SIX FEET UNDER | D.M (traducción)

|𝐧𝐢𝐧𝐞 - 𝐡𝐞𝐫𝐞 𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐲𝐨𝐮|

Draco

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ERA casi imposible dormir un parpadeo si estábamos en el impulso de ser atrapados, me sentí.. molesto

Durante los últimos meses de huida, persiguiendo a gente que no merecía más que el odio, nunca me había sentido así, ni una sola vez pensé que importaría si me mataban o me encerraban en Azkaban. Trataría de huir, claro, pero era un callejón sin salida para mí, estaba listo para enfrentar mi destino.

Pero ahora, T/N está conmigo. No quiero nada más que estar con ella, y quedarme con ella más tiempo que nunca. La he decepcionado demasiadas veces, no quiero decepcionarla ahora, demás, ahora que está conmigo, todos mis crímenes son también suyos. La he metido en este lío, ojalá no lo hubiera hecho.

Me escabullí lenta y cuidadosamente del saco de dormir en el que dormíamos T/N y yo. Eran tal vez las cuatro de la mañana y, como ya he dicho, no había pegado ojo.

Sentí el frío en el cuerpo cuando logré escabullirme de sus brazos, pero luché contra el impulso de rodearme con sus brazos una vez más, sin querer despertarla de su tranquila siesta.

La carpa en la que estábamos no era tan grande, pero con la magia, se las arregló para verse bien para dos personas. Me sorprendió que T/N tuviera esto en su mochila, pero luego me dijo que esto era lo que usaba cuando me perseguía.

Todavía no podía creer que después de todos mis crímenes, a pesar de que ella sabía bien que yo era una causa perdida, todavía me acompañaba. ¿De verdad se preocupaba tanto por mí? Que toda su vida se arruinó. Todo para mí, una pobre excusa para un niño de luto que todavía no podía aceptar el hecho de que su madre se fue después de un año.

Mis pies me llevaron fuera de la tienda, todavía estaba oscuro, pero no pude evitar observar nuestro entorno. Estaba tranquilo, nada más que grillos cantando en el fondo, solo acampamos aquí la noche anterior, para pasar la noche, y volver cuando sale el sol. Fue pacífico, al igual que la cabaña de mi madre, que estaba a una buena distancia de donde estábamos, pero no podemos volver allí. Al menos no en este momento.

Un profundo suspiro se escapó de mi boca, sin saber qué hacer. Todo esto fue un error, no debí haberme metido en esto.

Si solo aceptara tanto como T/N, no tendríamos que pasar por todo esto.

-¿Draco?

Inmediatamente me giré, solo para ver a T/N asomando la cabeza fuera de la tienda, sus ojos entrecerrados y su cabello un poco desordenado por dormir, caminé hacia ella.-Lo siento, ¿te desperté, amor?

Ella negó con la cabeza con una pequeña sonrisa.-No.-dijo, y suspiré aliviado.-Sin embargo, quiero saber qué estás haciendo aquí a esta hora.

T/N salió de la tienda.-Podrías enfermarte, hace un poco de frío.-le advertí, sabiendo bien que hacía mucho frío.Pero ella solo se encogió de hombros mientras se sentaba en un tronco junto a nuestra tienda.-No me importa, te tengo a ti para mantenerme caliente.-sonrió, dejé escapar una pequeña risita y me senté a su lado, quitándome el jersey y colocándolo sobre sus hombros. Ella pensó que no vi cómo la hizo sonrojarse.-Entonces, ¿por qué estás aquí?

Me senté a su lado, tomando sus manos entre las mías. Parecían ser lo único que me calmaba en momentos como este. Fue como una garantía de que T/N estaba aquí y que me ama pase lo que pase.

-Para ser honesto contigo...-no pude evitar dejar de hablar, mirando sus manos, encajan tan perfectamente en los míos, como si realmente estuvieran hechos para ser sostenidos el uno por el otro.-Tengo... miedo.

Cuando miré hacia arriba, esperaba que T/N se riera directamente de mi cara. Pero no lo hizo, en cambio, tomó mi mejilla con su mano libre, mientras que la otra todavía sostenía la mía.-Oye, está bien tener miedo.-me dijo, arrugándome el pómulo con el pulgar.-Está bien estar triste, molesto, enojado, feliz, y cualquier emoción que esté ahí afuera. Nos hace humanos.

Sabía que ella tenía razón, pero no pude evitar los demonios dentro de mi cabeza. Siguen comiéndome, invadiéndome, no estoy preparado para lo que pase. Esto era nuevo para mí, siempre supe qué hacer.

-¿Estás feliz?-le pregunté, el miedo subiendo a mi pecho, yo también tenía miedo de su respuesta.

Pero ella sonrió.-¿Ahora mismo?-ella me preguntó, y yo solo asentí con la cabeza. Ella respiró hondo.-¿Por qué no habría de estarlo? Estoy aquí contigo.

Ella realmente sabe cómo hacerme sentir mejor. Incluso antes.

Besé sus nudillos, como si eso le asegurara que saldremos de esto, incluso si sabía que era una tarea imposible. Sin embargo, cuando la miré a los ojos, me dio un poco de esperanza. Tal vez este no era el final. Tal vez hubo más para nosotros de lo que sabemos.

-Sé que esta no es la vida que querías, ni deseabas, pero..

-Amor, ¿no te lo dije ya?-dejó escapar una pequeña risa.-Mi lealtad está contigo ahora, te seguiré a cualquier lugar y en todas partes, ¿verdad?

Asentí con la cabeza.-Aunque sea a seis metros bajo tierra.

Ella sonrió con amor, poniéndose de pie.-Vamos adentro y comencemos a empacar, ¡tenemos que mudarnos o tendremos nuestros traseros perezosos en Azkaban!

No era mi intención, pero las palabras salieron naturalmente cuando entramos en la tienda.-Prefiero morir en tus brazos que encontrarme con mi padre allí.-era cierto, de todos modos.

T/N me miró, como para decirme que dejara de hablar de la muerte, así que me detuve. Podría haberme matado con esa mirada de todos modos.

Cuando comenzamos a empacar, su radio emitió un sonido estático, compartimos una mirada cuando el reportero comenzó a hablar.

-Auror Harry Potter hospitalizado por las acciones de la ex Auror T/N Edimburgo y el asesino Draco Malfoy.-mi respiración se cortó.-El Ministerio está rastreando a los dos ahora, con la esperanza de poner fin a estos crímenes, el Ministerio aconseja a todos que quedarse en sus propias casas hasta que los dos estén encerrados.

Un escalofrío me recorrió la espalda mientras miraba a T/N. Parecía asustada, pero está tratando de ocultarlo.

Cerré la cremallera del saco de dormir y lo puse dentro de su bolso, encogiéndome de hombros.

Mis manos se abrieron paso hacia las suyas, estrechándolas contra las mías.

No se intercambiaron palabras al salir del campamento.

Una historia está a punto de terminar.

Es sólo cuestión de tiempo que descubramos cuál es.

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