MIDVALE

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Kara no se podía ni imaginar encontrarse en una situación como aquella. Ya le costaba mucho estar cerca de Lena en público, con su hermana y la amiga de esta al lado. Pero, estar con ella a solas en una habitación de hotel, era ya demasiado.

Lena y Andrea no habían ido al baño, sino a pedir dos habitaciones al hotel. Una para que Andrea y Alex llevaran su cita a otro nivel y la otra para que ella y Lena pudieran pasar la noche mientras las otras dos se divertían.

En aquellos momentos, ambas se encontraban sentadas al borde de la cama, cada una a un extremo. El silencio era sepulcral y las dos disimulaban mirando en todas direcciones. De vez en cuando, sus miradas coincidían y las dos se dedicaban una sonrisa.

Kara estaba muerta de miedo. Estar con esa chica a solas era como un sueño hecho realidad para ella. Pero aquel sueño era en aquellos momentos una pesadilla, porque desconocía si esa chica también sentía algo por ella. Por eso, aunque se moría de ganas de decirle lo mucho que le gustaba y lo mucho que la deseaba, no se atrevía a decirle nada por miedo a asustarla y por la vergüenza que sentiría si la rechazaba,

El silencio se vio interrumpido por unos gemidos de placer que provenían de la pared que daba a la habitación donde estaban Alex y Andrea.

– ¿Son ellas? –preguntó Kara sorprendida.

Lena respondió asintiendo con la cabeza.

La kryptoniana se levantó de la cama y se acercó a la pared, pegando su oreja la muro para escuchar mejor. Además de los gemidos, se escuchaba un incesante ruido de folleteo. Aquello la dejó boquiabierta al escuchar la voz de su hermana disfrutando como una auténtica zorra. Jamás habría imaginado algo así de ella.  Alex no era de las que le gustaba hacerlo en la primera cita. Cuando regresó a la mesa con dos pasteles de la vitrina, uno para ella y otro para Lena como agradecimiento, Andrea ya le había contado a Alex lo de la habitación y, aunque su hermana al principio se resistía, Andrea terminó convenciéndola. Y ahora las dos estaban en una habitación de hotel retozando como perras en celo. Aquello hizo que Kara, que lo único que conocía del sexo era por las películas, comenzara a excitarse.

Lena no pudo evitar sonreír al ver a la rubia con la oreja pegada a la pared escuchando como la hermana de esta follaba con su mejor amiga.

– Seguro que verlo sería más interesante que oírlo –bromeó.

Kara dejó de pegar la oreja a la pared y se volvió hacia ella boquiabierta.

– ¡Madre mía! Tu amiga está poniendo fina a mi hermana...

Lena soltó unas pequeñas carcajadas.

– Andrea es buena chica. Pero, en la cama, suele ser muy burra. Yo lo sé muy bien...

Aquello hizo que diese un vuelco el corazón de Kara, quién se puso algo seria.

– ¿Tú y ella sois...?

No pudo terminar la pregunta. Pero no lo necesitó para que Lena se apresurase a negar con la cabeza.

– Sólo somos amigas. Lo que pasa es que vivimos en un internado solo de chicas. Ya sabes.... La directora y las profesoras están muy pendientes de que no entren chicos en el recinto, pero ignoran por completo lo que hacemos las chicas tras esos muros.

Kara respiró aliviada para sus adentros al saber que entre Lena y Andrea no había ninguna relación. Sin embargo, pensar en lo que Lena le había contado, la descolocó más, algo que Lena advirtió.

– ¿Tienes algún problema con eso?

Kara se apresuró a negar con la cabeza.

– Es solo que todo esto me pilla por sorpresa. Hace poco he descubierto que mi hermana perdió la virginidad en un campamento de verano y, ahora, me entero de que tú, Andrea y las chicas de tu internado folláis. No sé, creía que los adolescentes no practican sexo. En las series de la tele, cuando a una chica le propone su novio tener sexo, siempre dicen que aún son jóvenes y pueden esperar a ser mayores. Algunas esperan hasta después del matrimonio.

WHAT IF...? (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora