La Conversión de La Bestia (+18) En Edición Y Corrección

HABIA ALGUIEN LLAMADO JARED parte 2

Renata

Como las personas pueden cambiar, o simplemente no vemos los demonios que los tienen bien escondidos.

Miles de cosas pasan por mi mente. Trato de memorizar el camino por que en el fondo de mi alma se que volveré.

-Estas hermosa pequeña- susurra acercando sus labios a mi mejilla.

Me muero por dentro, pero por fuera soy un tempano de hielo .

Suspira cuando suena su teléfono y lo hace alejarse de mi, agradezco a Dios por ese pequeño suspiro.

......QUE CARAJO , tengo a la mujer ...... cumple tu parte del trato quiero a mi MUJER ...... corta su teléfono.

Veo como suspira y se estira de sus cabellos. Y en minutos se gira con una sonrisa depredadora.

Una mascara que tapa su maldad.

Me inquieto al sentir sus dedos en mis cabellos – Eres exquisita, una joya lastimosamente no podemos elegir a quien amar –suspira soltando mis cabellos y recostándose en el asiento.

Otra persona pensaría que somos viejos amigos sentados contándonos nuestro día a día.

Pero muy lejos de la verdad.

Me tranquilizo al darme cuenta que no tiene ningún pensamiento sexual es mas pareciera como si esa llamada lo transporto a otra dimensión una donde sus pensamientos no están protagonizados por mi

Esto me da esperanza, puedo ser una ingenua pero es preferible eso a caer en el pesimismo.

Si algo me enseñaron los jinetes del diablo es a atacar cuando tienes la oportunidad.

Y que mejor momento que este .

Sostengo con fuerza el cuchillo y con el dolor de mi alma, para poner fin a uno de los hombres que marco un antes y después de mi vida.

Me giro sabiendo que solo tendré una oportunidad, y que no puedo desaprovechar.

Giro y aprieto el cuchillo con tanta fuerza que puedo sentir mi sangre escurriéndose por mis dedos .

Y todo ocurre en cámara lenta, me acerco y como si se diera cuenta abre sus ojos, quizás estos hombres crueles trabajan con espíritus que les guían hasta con los ojos cerrados

Tomo impulso, escucho el MIERDA ......

Al instante siento un impacto, en minutos estoy en el techo del vehículo girando y girando.

En esos segundos lo único en lo que puedes pensar es en lo que te olvidaste de decir a los que amas, los abrazos que no diste y las palabras que dijiste con la intención de lastimar.

El auto deja de girar el sonido del metal en el asfalto, la lluvia de vidrios cayendo, y la bocina cantando en la noche.

Entre el dolor y la oscuridad solo puedo pensar en salir de aquí

Comienzo a gatear buscando una salida. Escucho el sonido de respiraciones pesadas.

Dios escucho mis oraciones.

Intento salir por la ventana rota cuando una mano me toma de los brazos, sacándome sin ninguna delicadeza.

Me giro y veo como unos tacones rojos pisan la mano del chofer como si fuera cigarrillo descartados .

Su grito corta la noche.

El hombre que me tiene cogida me suelta, con la poca energía que me queda me alejo del vehículo.

Unas manos suaves me ayudan a enderezarme, veo a la hermosa mujer vestida de Rojo

-¿Estas bien? – dice con una vos que estoy segura encanta bestias