Ƚɾҽҽ♡ԊҽαɾƚႦҽαƚ

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A sus dieciocho años en su último año de preparatoria, fue ahí donde todo comenzó, ese día después de entrar a su clase de deportes todo dio un gran giro en su monótona vida.

Todo transcurría bien desde la mañana, salió de casa con una sonrisa y su bolso al hombro, llevaba una manzana entre sus manos como desayuno y la comió de camino a la institución, ese día hacia calor, mucho calor, por lo que la clase de deporte se llevó a cabo en el campus al aire libre, justo bajo los reflectores del Sol. El entrenamiento básico comenzó, algunos estiramientos, saltos, pasar obstáculos y al final resistencia, la cual consistía en durar el mayor tiempo o el que sea determinado por el profesor trotando sin detenerse, ahí fue justo donde las señales iniciaron.

Llevaba al rededor de siete minutos trotando sin detenerse, su cuerpo sudaba, sus oscuros cabellos largos se pegaban a su frente y tenía el rostro rojo por el calor, con los labios entre abiertos de los cuales tomaba grandes bocanadas de aire, de un momento a otro sus piernas comenzaron a debilitarse, sentía que el aire que le era tan vital lo estaba ahogando, sus pulmones rogaban por más oxígeno y por ello su mirada se volvió poco a poco más borrosa, tanto que chocó con algunos de sus compañeros murmurando disculpas poco entendibles, eran simples balbuceos, su pecho inicio con leves agitaciones que luego se convirtieron más rápidas y sonoras, llevando su mano derecha a este justo en la zona de su corazón, podía incluso escucharlo latir desesperado.

No pudo más y se derrumbó en el suelo, sintiendo el raspar de sus rodillas pero ese dolor era efímero a comparación del que sentía en su pecho, las voces se volvieron distorsionas, las figuras volviéndose sombras no muy visibles, el suelo bajo suyo daba vueltas, estaba tan mareado, escucho su nombre ser llamado multiples de veces pero solo podía intentar encontrar un ritmo de respiración más calmada, pareciendo en vano ya que cada vez se aceleraba aún más, tenía miedo, mucho miedo por lo que estaba experimentando, la angustia llegó para hacer que lágrimas cayeran de sus ojos envueltos en una mirada de miedo total.

- jungkook! - escuchó, le tomaron del rostro y apenas pudo reconocer a su entrenador, este mirándole con preocupación pintada en sus ojos pero su rostro término volviéndose opaco, poco visible cada vez más.

- n-no pu-puedo...res-respi-rar - informó entre grandes bocanadas de aire, acompañado de sus sonidos de ahogo entre palabras.

Necesitaba aire pero sus pulmones parecían rechazarlo, como si éstos estuvieran apretados prohibiendo el pase de oxígeno.

- hey...jungkook, quedate despierto, si? No cierres...los ojos...- la voz de su profesor era lejana incluso si lo tenía en frente, sus ojos se cerraban y abrían intentando evitar dormirse pero el cansancio le estaba ganando.

Y el se estaba cansando de luchar.

Las voces cesaron, el dolor en su pecho paro, el oxígeno ya no le era lo primordial, sus ojos se cerraron y junto a ellos sus latidos se calmaron. Todo al mismo tiempo, el no lo sabía pero se había desmayado.

Un pitido agudo y repetitivo le hizó despertar, una simple acción como la de abrir sus ojos le había costado más de la cuenta, sentía los párpados pesados al igual que todo su cuerpo, escuchó unos sollozos y buscó con su mirada de donde provenían, encontrando a su madre en lo que era el pasillo del Hospital, ella lloraba frente a un doctor que parecía estar comunicándole algo, posiblemente su condición, apretó sus labios rececos y ella volteo a verlo a través de la ventana, borró sus lágrimas rápidamente como si ya no las hubiera visto antes, sonrió adentrándose a la habitación.

- ma...ma - ella lo calló, su voz estaba ronca y sentía su garganta llena de pinchos al intentar hablar, fruncio el ceño por el dolor.

- todo estará bien cariño, quieres un poco de agua? Debes estar sediento - sonrió dulce tomando un vaso con un sorbete para hacerle más fácil la tarea de beber, lo acercó a sus labios con extremo cuidado.

Ԋҽαɾƚ Ɱαԃҽ υρ σɳ ყσυ . ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora