeña, quien salía fuera de la habitación, siendo seguida de cerca por el chico de cabello castaño.

El Emperador Dragón Carmesí y la Homúnculo de Cabello BlancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora