- 2 - LA FRATERNIDAD

6 1 0
                                    


- Me voy a morir - Sentenció Hope.

Rosewood es la universidad más grande del sur. Además de tener bastante terreno para un campus y buenas viviendas para jóvenes que viven lejos, tiene una zona residencial dónde hay casas enormes y bonitas llenas de universitarios. La mayoría son mansiones.

- No exageres, solo es una fraternidad.

- ¿Qué deporte has dicho que practica?

- Baloncesto.

Ella toma aire y lo sostiene antes de exhalar con nervios.

- Genial. Me vas a meter en una mansión llena de chicos que estarán más buenos que el pan y encima probablemente seremos las únicas chicas.

- Probablemente no, es que seremos las únicas.

- ¿Cómo estás tan segura?

- Con ellos vive su entrenador, Denzel. Es jóven, tiene apenas treinta y muy de mente abierta pero no quiere que metan a novias o ligues en la casa para evitar problemas o falta de intimidad entre el equipo.

Ella asiente y traga saliva.

- Como he dicho, voy a morir.

Yo puse los ojos en blanco y seguí conduciendo.

La mansión Olympus es el hogar de diez jugadores de baloncesto que representan nuestra universidad con el logo de un rayo representando a Zeus y la fuerza del Olimpo. En fin, los deportistas y sus cosas.

¿Por qué se llama así? Fácil, por sus dioses.

Hope no dejaba de sobarse las manos y mirar por la ventana como si la fuese a matar al llegar.

Pobrecita... Me da pena.

A tí todo el mundo te da pena.

- ¿Puedo saber que te pasa?

Ella duda con la mirada y mira con terror la casa cuando aparco delante.

- Nunca trato con chicos Blythe... Me dan miedo. Si ya de por sí me cuesta hablar con personas imagina con ellos.

Me paso una mano por la cara.

- ¿Nunca has hablado con uno o qué?

Ella niega.

- El único chico con el que hablo fluido es con mi primo.

- ¿Y en el colegio o en no sé, en la vida?

- No he ido al colegio, me daban clases particulares y me cambié de universidad porque en la otra había gente que se metía conmigo por ser británica. Se burlaban de mi acento o de mis costumbres. Entonces no es que tuviera práctica...

Joe... Pequeña, lo siento, te mereces hasta un abrazo... A saber qué ha tenido que pasar para ponerse así con la gente.

No le pienso dar un abrazo, por favor, tengo una fama que mantener. Pero coincido contigo, da pena.

- En algún momento tendrás que superar eso Hope, así que empecemos por bajar del coche y nos acercaremos poco a poco si hace falta. No tienes que hablar con nadie, ya están acostumbrados todos a mi actitud distante.

Me mira asustada.

- ¿A todos? ¿Los conoces a todos?

- No a todos, algunos solo de vista pero con los únicos con los que hablo son Charlie, Cody, Denzel y mi hermano. El resto me da bastante igual.

Asiente pesadamente y suspira.

Nos bajamos del coche y nos acercabamos a la puerta con pasos lentos. Asumí que responder sus preguntas la relajaría.

UN SIN FIN DE RAZONES PARA ENAMORARSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora