Cuando terminaron toda la operación Raquel se dirigó nuevamente a sus amigas de manera interrogante. Entonces Donna tomó la palabra, "¡Lo que hiciste es una verguenza Raquel y vas a tener que hacerte cargo vos misma de tus actos. Nosotras no vamos a intervenir en absoluto para liberarte de un castigo que vos sola te has impuesto. Además de irresponsable sos una cochina y no queremos ser complices de tus locuras. Como única prueba de solidaridad te hemos liberado los arneses que sujetan tus pañales, para que se puedan cambiar a diario, pero las demas cintas que te aprisionan se van a quedar alli en su lugar hasta que el dispositivo se habra nuevamente por si solo dentro de un mes. También podes intentar liberarte por vos misma, nosotras no vamos adetenerte pero tampoco vamos a ayudarte. Aunque parece que tu trampa es demasiado buena para que puedas con ella, asi que creo que vas a estar ahi recluida por todo el mes!".
Raquel sabía que Donna tenía razón, no le iba a ser posible liberarse de aquella reclusión sin ayuda de sus amigas. Desesperada comenzó a llorar nuevamente de manera desconsolada. Pero entonces Paula se acercó a ella, la tomó de la cabeza y le acarició con dulzura casi maternal. Ante sus ojos le mostró un chupete que había tomado del closet. Raquel instintivamente dejó de llorar y abrió sumisamente la boca para que Paula pudiera insertarle el chupete entre sus labios. "No nos tomes a mal Raquel. Nosotras somos tus amigas. Vos te metiste en este problema y tenes que aprender a enfrentarlo por vos misma. Queremos que aprendas algo en este mes que va a transcurrir alli bloqueada en la cuna. Lo que hiciste no es propio de una mujer adulta como vos, por lo tanto si querés comportarte como una niña que aun se lo hace encima entonces tendrás que aceptar que se trate como tal." Incluso Donna, que hasta entonces había sido las mas dura con ella le habló en un tono mas suave y maternal, "vamos a ser buenas mamis en este próximo mes. Vamos a cambiarte los pañales dos veces al día por lo cual ya no vas a necesitar usar multiples pañales. Te vamos a limpiar para que no estés irritada y te vamos a alimentar del mismo modo que lo has venido haciendo este fin de semana, mediante biberones y comida de bebes." Raquel se debatía entre su impotencia y su rsignación, aunque en un punto sintió que muy dentro suyo había recuperado una parte de la exitación que había sentido el primer momento cuando se sometió a si misma en su cuna el fin de semana. Sus amigas la dejaron sola y ella aun consternada comenzó a llorar.
El lunes por la mañana, Raquel despertó con su pañal mojado. Pese a los últimos sucesos, había dormido mejor que las dos noches anteriores, con un pañal limpio y seco protegiendo su intimidad femenina. Aunque ya se había orinado parecía que el pequeño accidente transcurrido durante la noche había sido muy bien contenido por su pañal sin necesidad de irritación alguna. La noche transcurrida le había mejorado un poco el animo y albergaba alguna esperanza de que sus amigas cambiasen de opinión respcto a su decisión de dejarla recluida allí en su cuna durante todo el mes.
Repentinamente Donna abrió la puerta de su cuarto "Buenos días Raquel. ¿ Has dormido bien ?" cargaba en sus manos su telefono mobil, asi como un biberón con formula de bebe. Se recostó junto a ella y comenzó a darle su desayuno, que Raquel bebió hasta acabarlo. En breve sintió los efectos de la formula y se dió cuenta que pronto iba a hacerse caca. Pensó que era una buena idea hacerselo ahora, pues Donna de seguro la cambiaría en breve. Luego Donna le acercó el telefono a su mano libre y le indicó que marcase el número de su trabajo. "Llamá a tu jefe, decile que has tenido una urgencia familiar y que necesitas pedir tu vacaciones ahora mismo durante todo este mes". Raquel se deshizo en protestas, solicitando que la liberasen y la dejasen retomar su vida normal, pero todo fue en vano. Finalmente Donna la apercibió "hasta que no hayas llamado a tu jefe no te vamos a cambiar los pañales".
De mala gana Raquel tomó el teléfono y marcó el número de su trabajo, pidió hablar con su jefe directo y comenzó a darle la explicaciones pertinentes. Durante el trancurso de la llamada Raquel se cagó encima casi sin notarlo, pues estaba atenta a la gestión de sus vacaciones. Finalmente el tema fue arreglado y obtuvo su mes libre. Al instante Paula se hizo presente y procedió a cambiar sus pañales. Esto la hizo sentir aliviada, mientras recordaba la horrorosa experiencia de haber contenido su pis y caca dentro de los mismos pañales durante dos días, Raquel concluyó que la situación ahora era mucho mejor. Sus amigas se marcharon dejandole cerca de su cuna suficiente comida triturada y un par de biberones con formula para que pudiese alimientarse hasta que ellas volviesen, una vez concretado su día de trabajo. Raquel reflexionó unos instantes y comprendió que aquella situación era la que en verdad pretendía homologar con su autoreclusión del fin de semana.
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Cuentos Varios abdl
FantasyAlgunas pequeñas historias que comencé a escribir hace bastante tiempos. Y algunas otras historias que he ido recolectando de la web :3.