Capituló 1. La bestia en las paredes.

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Lavender Brown despertó el segundo martes de noviembre agotada, sentía el cuerpo pesado y sus siempre risueños ojos estaban oscuros. Después de asearse el día se veía típicamente sombrío, el ataque estaba en la boca de todos.

Lavender estaba asustada, tenía cierto grado de seguridad después de todo era sangre pura y si las palabras de Malfoy eran ciertas -aunque una parte de ella solo quería cerrarle la boca de un golpe- corrían peligro solo los nacidos de muggles –su lado más infantil y crédulo había suspirado de alivio lo que luego por supuesto le trajo un mal sabor y la hizo dudar sobre la veracidad del sombrero al colocarla en Gryffindor-.

No se avergonzaría de admitir que se le había ido el aire cuando vio la inscripción en la pared, ni el chillido que soltó cuando se enteró del primer alumno petrificado. Ella y Parvati habían comprado los talismanes protectores, ignorando la sensación de ridiculez los usaba diariamente e incluso había intentado encantar su pulsera favorita eso había terminado terriblemente mal en parámetros de Lavender; destruyó el preciado regalo de su hermano mayor y se lo contó vía carta entre lágrimas, el regalo que había usado desde que entró a Hogwarts ahora era solo un triste recuerdo arruinado de su fracaso.

Al bajar a la sala común se dio cuenta de que su mejor amiga no estaba, el pánico le hizo temblar las manos los escenarios de Parvati petrificada porque la bestia había enloquecido y atacado a todo el que se encontrara... la habitación se volvió más pequeña, ventanas cerrándose a su alrededor, pasos acercándose y una presencia en su espalda.

Una mano en su hombro, sintió el grito naciendo en su garganta.

- Hey Lav te saltaras el desayu..

- Ahhhhh....

-Ahhh. -El grito había asustado tanto a Seamus que soltó uno propio saltando hacia atrás. Ambos niños se miraron por largos segundos la sonrisa incómoda de Seamus lo decía todo.

- ¿Es por lo de Colin? –Fue el niño quien rompió el silencio, los cabellos de Lavender se agitaron cuando dio un asentimiento.

- Es normal que esté tan nerviosa apenas han pasado tres días Finn. - había murmurado mientras salía por el retrato con el niño siguiéndole.

Extrañamente el camino hasta el gran comedor estaba vacío apuro el paso sintiendo un escalofrío recorrer su espalda. Encontró ha Parvati sentada junto a su hermana en la mesa de Ravenclaw no interrumpió y se acomodo cerca de Dean Thomas, con Seamus frente a ellos al lado de Ronald Weasley, su mirada viajó hacia los de primer año que se veían cabizbajos y el hueco entre ellos, nadie había querido ocupar el asiento de Colin Creevey. Los susurros del alumnado en general se dividían en "nacidos de muggles", "el heredero", "petrificado" y el más reciente "el niño de las fotos", para cuando salió del comedor Parvati estaba a su lado de camino a Historia de la magia.

- Vayamos juntas a la biblioteca después del almuerzo, aún no he terminado el pergamino de astronomía además Padma estará ahí toda la tarde. -La voz de Parvati salió bajita.

- Está bien, pero primero iré a dejar todos estos libros y no cargaré por ellos después -bufo-, rayos debí pedirle a mis padre que encantarán mi bolsa nueva con peso pluma.

-  Pídele a la prefecta no creo que se niegue -al ver la duda de su amiga dejo el tema- ¿Está bien ir sola, vamos juntas? .

- No es necesario, sabes que soy sangre pura, nada está pasando. El intento de valentía Gryffindor salió espontáneo como si compensara el miedo anterior, una pequeña sonrisa de Lavender zanjó el tema y ambas entraron a la clase.

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Después del almuerzo pidió que le guardaran un asiento en la mesa junto las ventanas, manera indirecta de pedirles que eligieron una mesa con luz solar y no las favoritas de Padma demasiado cerca de Madame Pince, se alivio al ver el asentimiento de las hermanas y corrió hacia la torre. Cuando salió del retrato de la Dama Gorda más ligera de carga, la idea de subir hasta el despacho de la profesora Sinistra se avivó tenía dudas del trabajo pendiente, después de todo hoy era luna llena y si podía pedir recomendaciones de libros la tarea sería más fácil un poco de adulación soltaría la lengua de cualquiera.

De camino a la Torre de Astronomía Lavender lo sintió otra vez....

La sensación de tener alguien a tus espaldas, ojos observándote, no habían pasos esta vez y el sonido en las paredes como si algo estuviera dentro de ellas provocó un sudor frío en su cuerpo algo se arrastró cerca... suave, muy suave...

Siguió su camino fingiendo no saber nada el sonido en las paredes seguía resonando alto en sus oídos.

Tap, tap, tap... - sus pasos solitarios la hicieron querer golpearse a sí misma absolutamente no debería estar sola-.

Antes de subir el otro tramo de escaleras pasando el rellano giró hacia la izquierda y corrió tan rápido como pudo, al doblar vio una sombra gigante detrás suyo, el corazón le latió fuerte y siguió corriendo giro en pasillos que no recordaba y rogó por un escondite, los pasillos llenos de armaduras y algunos cuadros sin ninguna puerta a la vista la volvieron loca, por un momento juro estar dando vueltas se detuvo cerca de una armadura cuando no escucho nada más que su propia respiración. Estaba por seguir su carrera cuando escuchó un arrastre adelante, giró otra vez y volvió por el pasillo de la armadura, vislumbrar un tapiz de un hombre rodeado de trolls le dijo que ya había pasado por ahí minutos antes, lágrimas brillaron en sus ojos no había puertas en el camino que recorrió.

Con el rabillo de los ojos distinguió una puerta pequeña, corrió hacia ella y se coló dentro sin pensar porque no la había notado en su carrera anterior, recargo su espalda contra ella y jadeo tan fuerte que su abuela la habría reprendido de enterarse. Un golpe en la puerta la hizo sobresaltar y correr entre los pasadizos de cosas apiladas que tenía esa habitación. Esta nueva carrera resultó más efectiva habían pequeñas torres de todo y muchos lugares donde esconderse, vio un armario casi al final del pasillo estrecho por el que corría y el alma le volvió al cuerpo. A unos pasos del armario, un espejo lo suficientemente grande para ser una ventana mediana brilló. Cuando paso frente al espejo giro por inercia su tobillo se había doblado, una alfombra se había movido sola, el traspié resonó entre los cachivaches...

Extendió sus manos para evitar el golpe, toco algo frío semejante al agua que se tragó su mano y su cuerpo fue hacia adelante, sus ojos se nublaron no podía decir si eran lágrimas o el golpe le había pasado factura.

Un plop resonó en la hitación y todo se puso negro.

Botones de LavenderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora