Cuando Dos Mundos Se Alinean (Novela Cristiana)

Capítulo 4

Mi madre, Katherine y yo íbamos saliendo de la secundaria, nadie decía nada, solo vi que iban muy serias.
Nos desviamos hacia el parque que estaba cerca de ahí, eso me sorprendió, cuando llegamos nos sentamos en una de las bancas, mi madre me miró y yo sentí la necesidad de explicarle todo.

—Mamá, escúchame por favor, yo no lo...—

—Lo sé, mi vida, sé que tú no lo hiciste—Me interrumpió.

—¿Eh?, entonces... ¿Por qué están tan serias conmigo— Pregunté extrañada.

—Tenía que mantener mi compostura como madre, le dije a Katherine que también debía mostrar seriedad— Explicó

Yo di un respiro de alivio, gracias a Dios, creí que mi madre iba a regañarme día y noche por este asunto, ella tomó mi mano y continuó hablando.

—Sé que no lo hiciste, mi niña, yo no te eduqué así, a ninguna de las dos, por eso me sorprendió mucho que la directora Rutherford me llamara al trabajo para decirme algo así, pero... Quiero que me digas toda la verdad, ¿Cómo te involucraste con ese muchacho?—

Dirigí mi mirada hacia Katherine, sé lo que iba a decir.

—Creo que ahora sí debes decirle todo a mamá, Kristel—

Yo suspiré pesadamente, sabía que tenía contarle todo, sin omitir nada esta vez.

—Es que... Este chico Andy es nuevo y entró ayer a clases, cuando estábamos en la clase de matemáticas, le pedí amablemente que se moviera un poco para poder ver el pizarrón, pero él no quiso, la profesora Vivian lo regañó en frente de todos... Y todo esto pasó hoy en las clases de Educación Física, mientras él rayaba la pared yo llegué a decirle que no lo hiciera porque lo iban a castigar, él me inculpó con la directora y ahora, cuando estábamos en el aula de detención, me dijo que hizo esto para vengarse de mí por lo de ayer— Expliqué.

Mi madre asentía suavemente con la cabeza mientras me escuchaba con atención.

—Entiendo, hija, gracias a Dios, me alegra confirmar que tú no rayaste esa pared... Pero, escúchame bien, Kristel, no te quiero volver a ver cerca de ese jovencito, no voy a tolerar otro castigo en detención de tu parte, y por favor, no me guarden más secretos— Me decía seriamente mientras me abrazaba y dirigía su mirada a mi hermana.

Ahora sí sentía un gran alivio, mi madre es bastante comprensiva, pero pensé que no me iba a creer si hasta la directora Rutherford la había llamado para informarle, nos abrazamos y procedimos a caminar hacia nuestra casa.

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Al llegar a casa, subí a mi habitación para cambiarme, saqué mi teléfono de mi bolso, y vi que tenía muchos mensajes de mis amigas, me preguntaban cómo estuvieron esas dos aburridas horas en detención.

Yo les conté todo, hicimos una videollamada con tal de decirles todos los detalles.

—No puedo creerlo, Andy fue muy malo al hacerte eso, amiga— Decía Tracy.

—Lo sé, Tracy, mi madre me dijo que no quería verme cerca de él otra vez—

—Concuerdo perfectamente con la Señora Helena, pero, lo que no entiendo es, ¿Por qué Andy se vengaría así de ti?, amiga, tú no le haces daño a nadie, menos a él—

—Sé porqué lo hizo, Johanna, él me dijo que lo hizo porque la Profesora Vivian lo regañó en frente de todos por "mi culpa"— Expliqué.

—Ay, no, pero sí todos vimos que fue él quien no quería dejarte ver del pizarrón porque él es demasiado alto, cielos, tenemos que ser muy cuidadosas con ese chico— Mencionó Abigail con un poco de molestia.

—Totalmente, cierto, Abby, pero... También debo contarles que Andy se quiso burlar de mí porque creo en Dios—

Las tres quedaron en silencio, hasta que Tracy habló.

—Creo que es algo más que obvio, digo, sabemos que hay que respetarlo, pero amiga, no debes hacerle caso, no vamos a negar a nuestro Dios solo para agradarle a Andy—

—Sí, Tracy tiene razón, nosotras lo respetamos tal y como es... Pero es una lástima, tan atractivo que es Andy— Decía Johanna con una sonrisa

—Sí, lo es, Pero no es tan guapo como mi amado Richard— Contestó Tracy con voz de enamorada.

Nosotras sonreímos al verla, casi podían salir corazones de su rostro.

Richard es el novio de Tracy, es bastante alto, al igual que Andy, él pertenece a otra clase y está en el equipo de Basketball, de hecho, es el capitán del equipo, por eso casi nunca está con nosotras en la secundaria, siempre está entre los estudios y el entrenamiento. Hace dos atrás, Dios los flechó a ambos y comenzaron a salir, es una pareja muy estable, los dos son creyentes en Dios y hasta los he visto orar juntos, se ven adorables.

Pero, lo que Johanna dijo era totalmente cierto, Andy es un muchacho atractivo, es tan alto que sería un candidato ideal para el equipo de Basketball de la secundaria, al igual que Richard, pero, los chicos del equipo son muy disciplinados y deben sacar buenas calificaciones, el entrenador no les permite ningún tipo de rebeldías.

Mientras hablaba con mis amigas, Katherine tocó la puerta de mi habitación y entró.

—Kristel, la cena está lista... Oh, ¡Hola chicas! , qué gusto verlas, aunque sea por videollamada, ¿Cómo han estado?— Preguntó mi hermana mientras yo le pasaba mi teléfono.

—Hola Kate, nosotras estamos bien gracias a Dios, ya sabes, siempre juntas— Contestó Abigail mientras Tracy y Johanna asentían con la cabeza

Las tres comenzaron a hablar con Katherine, ellas se llevan bien con mi madre y mi hermana mayor desde que vinieron a casa por primera vez hace años.

—Me alegra haberlas saludado chicas, cuando gusten pueden venir a casa, bueno, me despido porque ya vamos a cenar— Decía mientras me devolvía mi teléfono.

—Hasta mañana, nos vemos en clases, amigas— Dije con una sonrisa. 

Mis amigas y yo nos despedimos, terminé la llamada y busqué una pijama cómoda para bajar a cenar.

Cuando llegué al comedor, vi que Katherine y mi madre reían juntas, al parecer, contaban sus anécdotas que pasaban en sus trabajos, ambas me dirigieron la mirada.

—Mi vida, la cena ya está lista, por favor ayúdame a poner los vasos en la mesa— Decía mi madre mientras preparaba los cubiertos. 

—Claro que sí, mamá— Respondí con una sonrisa.

Procedí a acomodar los vasos, mientras que Katherine servía los platos y mi madre se encargaba del refresco.

Finalmente, nos sentamos en la mesa, oramos por los alimentos y precedimos a cenar mientras conversábamos sobre nuestro día.

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Esa misma noche, mientras hacía la tarea en mi habitación, me puse a pensar en lo que había pasado el día de hoy, después de todo, yo me sentía tranquila, puse mi confianza en Dios y sé que ahora debo ser más cuidadosa, mi madre no va a aceptar otro castigo, aunque yo no haya hecho nada.

Andy se sienta detrás de mí en Matemáticas, es la única clase en la que estamos mucho más cerca, es sencillo, solo tengo que enfocarme en no tratar con él.

Aunque, ahora que lo pienso, Andy y yo somos muy diferentes, es como si viniéramos de mundos totalmente distintos y distantes.  También pensé en que sus tíos son buenas personas, casi nunca hablan con nosotras, pero vi que tenían cara de preocupación cuando estaban en la oficina de la directora, además, no son irrespetuosos como Andy.

Decidí dejar mis pensamientos a un lado y seguir con mi tarea, ya que faltaba poco para terminarla, le agradecía a Dios por darme sabiduría para hacer estos procedimientos de Matemáticas.