² 𝐖𝐄 𝐖𝐎𝐍𝐓 𝐅𝐋𝐎𝐀𝐓 | ᵇⁱˡˡ ᵈᵉⁿᵇʳᵒᵘᵍʰ ✓

[4] problemas en la ferretería

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—¡MIKE MIKE!—GRITÓ BEN SALTANDO DE SU BICICLETA. Hacía ya varias horas que habían terminado las clases y después de una agotadora cantidad de tareas y trabajos, por fin podíamos pasar el rato. Mike nos había invitado a su granja familiar.

—¡Hola chicos!—gritó Mike saliendo corriendo por la puerta de su casa.

—Hola Mike—,saludé, colocando mi bicicleta al final del largo camino de entrada. La casa de Mike estaba en medio de varias cuadras en el pueblo. La granja de los Hanlons estaba cubierta de hileras de cultivos y corrales de animales.

—Mike esta es Mónica, Mónica este es Mike—.Los presenté. Los dos se estrecharon la mano, Mike le dio a la italiana una brillante sonrisa.

—Hola—.

—Entonces, ¿qué vamos a hacer porque estoy aburrido y no voy a quedarme aquí parado?—Richie dijo impacientemente golpeando su pie. Me burlé y golpeé el pie de Richie. Él saltó hacia atrás y me lanzó una mirada. Sonreí inocentemente antes de ignorarlo.

—Podríamos ir a ver la ferretería de la carretera de los pastos. Mi abuelo dice que es muy genial—.Mike nos propuso.

—Leí sobre ese lugar, en el verano—.Ben habló, con incertidumbre en su voz,—Er, hubo un accidente—No necesitó decir las palabras, ya estábamos pensando en ello. Me sacudí el humor oscuro, no queriendo estropear el día con el pasado.

—Suena bien—,le sonreí al chico de piel oscura. Todos los demás asintieron con la cabeza. Mike asintió con la cabeza antes de sacar su bicicleta del lado de su casa. Levanté mi bicicleta y me senté, pedaleando detrás de Mike mientras él lideraba el camino hacia Pasture road.

Pasture road era una calle muy transitada y llena de gente que trabajaba en la ferrería. La Ferretería de Kitchener explotó en 1935 el día de Pascua. Ochenta y ocho niños se habían emocionado al ir a la búsqueda de huevos de Pascua alrededor de la fábrica; con los trabajadores a su lado por si algo salía mal y así fue. Algún problema desconocido (aún hoy se desconoce, aunque sabemos que fue el payaso) acabó provocando una explosión que mató a los ciento ocho ciudadanos que residían ahí ese día.

Mike se detuvo. Puse el pie en el suelo, sosteniendo la bicicleta. Nos habíamos detenido junto a un campo lleno de ruinas. ¿Por qué nadie había decidido limpiarlo? El lugar parecía perfectamente inofensivo, pero de todos modos había algo espeluznante. Una espeluznante incertidumbre flotaba peligrosamente en el aire, creando más de una emoción.

—Aquí es—.Mike nos dijo cuando nos detuvimos. Miré a mi alrededor, mis ojos escudriñando las diversas pilas y las paredes desmoronadas.

—Genial—,dijo Richie pisando la hierba calentada por el sol. Se ajustó las gafas en la nariz y golpeó a Eddie en la espalda. El chico se sacudió hacia delante con un gruñido de enfado.