Finalmente, llegó el último día del año, mis padres nos trajeron a Katherine y a mí a un hotel frente al mar para pasar la víspera del Año Nuevo juntos en familia, la vista es bellísima, nuestra habitación es en la parte más alta del edificio y todo se ve muy hermoso, un verdadero paisaje hecho por Dios.
En la tarde, mi hermana y yo estábamos jugando en la piscina con mi madre, mientras mi padre llegaba con cuatro vasos con jugo de frutas tropicales, los puso en la mesita y se acercó a nosotras.
—Ahí están mis tres amores, las vi nadando muy bien desde que venía caminando hacia acá— Decía entre risas.
Nosotras reímos y vimos que mi madre nos guiñaba el ojo disimuladamente cuando iba nadando mientras mi padre estaba de espaldas.
—¡Cielos!, ¡Robert, ayúdame, tengo un calambre en la pierna derecha!— Decía mientras se agarraba su pierna y le extendía la mano a mi padre, Katherine y yo sabíamos perfectamente lo que iba a hacer.
—No te asustes, Helena, ¡Toma mi mano!— Contestó mi padre mientras le daba la mano.
Mi madre agarró la mano de papá y lo trajo hacia ella con fuerza, tirándolo a la piscina mientras reía a carcajadas.
—Dios Santo, Robert, siempre caes en esas bromas, pero... Me encanta la forma en la que trataste de salvarme— Decía aún riéndose, mientras Katherine y yo los mirábamos cómicamente.
—Lo sé, amor mío, lo hago porque me encanta verte sonreír, algo que estuve extrañando todo este tiempo— Contestó mi padre mientras se acercaba nadando hacia ella y la abrazaba fuertemente.
Era una escena muy romántica, justo como las películas que le encantan a mi madre, yo le agradezco a Dios porque mis padres están juntos de nuevo, a pesar de lo que pasó entre ellos, el amor está floreciendo nuevamente, mi madre perdonó a mi padre y decidió dejar el pasado atrás.
Nosotros cuatro nos divertíamos juntos en la piscina antes de irnos a cambiar de ropa para recibir el año nuevo.
Al tiempo después, subimos a nuestra habitación del hotel, mamá quería que fuéramos a unas mesas que estaban cerca del mar, por lo tanto, pedimos la comida en el restaurante y caminamos hasta esas mesas, nos dieron unas deliciosas hamburguesas con queso, cortesía del hotel.
Nos sentamos en las mesitas frente al mar, se podía escuchar el sonido de las olas, verdaderamente relajantes, primeramente, oramos por los alimentos.
Mientras ellos comían su hamburguesa, yo pensaba profundamente en lo maravilloso que es el mar, una verdadera obra de arte hecha por las manos de Dios, en donde aparecen hermosos amaneceres y atardeceres, además de albergar seres vivos en sus aguas, también recordé lo que dice el libro del Éxodo sobre aquella vez que el Mar Rojo se abrió en dos por orden de Dios para que el pueblo Hebreo pudiera cruzar hasta la Tierra Prometida, toda una maravilla.
Mis padres y Katherine reían juntos, mi madre me miró y cambió su expresión de preocupación, yo aún estaba inmersa en mis pensamientos con mi hamburguesa en mi mano mientras miraba el mar.
—Kristel... Hija, ¿Te sucede algo?— Preguntó mientras ponía su mano en mi hombro.
—No, no pasa nada, mamá, solo contemplaba el mar, es verdaderamente hermoso, solo alguien como Dios pudo haberlo creado— Dije mirándola.
—Así es, mi vida, solo nuestro Dios puede hacer cosas maravillosas— Decía mi madre con una sonrisa. —Por cierto, tienes que probar estas hamburguesas, realmente son muy buenas— Agregó.
Yo le devolví la sonrisa mientras comencé a abrir la envoltura de mi hamburguesa.
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Cuando Dos Mundos Se Alinean (Novela Cristiana)
Ficção AdolescenteKristel Wilson es una estudiante de secundaria, una chica cristiana que vive con su madre, Helena, y su hermana mayor, Katherine. Su sueño es convertirse en psicóloga para ayudar a muchas personas. Un día, aparece el chico más rebelde del instituto...