MIDVALE

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Habían pasado unos días después de aquella noche en el hotel, pero Kara no dejaba de pensar en Lena. Todo el tiempo estaba deprimida y a penas probaba bocado, algo que extrañaba mucho a Eliza. Para encubrirla, Alex decía que volvía a estar afectada por la muerte de Kenny, pese a que la tenía ya casi superada.

Esto de momento funcionaba, pero no iba a ser así siempre y era cuestión de tiempo que Eliza se diera cuenta de que Kara estaba deprimida por otra persona. Así que la mayor de las Danvers se decidió a hablar de una vez con su hermana de aquello pese a que a ella tampoco le apetecía hablar de ese asunto, puesto que aún estaba furiosa con Andrea. Llegó a creer que ella y esa chica habían conectado pero, al despertarse y encontrar la cama vacía, supo que aquella cita solo había sido un rollo de una noche, los cuales a ella no le gustaban nada.

Pero, Kara no estaba furiosa, estaba triste. Estaba claro que la amiga de Andrea le gustaba de verdad. Tenía que hablar con ella cuanto antes. No podía seguir así.

Fue al dormitorio de ambas, donde Kara decía que estudiaba, pero se pasaba todo el tiempo con el libro abierto por la misma página y la mirada perdida en el vacío.

– Vale ya, Kara –dijo mientras entraba en la habitación cerrando la puerta tras de si –. No puedes seguir así. Debes pasar página, como yo con Josie.

– No puedo, Alex –respondió Kara mirándola con ojos húmedos –. Lena me gusta mucho y la echo mucho de menos. Creo que la quiero.

Alex rodó los ojos.

– Kara, por favor, para ella solo eras un rollo de una noche, nada más, como yo para Andrea.

Kara negó con la cabeza.

– Lo nuestro fue diferente. Después de acostarnos juntas, nos pasamos gran parte de la noche hablando. Me contó muchas cosas de ella. Me habló de su verdadera madre o lo difícil que fue crecer con los Luthor. Además, las dos tenemos muchas cosas en común, nos gusta la misma música y las mismas películas Creo que conectamos.

– Pero se largó sin avisar, dejándote en la estacada.

Kara volvió a negar con la cabeza.

– Se largó para proteger a Andrea. Y si se despidió. Me dijo que lo sentía creyendo que estaba dormida.

Alex suspiró. En seguida supo que intentar que Kara olvidase a Lena no era la mejor estrategia para hacer que se sintiera bien. Cogió una silla y se sentó al lado de su hermana, mirándola fijamente.

– ¿La quieres? –le preguntó de forma decidida.

– Si... Creo que si... –respondió Kara de forma dudosa.

Esta vez fue Alex quién negó con la cabeza.

– No estarías tan jodida si solo lo creyeras. Dime la verdad y se totalmente sincera ¿La quieres o no la quieres?

Kara se quedó unos segundos en silencio antes de mirar a Alex fijamente.

- Si, La Quiero. Estoy enamorada de ella. Quiero estar con ella todo el tiempo. Quiero besarla, tocarla... incluso me conformaría solo con mirarla.

– ¿Y que haces aquí lloriqueando? –se puso bruscamente en píe – Ve volando a buscarla y dile lo que sientes. Yo te encubriré.

Kara estaba muerta de miedo. Deseaba hacer lo que había dicho Alex. Llevaba deseándolo desde aquella noche. Pero, había algo que se lo impedía.

– Quiero hacerlo, Alex. Pero, no sé si ella sentirá lo mismo. por mi. Se que le gusto, pero no se si de la misma forma que yo.

– Razón de más para ir a buscarla. Tienes que decirle lo que sientes por ella y, de su respuesta dependerá que terminéis juntas o no.

– Pero... Pero... ¿Y qué pasa con mis poderes? No puedo ocultárselos.

– Si ella te ama como tú la amas a ella, podrás contarle lo de tus poderes sin problema. Mira a Kenny, él los conocía y no le importaba, porque te quería. Lo mismo ocurrirá si Lena también te quiere.

Kara volvió a quedarse en silencio.

– Vamos, Kara –insistió Alex –. Es posible que hayas encontrado a tu alma gemela. No la dejes escapar.

– Pero ¿Y si me rechaza? Me moriré si eso ocurre.

– Lo sé, Kara, créeme. Fue muy doloroso para mi cuando me declaré a Josie y ella me rechazó. Pero era algo que necesitaba hacer. No podía seguir viviendo sin saber si ella sentía lo mismo por mi o no. Y tú tampoco puedes seguir viviendo sin saber si Lena siente lo mismo por ti, porque estarás siempre en un sin vivir.

Kara volvió a quedarse en silencio.

– Vamos, Kara –continuó insistiendo Alex –, tienes que hacerlo. Si ella te corresponde, las dos seréis muy felices, seguro. Y, si te rechaza, siempre me tendrás a mi como tú hombro para llorar.

Kara continuó pensándoselo durante unos segundos hasta que, finalmente, se puso en píe decidida.

– Si, lo haré. Iré a buscar a Lena y le diré lo que siento por ella.

Alex sonrió orgullosa.

– Así me gusta, hermanita. Ahora, ve al internado Mount Helena, allí la encontrarás.

WHAT IF...? (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora