² 𝐖𝐄 𝐖𝐎𝐍𝐓 𝐅𝐋𝐎𝐀𝐓 | ᵇⁱˡˡ ᵈᵉⁿᵇʳᵒᵘᵍʰ ✓

[1] funeral de georgio

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ERA FINALES DE SEPTIEMBRE Y EL AIRE ESTABA FRESCO. Estaba de pie en el extremo de mi cama mirando el vestido negro. ¿Por qué los funerales tienen que ser tan deprimentes? Deberíamos celebrar su vida, no llorar por lo que hemos perdido. De todos modos eran las 9:00 y el funeral era a las 10:00. Mi madre tenía la mala costumbre de despertarme dos horas antes de lo necesario.

—Cheryl, vamos, los Denbroughs te recogerán en 40—, dijo mi madre desde abajo. Puse los ojos en blanco. Hoy no es un buen día.

—¡Sí, sí, lo sé!—Le grité. Gimiendo, me puse el vestido negro. Era más ajustado en la parte superior y acampanado en la cintura. El vestido llegaba hasta la rodilla y era muy favorecedor. Puse los ojos en blanco al ver que el vestido era bonito, pero me molestaba que me vistiera para algo tan deprimente. Me rizé el pelo porque sabía que si no lo hacía mi madre me gritaría. Me puse un collar que Georgie me había regalado por mi cumpleaños. Era un gran medallón de plata. Ya había intentado abrirlo antes, pero se atascaba y no se abría, muchas veces, debo añadir.

—¡Cheryl está aquí!—Mi madre gritó de nuevo, desde el final de la escalera. Bajé rápidamente las escaleras y me puse los tacones negros que sólo me puse una vez en la boda de mis primos.

—No entiendo por qué no vienes—.Le dije. Era muy amiga de Sharon Denbrough y no entendía por qué no apoyaba a su amiga o a mí, y mi discurso. Se me revolvieron las tripas al pensar en hablar delante de tanta gente.

—Sabes que los funerales no son lo mío—.Sonrió antes de empujarme ligeramente hacia la puerta. Supongo que Joanna Baker no era la mejor madre. Se preocupaba, sabía que lo hacía, pero su forma de hablar no era la mejor y tampoco iba a las cosas importantes. Supongo que era porque echaba de menos a mi padre. Él se marchó a Irak cuando yo tenía 10 años y las cosas no han sido lo mismo. Los eventos a los que solían ir juntos, mi madre ahora se negaba a asistir.

—Sí, porque un funeral es cosa de cualquiera—.Refunfuñé bajando las escaleras y cruzando el césped hasta el coche de los Denbrough.

Una vez que entré en el coche me di cuenta de que Mike también estaba ahí.

—Hola Mike—dije mientras me abrochaba el cinturón de seguridad. Yo estaba sentada en el lado izquierdo mientras que Mike estaba en el derecho y Bill, en el centro.

—Hola Cheryl—.Sonrió.

—Hola cariño—.La señora Denbrough saludó con la mano. Sus mejillas estaban encendidas en una leve sonrisa obviamente forzada. No la culpé, yo misma apenas podía sonreír. Le regalé una sonrisa de labios apretados.

—Estás preciosa Cheryl—La voz de Bills me susurró al oído. Un rubor se extendió por mis mejillas ante sus palabras.

—Uh-uh gr-gracias—tartamudeé tratando de ocultar mi cara roja. Pude ver a Mike tratando de no reírse por el rabillo del ojo, jódete Michael.