Capítulo 6

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— ¿Te conoce? —Theodore susurró a Harry, el simple movimiento en su dirección hizo que el bote se moviera.

— No que yo recuerde. Y suelo tener una buena memoria. —Harry respondió mirando a Hagrid en su propio bote.

— ¿Y por qué frunce el ceño ahora? —Millicent gruñó en su otra oreja.

Por fin Harry había tenido el honor de conocer a la famosa Millicent y rápidamente él pudo notar por qué Theodore la tenía en tan alta estima. Millicent era fuerte y no solo físicamente, lo cual era notorio. Ahí donde Theodore era delgado, la chica era músculo. Millicent tenía una sonrisa amenazante. Su padre solía decir que una mujer podía hacerte sentir seguro de diferentes formas, pero aquellas que parecían capaces de romper tu cráneo con sus propias manos eran especiales. Millicent era así. Además, tenía un nombre encantador.

La mano de Theodore se apoyó sobre su hombro por uno o dos segundos y Hagrid frunció el ceño.

— No le agradan los hijos de sangre pura y potencialmente Slytherins. —Nott respondió— Sospecho que él debe saber que el apellido de nacimiento de Harry es Potter.

— ¿Cree que vamos a volverlo mortífago? —Millicent dijo exasperada— Grandioso. Otro lugar donde no somos bienvenidos.

Harry frunció el ceño y los miró. Ahora que se percataba, nadie había subido al bote con ellos. A pesar de que aún había lugar. Pero Harry había supuesto que se debía a él. Usualmente el encanto Addams apartaba a la gente común. Pero ahora que observaba a los otros botes, había niños que los miraban con desconfianza.

Algunas cosas no cambiaban en su vida.

— Lo siento, no creo que podría ser un mortífago. —Harry confesó— No es que me oponga a un poco de tortura consensuada, pero ¿Sus ideales? No lo sé, suena a gente muy insegura.

Theodore comenzó a reírse, intentando cubrir su boca. A veces Nott le recordaba a Wednesday con su elegante indiferente. Pero en momentos como esos, cuando se reía tan jovialmente mientras susurraba 'Mortífagos Inseguros', Harry recordaba que cada persona era un universo.

— ¿Un poco de tortura...? —Millicent lo miró sorprendida— ¿No tienes problema con...? ¡Theo!

— Oh, por favor. —Theodore bajó la voz y se inclinó hacia la chica con una mirada analítica— Harry tiene razón. En perspectiva todo eso suena a un discurso de gente insegura que le tiene miedo al cambio.

— Ya veo como son las cosas. Tienes muchas agallas ahora que nuestros padres no están cerca. —Millicent frunció el ceño— Pero más importante, parece que te da igual que él dijera que estaba de acuerdo con un poco de tortura consensuada con su té.

— Yo no dije nada de té...

— Silencio. —Millicent ordenó sin apartar sus ojos de Nott— Él no puede hablar de tortura. Al igual que ese tipo gigantón no puede simplemente juzgarnos por las acciones de nuestros padres.

Harry solo la miró fijamente.

— Son dos cosas diferentes. Si, la tortura es un tema sensible por aquí. —Theodore señaló a otro bote, donde la niña que había entrado a su compartimento estaba sentada junto a un pelirrojo y otro niño de cabello negro— Por ejemplo, Neville Longbottom, sus padres fueron torturados por mortífagos y ahora ellos han perdido todo rastro de personalidad.

Harry asintió. La tortura estaba bien si era algo que la otra persona quería. Igual que las explosiones o venenos. Harry debía ser mejor, expresarse con mayor elocuencia y cuando fuese adecuado. Algunos temas que eran normales para él podían ser altamente problemáticos para otros.

De cualquier manera, que placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora