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El pelirrojo solo envolvió en una manta el cuerpecito del castaño, este temblaba y su nariz empezaba a ponerse más roja.

Sus labios eran morados por el abrazador frío. Cargó al castaño hasta donde se encontraban sus amigos, ellos aún así quieran ir, debía estar a una distancia conciderable de dónde fue la pelea. Estaban en la manada de esa zona.

- Andrés! - exclamó May al ver al castaño en los brazos del pelirrojo.

- tranquilo, está bien... Solo necesita descansar - lo llevó hasta la carpa de los magos.

Entró con el castaño en sus brazos, sus ojos estaban apenas abiertos, su pulso algo débil, pero con una sonrisa en sus labios.

- A-ari - susurró el menor, con la poca fuerza que tenía fué guiando si mano hasta llegar a la mejilla de este.

- si? - preguntó sosteniendo la mano del menor contra su mejilla con su mano.

- t-te tengo q-que decir a-algo - pidió con debilidad en su voz.

- luego, ahora necesito que estés bien. Si? - contestó colocando la mano de el castaño en su pecho.

El castaño podía sentir como este palpitaba, de alguna forma era relajante.

- Ari, debes salir, yo lo revisaré - pidió una de los magos.

- está bien

El pelirrojo salió, la sonrisa del castaño se desvaneció al ver cómo se iba, la chica empezó a buscar las heridas para tratarlas. La mayoría se quedaron con la cicatriz. Mientras que solo la de las mordidas estaban abiertas. Su magia no podía curarlo.

Necesitaban a un vampiro con la capacidad de cerrar una herida. Tenía al vampiro perfecto.

- Ari!! - gritó la albina

- mande

- necesitamos tu ayuda para poder sanar a Andrés

Esa frase lo preocupó, si le pasaba algo peor podría llegar a morir, y eso es lo menos quería.

- que pasa? Está bien? - preguntó el pelirrojo intentando ocultar su gran preocupación, lo logró apenas.

- ósea... Las heridas formadas por raspones y cortaduras ya están cicatrizadas. Pero, las heridas de los colmillos y los arañazos en su piel no sanan con mi magia. Son heridas dadas por un la acción pura de un vampiro.

- y que tengo que hacer? - preguntó, la albina solo bajó la mirada.

- tu tienes la habilidad de controlar la sangre, pero en este caso los vampiros en sus colmillos tiene una especie de curación instantánea, tendrás que depositar esa sustancia e irla moviendo con tu don solo por las heridas, si dejas la sustancia en su cuerpo morirá (ya que su sangre no es compatible), tienes exactamente 15 minutos para que eso no pase.

- e-está bien - tartamudeo, entró a la carpa, ahí estaba el castaño cerrado los ojos.

- Sparta - lo llamó con un tono dulce, el castaño abrió un ojo y lo miró, sonrió y pronto sintió un beso en sus labios.

- Raptor... Cómo estás? - preguntó un poco débil, al pelirrojo le rompía el corazón ver aquella escena.

- no muy bien, tu estás muy mal... No puedo estar tranquilo - tomó la mano del castaño y la besó.

- es estoy mejor, casi todas mis heridas están curadas. Solo quedan algunas - sonrió débilmente.

- sobre eso... Las heridas que ellos te provocaron por su propia mano no desaparecerán... Y-y- - el castaño interrumpió su tristeza.

- tranquilo, encontraremos una alternativa... Sea cuál sea - sonrió radiantemente

- si hay una forma... - musitó muy bajo, el castaño amplió su sonrisa.

- pues que estamos esperando - se iba a levantar, pero el poder del pelirrojo lo hizo no moverse.

- no es tan simple... Solo lo puedo hacer yo...

- y? Que es más importante que mi salud? - preguntó un tanto molesto.

- pues... Es complicado. Básicamente tendría que... Morderte - bajó la mirada.

El castaño se quedó mudo, como? Por que? Solo recordar el desgarrante dolor que sintió cuando ese bastardo lo mordió.

Pero puede que sea por los sentimientos o por la persona.

- hazlo - habló fuerte y claro.

- que? - pensó que escuchó mal.

- házlo, si es lo que se necesita para que esté contigo, no me importa el costo. Con tal de que estemos vivos ambos - volvió a intentar levantar su torso. Ahora con la ayuda del pelirrojo.

- está bien... Pero primero debo aprender a controlar mi sed. Puede que lo logre cuando está a mi lado o algo por el estilo. Pero tenerla a mi disposición... Me da miedo... No quiero ser el causante de tu muerte - es escondió en el pecho del castaño. Mientras esté acariciaba ciertos cabellos rojos.

- puedes intentar hacer una prueba - sugirió.

- puede ser buena idea, espera aquí - salió dejando con delicadeza al castaño en la cama.

El pelirrojo salió de la carpa buscando a cierta azabache con ojos rubí. Miraba a la nada y contaba pétalos.

- Álex - nombró a la chica, está ni se volteó.

- que pasa? - preguntó con una voz suave

- tienes sangre en bolsas? - preguntó.

- si... Ari - llamó por su nombre.

- mmm?

- alguna... Alguna vez pensaste que era mejor no cambiar? No tener que elegir si matar personas o matar animales. Poder vivir como un humano, no como una bestia que debe controlar su sed - lo dijo de una forma triste.

- la verdad... Si, desearía ser hasta uno de esos pulgosos, protegería a Andrés y no pasaría nada con mi alimentación - bajó la mirada

- yo... Solo quiero ser humana, vivir algo que hace muchos años se me fué arrebatado - se levantó y con su magia hizo aparecer esa sustancia carmesí.

- gracias

El pelirrojo solo se fué de ahí, dejando a la azabache con una ligera sonrisa.

- ese deseo ser hará realidad...

Mientras que en la carpa de emergencia el castaño claro seguía algo débil, pero mejor que hasta hace unas horas.

En pelirrojo entró con la bolsa en sus manos, se le hacía difícil estar tan cerca de es sustancia que en un momento la dejó y salió de la carpa, lo hizo demasiado rápido.

- Ari? - preguntó al aire la albina, miró la bolsa roja y dió la mismo reacción.

- difícil he? - preguntó dando una risa.

- cállate, que tú también tuviste la misma reacción - contraatacó.

- si, pero- bien, me callo

- te recomiendo que ya entres, mientras más tiempo te demores en ayudarlo, más dolor tendrá. - aconsejó con una mirada fija en el pelinegro que se encontraba descansando.

- esto me va a dolor más a mi que a él - entró dejando a la albina afuera

Unos minutos antes el castaño estaban con los ojos cerrados pensando. Si no fuera casi un humano, no sería tan vulnerable. Y si era un vampiro como su amado?

Podrían vivir una vida de ensueño, hasta tal vez podrían adoptar un niño y al cumplir una edad estable y sin riesgo convertirlo.

Continuara...

Fecha de actualización: 14/02/2022
Próxima actualización: 18/02/2022

1111 palabras

~𝐿𝑢𝑛𝑎 𝑟𝑜𝑗𝑎 - 𝑆𝑝𝑎𝑟𝑡𝑜𝑟~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora