[13] george y earl

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—Richie, ¿cuántas veces tengo que decírtelo? Es una fiesta sorpresa—.Le expliqué poniendo los ojos en blanco. Richie y yo estábamos caminando a la escuela para el Consejo de Estudiantes, sí Richie estaba en el Consejo de Estudiantes sorprendente verdad. Le estaba explicando la fiesta de cumpleaños de Stan, era una fiesta sorpresa en la casa de Bill y Eddie iba a distraer a Stan ese día yendo a ver pájaros. Richie por alguna razón no estaba captando la idea.—Sabes que, me rindo, solo no le digas a Stan—.

—Bastante fácil—.

El amanecer era de alta intensidad en el cielo cuando Richie y yo finalmente llegamos a la escuela.

—Oh, Dios mío.—Me callé empujando a Richie detrás de mí.

—¿Qué?—Richie susurró.

—Es Brandy—.

—¿Qué pasa con ella?—Preguntó. Me asomé a la esquina por segunda vez. Brandy Smith estaba sentada en el suelo... llorando.

—Me pregunto qué le pasa—.Pensé en voz alta.

—Sí, ¿por qué está llorando?—

—No lo sé, voy a averiguarlo—.Dije caminando hacia ella. Mis zapatillas crujieron contra el pasillo vacío de la escuela recién limpiada. Brandy levantó la vista cuando nos vio llegar y se limpió los ojos apresuradamente.

—¿Estás bien?—le pregunté vacilante. Ella levantó la vista hacia mí y la tristeza que antes llenaba sus ojos se endureció hasta convertirse en una mirada.

—Como si te importara, intenté robarte a tu novio y tú le diste una paliza a mi hermano—.Escupió. Suspiré y me senté a su lado. Richie estaba de pie, incómodo, en el pasillo. Le di una palmadita en el lugar donde estaba la ventana de la cama. Richie vino y se sentó a mi lado.

—En primer lugar, me importa. Segundo, sí, así que no lo has hecho durante un tiempo. Tercero, no le he dado una paliza a tu hermano, no soy tan fuerte. Así que dime que pasa—.Le dije suavemente.

—Es que no se va por mucho que lo intente—.Ella lloró.

—¿Qué no?—

—Estos dos tipos. Los dos son viejos y no me dejan en paz—.Se me cayó el estómago.

—Creo que sé de quién estás hablando—.

—¿Cómo?—

—Hace un par de semanas estos tipos intentaron violarme—.

—Uno de ellos tenía esos inquietantes ojos marrones—.

—Sí, supongo—.

—Tengo una foto, puedes ver si los reconoces—.Ella sacó una foto de dos hombres los hombres.

—Son ellos—.Me estremecí.

—Earl y George Warrens—Me dijo señalando a cada hombre.

—Voy a hacer algo al respecto—.Le dije poniéndome de pie.—Recuerda mis palabras—. Salí furiosa de la escuela, Richie me seguía los pasos.

—¡Cheryl, a dónde vas!—Me llamó.

—A la estación de policía—.Le grité sin darme lavuelta.

La comisaría de Derrys estaba en la esquina de la ciudad, a un par de manzanas de la calle

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La comisaría de Derrys estaba en la esquina de la ciudad, a un par de manzanas de la calle.  Eran los típicos policías que se sentaban a comer donuts. Al menos era así desde que su jefe Oscar Bowers apareció asesinado en su casa.

El timbre sonó cuando entré en la comisaría. La sectaria me miró con ojos interrogantes.

—Um hola, ¿en qué puedo ayudarle?—Preguntó.

—¿Está el sheriff aquí?—pregunté golpeando mi pie. La señora frunció el ceño. Yo resoplé. La señora empezó a ser grosera.

—No, pero ¿para qué lo necesita?—

—He venido a denunciar una agresión sexual—.La sectaria frunció una ceja.

—Nombre—.

—Cheryl Baker—.Ella garabateó mi nombre en un informe policial.

—Nombre o nombres de los agresores—.

—George y Earl Warrens—.Dije. La señora dejó de escribir.

—¿Otra vez?—

—George y Earl Warrens—.

—Eso es imposible.—

—¿Por qué es tan imposible?—

—Sólo...—Su tono se volvió duro de repente.—Nada. ¿Eso es todo?—

—Sí, sólo avísame cuando llegue el Sheriff—.

—Lo haré—.Dijo secamente antes de volver a la computadora. Fruncí el ceño. Aquella señora estaba actuando de forma extraña. Decidí que era mejor no cuestionarla.

En el exterior, el sol ya estaba completamente en el aire. Miré el exterior de la oficina municipal. 7:20.—¡Mierda!—Maldije. Corrí por la calle y doblé la esquina. Por suerte no me encontré con nadie.

Llegué a la escuela a las 7:28. Dos minutos antes de que empezara la clase. Me dirigí a la mitad de mi casillero y al diablo. No tenía tiempo.

Cuando entré en Historia tenía la cara roja y el pelo se me caía de la trenza. Suspiré deslizándome en mi asiento al lado de Stan.

—Estás bien, parece que hayas corrido una maratón—.

—Me siento como si hubiera corrido una maratón—.Respiré apoyando la cabeza en el escritorio. Mis ojos se cerraron cuando el timbre sonó de repente haciéndome saltar en mi asiento.  Stan se rió a mi lado. Le di una ligera palmada antes de volver los ojos hacia el frente de la clase.

La mayor parte de la clase me quedé absorta, lo que no era habitual en mí.  Cada vez que intentaba centrarme en la Guerra Civil acababa pensando en la secretaria.

De repente, fue como si se me encendiera unabombilla en el cerebro. Mis ojos se abrieron de par en par, sorprendida. Stanme miró confuso. Le dije que se lo contaría más tarde.

Cuando llegó el almuerzo tomé mi bandeja y me dirigí a la mesa en la que normalmente nos sentábamos

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Cuando llegó el almuerzo tomé mi bandeja y me dirigí a la mesa en la que normalmente nos sentábamos.

—Bien chicos, hoy he ido a la comisaría adenunciar a George y Earl Warrens.  Ypensé que la secretaria era muy grosera pero en la historia me di cuenta dealgo. La placa con el nombre en su escritorio decía Josephine Warrens!—Exclamé.—Ahora todo tienesentido—.Todos me miraron confundidos. Suspiré:—Richie puede explicarlo—.Richie me lanzó una mirada de 'quédemonios'. Me encogí de hombros y comencé a trabajar en mis tareas dematemáticas.

² 𝐖𝐄 𝐖𝐎𝐍𝐓 𝐅𝐋𝐎𝐀𝐓 | ᵇⁱˡˡ ᵈᵉⁿᵇʳᵒᵘᵍʰ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora