Finalmente la tarde transcurrió y llegó el momento deseado. Las 5 PM del domingo, Raquel suspiró aliviada convenciendose de que en instantes sería libre otra vez. Rapidamente ingresó la clave y pulsó el botón para expulsar. ¡Nada Sucedió! Lo intentó nuevamente. No hubo ningún resultado. Volvió a chequarlo varias veces. Finalmente decidió revisar el programa. Siguiendo las instrucciones halló la hora y día programados: 5 PM del 8 de Marzo. Domingo 8 de Marzo pensó Raquel. Repentinamente un instante de cruel lucidez estalló en su mente! ¡Sus calculos habían fallado. El día estaba bien configurado pero el mes había sido ingresado de manera incorrecta, era Domigo 8 de Febrero y el cepo no se abriría hasta el día 8 de Marzo! Raquel entró en panico. Sus compañeras estaban por llegar en tres horas mas y la encontrarían en tal estado de humillación como nunca hubiera soñado. Comenzó a forcejear bruscamente, golpeando el cepo electrónico, forzando las cintas, intentando derribar la estructura de la cuna. Recordó también la llave maestra, pero deliberadamente ella la había colocado en su closet, a una distancia imposible de alcanzar de manera alguna desde su posición actual. Todo fue en vano y ella lo sabía desde el principio, se había preparado asi misma una reclusión infalible. No había manera de salir de allí a no ser por la intervención de alguien mas o aguardando hasta el próximo mes. Finalmente comenzó a lloriquear como un bebe admitiendo su inminente derrota.
Tres horas mas tarde, puntualmente sus amigas retornaron a casa. Despues de unos minutos de acomodar su equipaje y cambiarse de ropas, Donna y Paula empezaron a preguntarse por Raquel. Las tres acostumbraban dejar siempre alguna nota explicativa cuando salían por la noche, para tranquilidad de todas. Ya que no se la veía en ninguna parte de la casa Donna pensó en entrar a su cuarto para chequear si hubiese dejado alguna nota allí.
Al abrir la puerta ambas mujeres se quedaron boquiabiertas, mudas y atónitas ante aquella escena. Allí estaba su amiga, recostada en una cuna del tamaño de un adulto, amarrada con cintas y arneses, vestida con pijamas infantiles de su tamaño, que ya mojados a la altura de su cintura dejaban asomar debajo el bulto de la bombacha de goma y los pañales de adulto que en vano intentaban contener el orin y la caca que Raquel se había hecho encima durante todo un fin de semana. Las sabanas también yacían mojadas y sobre la mesa estaban los biberones vacíos y las latas de comida concentrada para bebes. No podían creer lo que sus ojos veían. Raquel estaba bañada en lagrimas y no conseguía expresar palabra alguna, sus amigas tampoco reaccionaban. Para colmo de su verguenza su cuerpo exudaba ya libremente el aroma a orines y caca que sus inservibles pañales ya no podían disimular. En un último aliento Raquel consiguió recuperar el habla y les comentó entre sollozos todo lo sucedido a sus amigas.
Donna y Paula escucharon atentamente las historia. Durante el relato su rostros cambiaron desde la consternación, la sorpresa, la verguenza y la expresión mas seria. Cuando Raquel concluyó su odisea se quedó contemplandolas como quién espera una respuesta. Ambas la miraban con una expresión de serio desaprobo, pero de pronto la solemnidad de Paula se durrumbó y estalló a reir a carcajadas en frente de su amiga infantilista. "Perdón Raquel, pero es que es lo mas descabellado que he visto en mi vida" exclamó entre carcajadas, "estas por demás loca mujer, como has podido. No tienes dignidad, que verguenza…" siguió riendo. "Es absurdo" añadió Donna en tono mas grave, "mirate, estás hecha un asco, que verguenza me das Raquel, nunca creí que una amiga mía podría hacer semejantes cochinadas. Yo te creía una mujer adulta y normal, como hubiera imaginado las fantasías extrañas que tienes. ¿Desde cuando haces estas cosas?". Paula continuaba riendose y burlandose de su amiga y Donna no hacía otra cosa que lanzarle severos reproches. Finalmente Raquel se atrevió a suplicarles, "La llave esta en mi closet, por favor traedmela asi podré por fin liberarme".
Las dos mujeres se miraron entre si y se retiraron del cuarto un momento a conversar en voz baja, dejando a Raquel expectante, aun atrapada en su cuna en su lamentable estado. Un minuto despues volvieron a entrar al cuarto y Donna tomó la palabra "¡No hay nada que hacer!" dijo en tono severo. "Fue tu decisión estar alli recluida. Vos configuraste el cepo para abrirse el 8 de Marzo y allí vamos a dejarlo. No es culpa nuestra". Raquel comenzó a suplicarles desesperadamente, pero ambas mujeres salieron del cuarto velozmente dejando a su amiga en la misma situación.
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Cuentos Varios abdl
FantasyAlgunas pequeñas historias que comencé a escribir hace bastante tiempos. Y algunas otras historias que he ido recolectando de la web :3.