- 4 - ÉL

10 1 0
                                    


Hay situaciones que te quitan el aire, es como ser un pez fuera del agua. Entonces te apartas para conseguir ese oxígeno que falta. Pero es una suerte que lo que te provoque eso sea una situación, un momento, un instante, y no una persona.

Porque puedes huir del tiempo, simplemente caminas y te vas en busca de esa bocanada de aire, y ese instante habrá sido el pasado, solo un mal momento. Pero no puedes huir de alguien, menos cuando ese alguien adora quitarte el aire. A veces esa persona se da cuenta y lo hace a propósito, pero la peor de todas es la que lo hace sin darse cuenta, porque no la puedes juzgar y por eso resistes ahí a su lado, ahogándote.

Por él.

Me desperté esta mañana sudada, tras revivir toda la noche fragmentos de esa persona que se me quitaba el aire. Hacía tiempo que no pensaba en...

Él...

Su cara, su voz, todo me persiguió todo el día en los pasillos, en clase, en mi habitación con el volumen a tope de la música.

Necesitaba ensordecerlo. Necesitaba más volumen.

- ¿Qué hacemos aquí Bly? - Me giré a ver a Hope que miraba la casa curiosa.

- Te presento una fiesta universitaria - La luz sobresalía por las ventanas y la música se escuchaba desde fuera - Vamos a divertirnos.

Ella me miró preocupada.

- ¿Estás bien? Estas... rara, sudando incluso, llevas un día...

- Tengo calor ¿Vamos? - Le ofrecí la mano.

Ella se lo pensó y suspiró pero finalmente tomó mi mano. Tampoco hay vuelta atrás, vinimos andando ya que pienso beber.

- ¿Estarán los chicos? - Pregunto subiendo la voz en el porche ya que la música incrementa con cada paso.

- No, ellos tienen entrenamiento temprano, por eso vinimos hoy - Grité.

Cada semana se hace un sorteo de fraternidades, a la casa más votada le toca hacer el viernes una fiesta donde acuden todos. Como la zona residencial es de la universidad no hay vecinos que se quejen del ruido.

Esta semana les tocó a los cuervos de Rosewood. El equipo de balonmano. Ellos no tienen tantos entrenamientos ya que no son el deporte principal de la universidad, el más solicitado e importante es el baloncesto. Entonces puedes permitirse estas juergas.

La regla de la selección es que nunca puede repetir seguidamente la misma fraternidad. Es decir, la semana que viene aunque esta tenga muchos votos, tendrá que hacer fiesta la segunda más votada.

Hope me tomaba de la mano con fuerza y mientras íbamos más al centro, más luces nos envolvían y más gente gritaba. Nos metimos en el centro del salón dónde está la pista de baile. Ella luce insegura mirando a los lados pero yo la tomé de ambas manos y empezamos a bailar.

Ella me sonrió y empezó a imitar mis movimientos. Fue sintiendo la música hasta llegar a la sintonía de los demás, ambas saltamos y cantamos a todo pulmón muchos temas. Aunque no conociéramos la canción nos movíamos a su ritmo.

Está feliz y eso me alegra sorprendentemente.

En su segunda cerveza se detuvo de beber, mientras que yo fui a por la cuarta.

No quería perderla de vista así que nos movíamos juntas, creo que nunca me la hubiese imaginado tan motivada.

Solo tiene que sentir más la vida...

Entonces le tocó la mejor compañera de piso.

La música era perfecta para callar mis recuerdos y la compañía de Hope me ayudaba a no ver la imagen de.

Él.

Después de un rato ella se fue al baño, y yo no me moví, me quedé ahí entre la gente moviéndome como si la música fuese viento y yo una bandera.

Y me atrevería a afirmar que las luces se mueven más de la cuenta.

Se llama alcohol.

Puede ser, solo se que no sé cuantos cubatas llevo encima.

Muy lógico.

Hice contacto visual con un chico, y si mi visión borrosa no falla me parece conocido. Se fue acercando entre la gente, y en eso llegó Hope, más rápido de lo que pensaba de hecho, en estas fiestas hay largas filas al baño.

- Que asco - Grita - Ni loca entro ahí.

Asentí.

- Si, asco, asco.

Me miró ceñuda y luego a mi copa. Mientras yo me seguía moviendo. El chico llegó hasta nosotras y se pegó a mi para bailar yo le sonreí y pegué mi cadera.

Él me tomó de la cintura y nos juntó más. Yo le rodeé con los brazos y vi a Hope mirarme con terror. El se acercó y me dio un beso con sabor a cerveza, yo lo seguí mientras bailábamos.

Se me fue el tiempo y no se cuando di un paso atrás y me aparté para seguir bailando sola, nunca estoy mucho rato con el mismo, he venido a divertirme más que estar pegada a la boca de alguien, así que me vuelvo y no veo a Hope.

Supuse que saldría a tomar el aire y seguí. Volví a la barra a por un cubata con cocacola pero se habían acabado los refrescos, el chico me preparó uno con zumo de melocotón y mucho hielo.

Volví a la pista y saqué el teléfono para ver si tenía algún mensaje.

Bly, para, no ves bien ni las letras de la pantalla.

Empezó a sonar Payphone, Maroon 5 es una religión en las fiestas, así que guardé el teléfono y me puse a cantar.

Sentí que me cogieron de la mano y me giré con una sonrisa. No veo bien, bueno si veo, pero no tengo la velocidad mental como para identificar el sujeto solo se que muy guapo y me tira del brazo entre la gente.

Eh, eh, nada de subir a ninguna parte, para el carro.

- ¡Eh! - Me paré en seco con toda mi fuerza y él se volvió a mi - ¿¡Piensas que me voy a dejar!? ¡Tengo principios, a mi no me meterás en tu cama como...

Puso los ojos en blanco y me tiró del brazo.

- ¡No! ¡Te la tendrás que jalar tú solo, yo tengo dos dedos de frente!

Me miró, suspiró y dió un paso adelante para acercarse a mi oído sin soltarme la mano.

- Si te pusiera dos dedos enfrente dirías que hay seis, con permiso - Espetó con su ronca voz, como si se acabara de despertar.

Se inclinó y me subió en su hombro derecho.

- ¿¡Qué haces!? ¡Bájame ahora mismo? ¡Secuestrador!

Le di al menos dos patadas antes que me sujetara las piernas pero estar de cabeza no vino muy a mi favor así que perdí la conciencia cuando atravesamos el jardín de la fraternidad.

Quedé caput.

Recuerdo pequeños momentos dónde volvía a mi sí al sentir mi cabeza chocar levemente contra el cristal de un coche, como cuando pasas por un bache. El aroma a camioneta se quedó en mi nariz un buen rato y el calor de mis mejillas me quemaba la cara.

Abrí ligeramente los ojos cuando escuché el sonido familiar de la puerta de la habitación, ubiqué la mesa del comedor y el pasillo, pero no caminaba sola. Me sujetaban fuerte del lado derecho.

Esos brazos me dejaron en la cama. Sentí como me puso el edredón encima y saqué la mano hasta alcanzar su brazo.

- No - Solté - No me dejes, va a volver.

Callate.

- ¿Quién?

Yo no podía abrir los ojos.

- Él.

- ¿Quién? Están en tu habitación, no entrará nadie.

- No, él entra en todas partes - Me estremecí y suspiré.

Sentí como me apartó un mechón de la cara lentamente, recorriendo el camino con sus nudillos.

- Ya no - Le escuché murmurar cuando perdí la conciencia y la fuerza de estar despierta. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 02, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

UN SIN FIN DE RAZONES PARA ENAMORARSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora