Plan para enamorar [Dazatsu]

Fase 1- identificar enemigos (2/2) 🌻

Era un día agradable, con pocas nubes en el cielo, ni demasiado calor ni demasiado frío, poco más que una suave brisa movía los árboles que había en la cercanía, estaba todo en calma. Sin dudas era el día perfecto para pasarla fuera dando un paseo, o porque no, para un buen intento de suicidio, o eso pensaría Osamu Dazai si no hubiera pasado las últimas horas de su vida buscando a su pequeño discípulo objetivo de su atención. 

Había ido temprano a buscarlo a su departamento, tocando unas cuantas veces sin respuesta, también llamo a su celular, sin resultados, cosa rara, pues el menor siempre le tomaba la llamada, lo más normal habría sido suponer que ya se encontraba en la agencia, que tenía algunas cosas que quería hacer ahí, que salió temprano, que estaba demasiado ocupado para contestarle, pero eso no lo convencía, conocía demasiado bien a atsushi, pese a que le gustaba su trabajo no llegaría temprano a no ser que fuera estrictamente necesario, sin mencionar lo mucho que le gustaba dormir. Lo busco en el lugar donde solía desayunar, la cafetería debajo de la agencia, pero no había señal del chico, y, como en realidad estaba ya a unos metros, decidió echar un vistazo en la oficina, pero tampoco había señales de "su pequeño tigre", ni de nadie a decir verdad, como él no podía ser el primero en llegar decidió continuar con su búsqueda, siendo así que estuvo unas cuantas horas buscando al menor. 

Sin resultados.

Visito todos los sitios en los que alguna vez vio entrar a atsushi mientras, según sus propias palabras, lo vigilaba para asegurarse de que estuviera bien, pero no lo encontró en ninguno de ellos. 

Tras toda esa búsqueda se encontraba llegando por segunda vez en el día a la oficina.-¿y si estuvo huyendo de mí todo este tiempo y por eso no lo encuentro?, quizá ya se haya hartado de todo este asunto y decidiera que era mejor alejarse de una vez-. Sacudió la cabeza tratando de alejar esos pensamientos.- no, no es posible, es demasiado amable como para hacer eso sin explicación y ayer no parecía haber nada distinto... pero entonces ¿dónde está?-. Se rindió, no quería sobre pensar el asunto, lo afectaba en gran manera los escenarios a los que su cabeza lo llevaba en ocasiones y como no encontraría al menor si estaba deprimido se obligó a seguir adelante, suspiro antes de abrir la puerta, al menos si no se encontraba ahí podría preguntar por su paradero.

-ah, Dazai, si viniste a trabajar-. 

-Buen día para ti también yosano-san-. Contesto el castaño con su sonrisa de siempre mientras comprobaba, para su desgracia, que en la oficina solo se encontraban su compañero rubio y la doctora.- Parece que todo está tranquilo, debería volver a la cama, ya que tienen todo bajo control aquí-. Revisó el reloj de la oficina que mostraba que era poco más de medio día, así que si había pasado un rato fuera.

-Solo ranpo tuvo trabajo hoy, está fuera encargándose de un caso, kyoka fue con él, los hermanos tenían un asunto que resolver, no quise preguntar, y como siempre kunikida está haciendo sus reportes-. Comento la doctora mientras acomodaba un par de bolsas que tenían un líquido negro sobre sus brazos y caminaba hacia la enfermería.- Pregúntale a kunikida-. Agrego antes de entrar y cerrar la puerta tras de sí sin darle tiempo al castaño de responder.

Ni siquiera era necesario preguntarle a la pelinegra a que se refería, era demasiado obvio qué o más bien a quien estaba buscando, pues en palabras de la misma doctora últimamente era más fácil leerlo que antes de que el tigre llamara su atención, cosa que debía cambiar cuanto antes, ya era algo peligroso el simple hecho de tener interés en alguien, no podía bajar la guardia frente a nadie, al menos no si quería proteger al tigre.

Pero ahora se había quedado solo con su compañero en la oficina, era más fácil fingir con él, no porque fuera menos inteligente que sus compañeros, sino que era menos perspicaz en cuanto a sentimientos se refería, lo que era perfecto para él, sin preguntas sobre su pasado, sin conversaciones demasiado profundas.