[12] todo está bien

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^No tiene nada que ver con este capítulo pero me pareció tierno queee

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^No tiene nada que ver con este capítulo pero me pareció tierno queee

~*~

—¿Nos vemos luego?—Brittany preguntó antes de subir a su coche, que era el último mustang en un azul pálido.

—Sí, adiós—.

El aire era fresco y me hizo temblar ligeramente. Me apreté la sudadera contra el cuerpo. Algo se sentía mal. Todo estaba inquietantemente silencioso. El único sonido que podía oír en kilómetros era el crujido de mis pies al pisar las hojas. El sol se ponía y me obligaba a acelerar el paso.

Sintiendo la necesidad de tener algún tipo de defensa me detuve en un banco. Saqué mi temido libro de texto de álgebra. Era lo suficientemente pesado como para que si tuviera que golpear a alguien pudiera hacerlo.

Me acerqué a la gruesa pila de páginas cubiertas de números mientras seguía adelante.

Una carcajada sonó en el aire haciendo que mi corazón palpitara en mi pecho. Mis ojos marrones escudriñaron rápidamente la calle. Un niño iba en bicicleta con la cabeza echada hacia atrás riendo mientras corría con su hermano mayor por la calle. Me relajo visiblemente.

—Cheryl tienes que calmarte bien. No hay nada—.Me dije a mí misma.

Caminé durante unos 10 minutos hasta que me encontré con el callejón. El del viejo bar. El que me persigue.

Un escalofrío recorrió mi columna vertebral mientras miraba el callejón vacío. Las hojas volaban en un montón alrededor de mis pies. Saqué el pie para salir cuando oí un sonido extraño. Música, pero no del tipo agradable. Era del tipo que se escucha en una película de terror.

Giré la cabeza para mirar el callejón. Un singular globo rojo flotaba hacia mí.

Eché a correr. Mis pies volaron más rápido que nunca. Una sensación de miedo se apoderó de mi cuerpo. Volvía a ser físico.

Finalmente llegué a mi casa.

—Hola mamá, voy a ir con Bill—.La llamé antes de colocar mi mochila en el suelo.

—¡Está bien, vuelve a las 7 para cenar!—Me llamó.

—Okay nos vemos—.Llamé arriba.

Salí de mi casa y me dirigí a la siguiente puerta. Llamé a la puerta. Sharon Denbrough la abrió.

—Bill está arriba—.Me dijo abriendo la puerta lo suficiente para que entrara. Asentí y le di las gracias antes de subir a su habitación.

Cuando miré en su habitación estaba escribiendo en su escritorio. Su pelo castaño caía delante de sus ojos.

—Hola—.Dije caminando hacia su cama.

—H-Hola—.Contestó cerrando su cuaderno.—¿Cómo estuvo la d-detención?—.Preguntó con una pequeña sonrisa en su rostro.

—Cállate—.Me reí golpeándolo con una almohada. Parecía ofendido haciéndome reír.—Estuvo bien, excepto este chico, era simplemente asqueroso—. Me estremecí pensando en Tom.

—Me lo perdí—.soltó Bill. Lo miré con desconcierto.

—¿Te perdiste qué?—Fruncí el ceño.

—Tu risa, hacía tiempo que no la oía—.Un ligero rubor cubrió mis mejillas mientras intentaba esconder mi cara en una almohada. Levanté la vista hacia él. Mis ojos se asomaron por detrás de la almohada. Me miró intensamente. Agaché la cabeza. De repente me sentí avergonzada y nerviosa.

—Cher, no puedes esconderte detrás de una almohada para siempre, sabes—.Dijo suavemente mientras apartaba la almohada de mí. Los dos nos quedamos sentados mirándonos el uno al otro. Estaba a punto de hacer una broma sobre algo que Ben me había dicho antes cuando Bill se acercó y puso sus labios sobre los míos. Antes de que me diera cuenta de lo que estaba sucediendo, mis piernas se envolvieron alrededor de Bill mientras él me apretaba contra la pared. Un sentimiento se apoderó de mí mientras mis manos agarraban su pelo y mis labios trabajaban con los suyos. Él depositó ligeros besos en mi mandíbula.

—¿Oye Bill?—pregunté rompiendo el silencio. Él tarareó en respuesta.

—Me duele la espalda—. Resopló mirando hacia arriba. Los dos nos miramos antes de soltar una carcajada.

—Oh, Dios mío—.Bill lloró entre respiraciones. Me tumbé de nuevo en su cama con el pelo abanicado debajo de mí. Bill se acostó a mi lado. Lo miré y sonreí.

—Echaba de menos esto—.Dije. Bill me miró y sonrió. Le di un ligero golpe en el brazo.—Eso no, sólo que no nos preocupemos por esta mierda de payaso. Ya sabes—.Asintió comprendiendo.

—Sí, echo de menos que salgamos juntos, no para conspirar, sino para divertirnos—.

—Hablando de eso, es casi el cumpleaños de Stan y le prometimos a todo el mundo que planearíamos su fiesta este año—.

—Mierda, lo olvidé.—

—Sí, lo mismo—.Dije.—Oye, hay algo que olvidé decirte sobre el payaso—.

—¿Qué?—Preguntó Bill sentándose. Me senté y suspiré.

—Después del castigo hoy estaba caminando a casa. Y en ese callejón escuché una música espeluznante y.....a un globo. Uno rojo—.Tragué saliva.

—Cheryl, ¿por qué me cuentas esto ahora?—Preguntó con severidad.

—Se me olvidó—.Admití tímidamente. Bill tomó mis manos entre las suyas y me miró seriamente.

—Cheryl quiero que me p-prometas algo—.

—Cualquier cosa—.

—Por favor, nunca más camines sola—.Miré sus ojos verdes y asentí.

—De acuerdo—.Dije. Miré junto a Bill su reloj. 6:58.—¡Mierda, tengo que irme!—Exclamé saliendo a toda prisa por la puerta.—Adiós—.Grité antes de correr hacia mi casa.

Llegué a casa justo a tiempo.

—Cheryl—.Mi madre me dijo dándome la mirada que sólo las madres pueden dar.

—Sí—.Tragué saliva.

—Ve a cepillarte el pelo antes de que tu padre llegue a casa, jovencita—.Murmuré un 'sí, mamá' y me apresuré a subir las escaleras.  Podía oír a mi padre hablando con mi madre mientras me pasaba un cepillo por el pelo.

—Hola papá—.Dije mientras bajaba saltando las escaleras.

—Hola nena—.Dijo besando mi mejilla.

—¡Cena!—Mi madre llamó desde la mesa. Los dos la seguimos. En la mesa había una cazuela de fideos con atún y brócoli.

—Huele bien mamá gracias—.Le dije tomando unpoco.  Por ese momento me sentí bien. Comosi todo estuviera bien.

² 𝐖𝐄 𝐖𝐎𝐍𝐓 𝐅𝐋𝐎𝐀𝐓 | ᵇⁱˡˡ ᵈᵉⁿᵇʳᵒᵘᵍʰ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora