Capitulo II. Mi disposición.

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Después de aquella confesión las cosas siguieron igual, siempre queriendo verla el más tiempo posible y cada vez me costaba más dejarla en la aldea mientras yo realizaba viajes junto a Jaken.
Era incluso adictiva su compañía, podríamos estar en completo silencio pero con el solo hecho de tenerla cerca, me hacía sentir pleno.

Está vez estaba por llegar después de un viaje largo de 3 días, me sentía ansioso por verla, le llevaba algunos presentes como de costumbre, al estar cerca no lograba percibir su aroma de inmediato, era como si ella no estuviera ahí, entonces me preocupe.

—Amo Sesshomaru—Jaken llamó mi atención ya que yo solo seguía caminado mirando hacia la aldea buscando a Rin entre los demás humanos.

—No detecto el aroma de Rin, ve a buscarla—me adelante hacía la choza de la anciana Kaede y Jaken se quedó por ahí buscandola por fuera.

—Sesshomaru—escuche la voz de Kagome quien me hizo voltear a verla, venía caminando con un cesto lleno de pescados y detrás de ella Rin e Inuyasha venían conversando.

—Señor Sesshomaru, que gusto que haya vuelto—Rin corrió hacía mi y antes de que llegará puse mi mano delante de ella y la olisquee un poco, ella me miro confundida.

—Apestas a Inuyasha—hice un gesto amargo y me di cuenta que estaba empapada. —¿Por qué has puesto tus sucias manos sobre ella?—me dirigí hacia este quien se sacudió en cuatro patas y me miró molesto.

—El señor Inuyasha me ayudó porque resbale con un pez enorme—Rin se puso frente a mi ya que yo miraba amenazante a Inuyasha.

—Hmn, que mal agradecido Sesshomaru, ¿pero que esperabas si no estás aquí todo el tiempo?—Inuyasha se cruzó de brazos y volteo su rostro hacia otro lado.

—Inuyasha, deja de pelear, vamonos—Kagome tomo del brazo al susodicho y lo arrastró con ella hacia la choza.

—Idiota—susurre y Rin sonrió.
—¿Te encuentras bien?

—Estoy bien, iré a lavar mi ropa, ahora vuelvo...

—Toma, puedes usar esto—le tendí unos Kimonos que había traído para ella, me sonrió y salió corriendo para cambiarse.

—Asi que haz vuelto—la anciana Kaede me llamo y yo voltee a verla.

—Solo vengo a dejarle unas cosas a Rin, me iré después.

—No quiero sonar entrometida pero me siento con la responsabilidad de esa muchacha ya que vive conmigo así que voy a preguntar, ¿Cuáles son tus intenciones con ella?—se puso a un lado de mi sin mirarme esperando mi respuesta. —Se que a pesar de ser un demonio completo tus pensamientos son diferentes a los demás, que tú cambio ha sido radical y tu disposición hacia ella es innegable, pero la veo tan ilusionada que, no me gustaría verla triste, ¿Comprendes?—se encogió de hombros y está vez si me miró.

—¿Que quieres saber?

—¿Ella sabe lo que sientes?—me molestaba tanto está anciana, como si de vez en cuando pudiera leer mis pensamientos, como si supiera cosas que yo no. —Por que creo que tú sabes lo que ella siente, ya no eres "el Señor Sesshomaru" que siempre habías sido para ella cuando aún era una niña—senti eso como un regaño de su parte, como si estuviera siendo interrogado por un crimen que yo no había cometido.

—Las cosas son diferentes ahora...

—Precisamente por eso, por qué las cosas han cambiado para todos y creo que es necesario hablar con claridad—volteo hacia atrás y se dispuso a volver. —Rin tiene mucho que ofrecer y creo que la conoces tanto como yo para saberlo, se que no es necesario decírtelo, pero cuidala mucho—me sonrió de medio lado y comenzó a caminar de regreso a su choza. —Nos vemos Sesshomaru—se alejo y yo solo suspire.

A pesar de que había "confesado" a Rin mis sentimientos, sabía que la anciana tenía razón, ya que a pesar de que pensaba que habia sido directo, ella merecía tener las cosas en claro. Ahí era cuando solía dudar sobre si yo era digno de ser parte de su vida en esa forma, por qué aunque ahora había cambiado, se que mis acciones del pasado solían perseguirme sin que yo quisiera.

—¿Señor Sesshomaru?—escuche la voz de Rin quien ahora estaba junto a mi. —¿Está bien? ¿Que es esa expresión en su rostro?—me sonrió y ladeo un poco la cabeza mientras nuestras miradas se cruzaban.

—Has vuelto—ella asintió con la cabeza y comencé a caminar mientras ella me seguía. —Te queda bien—la miré de reojo y pude ver cómo se sonrojaba.

—¿Se refiere al Kimono? Gracias, es muy lindo—dio un saltito y siguió caminando felizmente junto a mi.

—Rin, ¿Que sientes?—ella me miró confundida entonces me di cuenta que era una pregunta muy general.

—¿A qué se refiere?

—Quiero decir, ¿Cómo te sientes con mi compañía?¿Es agradable para ti?—ella sonrió y se detuvo para mirarme de frente.

—¿Hay algo que quiera decirme?—se rasco la sien con uno de sus dedos y busco mi mirada, pero me sentía extraño, nervioso que casi no podía sostenersela.

—La otra vez, cuando vine a verte, que hablamos yo...

—¿Aquella vez de su confesión?—Rin sonrió mientras se sonrojaba y yo trague saliva, a veces podía ser demasiado directa que me sorprendía.

—¿De verdad lo sentiste así?

—¿Me equivoque?, ¿Confundí las cosas?—su rostro cambio drásticamente, sorprendida llevo su mano a la boca y desvío la vista.
—Disculpeme Señor Sesshomaru, de verdad me apena demasiado que me haya echo esas ideas—pude ver cómo se le cristalizaban los ojos de apoco.

—Rin—ella tallo sus ojos pero no me miró. —Escuchame—insistí ya que ella ahora había comenzado a llorar y pensaba en irse.
—No te equivocas—ella me miró inmediatamente. 
—Aquello si fue una confesión—su rostro volvió a cambiar inmediatamente y pude notar como se sonrojaba.

—¿Eso significa que...

—Quiero que me dejes ser parte de tu vida de esta forma—me acerque y acaricie su rostro, ella cerró sus ojos al tacto. —Que no te quede duda, mi disposición hacía ti—la acerque y la abrace mientras cerraba los ojos, era una sensación única, su aroma y su sola presencia me hacían sentir calidez.

Siempre lo iba a decir, Rin, era la razón por la que había cambiado tanto mi pensar, teniendo por fin eso que tanto necesitaba y aquello que quería proteger por el resto de mi existencia.

YOU ARE MY DESTINY. (SESSHRIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora