<<No te permitas, jamás, ser la duda de nadie>> No sé dónde oí o leí esa frase. Pero me gustaría descubrirlo ya que si existe es que alguien lo pensó y gracias a ese alguien yo soy quien soy ahora.
Soy una mujer con la cabeza en alto y que no pierde tiempo dejando entrar en su vida a nadie que muestre el tipo de cosas que tanto detesto de esta humanidad. Entre ellos; la falsedad, el interés y la conformidad.
Está claro que la primera y la segunda se entienden pero más de una persona se pregunta por la tercera. ¿A qué me refiero? Hablo de ese momento en el que se pierde la magia de las cosas. Cómo cuándo escuchas una y otra vez una canción hasta cansarte.
Yo me niego a ser eso.
Me niego a que me escuches una y otra vez envuelto por una obsesión que te provocan mis melodías y que cuando ya tengas suficiente simplemente me vuelva igual de interesante que la música de la misa.
Y sobre todo odio que después de un tiempo vuelvas con la intención de escucharme como si no me hubieses dejado de lado durante bastante tiempo. Como si nunca te hubieras cansado de mí. Como si nunca me hubieses olvidado.
Como si nunca hubieses escuchado otras canciones como me escuchaste a mi hasta una tarde aburrido en tu cama cuando te vine a la mente como aquel buen tema que adorabas y decidiste volver a escuchar.
Yo no soy así.
Lo fui, si.
Pero me paré a pensar en que yo quiero ser la melodía de alguien. Deseo que me sientan. Que me vivan. Anhelo provocar mil cosas en esa persona.
¿Mi mayor deseo? Que me descubran, me vivan y me sientan. Pero que sobre todo me enseñen que es amar. Yo creí que lo sabía, y acabé en mil pedazos. Pedazos que ni siquiera conservo ya que esa persona los retiene todos en un frasco.
Sin embargo, la tenue luz de mi esperanza aún emite un pequeño destello. Ya que todo frasco tiene una tapa y siempre se puede abrir para liberar su interior.
ESTÁS LEYENDO
UN SIN FIN DE RAZONES PARA ENAMORARSE
RomanceAsí de perfecto puede llegar a ser el arte de encajarlo todo. Así de perfecto puede ser conocer a alguien que nació con la llave de tu alma en su bolsillo. Así de perfecto puede ser conocer el calor que descongela hasta la parte más fría de ti mismo...