Susurros [Evelynn y Tu]

Día del Juicio

Narra el Invocador

Empezaba a creer que me quedaría aquí para siempre, tras estos barrotes, pero a la hora de la comida en la cárcel oí en la radio que Ekko había muerto y que se habían encontrado pruebas de que el era el culpable de difundir videos íntimos de las K/DA y además de violar a la cantante Evelynn y que se soltaría al sospechoso pues con esto se desmostraba su inocencia, ese era yo. 

Mi sangre ardió cuando oí que había sido él, el que me metió en este lío y más aún cuando supe que le había hecho algo a Evelynn. 

Pero igual no pude evitar sentir felicidad por qué saldría de aquí, al fin sería libre.

Al día siguiente

Al día siguiente como a medio día los policías me esposaron y me llevaron delante al juez que dictaría mi libertad y confirmando que efectivamente era inocente. Al estar ahí lo primero que vi fue que estaban las K/DA y Yasuo y más al frente estaba ella, en una silla de ruedas, con moretones en su cara, una collera y 2 yesos; cuando me quitaron las esposas corrí para besarle.

- Auch - dijo ella adolorida -

- L-lo siento - le mire preocupado con ganas de llorar - Que demonios te hizo? - acomode su cabello -

- Oh que le hice yo... - susurró y luego me miro y por un instante sus ojos brillaron como dos focos -

- Quiere tomar asiento? - dijo el guardia y la voz del juez se escuchó- 

- Debido a los acontecimientos sucedidos y a las pruebas que se han presentado ante la corte y el jurado el joven T/N queda en libertad sin cargo alguno que ensucie su expediente ante la ley - golpeó su martillo -

En el momento en el que eso paso se escuchó como las puertas del salón azotaron y como 2 enormes tipos grandulones dispararon contra los guardias con armas cargadas y peligrosas, todos gritaban y trataban de esconderse, Ahri, Yasuo y Seraphine se pusieron a salvo mientras Akali cubría a Evelynn y yo a Akali.

- Denos a Evelynn y nadie saldrá herido -Dijo uno de los tipos apuntándome entre los ojos con su arma -

Parecía que todo pasaba más lento pues mientras yo trataba de hacer tiempo y pensar como salir de esta, logré ver cómo Evelynn apretó el brazo de Akali haciéndole una seña y está afirmando con su cabeza como si ya supiese que pasaría.

Akali lanzo una bomba de humo y me tiro al suelo para cubrirme mientras seguía tirando más bombas, entonces perdí de vista a Evelynn.

Narra Evelynn

En el día del juicio del Invocador, ellos volvieron, los guardias de Scott y los escoltas de Ekko quienes al parecer sabían que yo había matado a sus amos y ahora buscaban venganza pues llegaron pidiendo por mi.

Por suerte Akali estaba ahí y aún recordaba nuestras peleas juntas, tiró sus bombas de humo mientras yo dejaba de fingir mi dolor, quite mi collarín y los yesos, me levanté entre la penumbra de esa silla la cual ya me había dado dolor de espalda, estiré un poco y estaba lista, mis latigos aparecieron azotando contra el pozo al igual que mis garras listas para despellejar a otros dos pobres ingenuos.  Deje que mi voz demoníaca hablara por mi.

- Creen que sus armas me lastimaran? -me movía entre el humo hacía ellos mientras ellos disparaban hacia todos lados, solo debía mover mis caderas para evitarlas todas-

- Diablos que mala puntería... -aparecí enfrente de ellos- Boo! -azote sus cabezas con mis manos dejándolos confundidos y luego volví a desaparecer - 

- Pueden mirar... Pero no pueden tocar - reí y volví a aparecer enfrente de ellos quienes empezaron a disparar como si pudieran dañarme -

En ese momento cada uno de mis latigos los atravesó mientras mis espinas les dañaban el cuerpo y mis garras se encajaban en sus cuellos. 

- Patéticos... - calleron al suelo muertos y yo desaparecí entre la penumbra marchandome como una sombra pues no podía dejar que vieran que todo era una farsa -

Me fui a mi casa llena de placer por el sufrimiento de esos tipos, me di una ducha y me acoste en mi cama a comer helado mientras veía en la TV lo sucedido, todos estaban bien sin contar a esos pobres guardias; yo tenía muchos mensajes y llamadas tanto de la prensa como de las K/DA y el Invocador.

En la noche oí como abrían la puerta de mi casa, entonces entre en sigilo para ver quién era, pero solo era mi querido Invocador, entonces aparecí frente a él.

- Boo! - di un pequeños gritito y gruñi-

- Ahhhh!!! Evelynn!!! No hagas eso me darás un infarto - dijo poniendo su mano en su pechos - Que no estabas lastimada? - dijo viéndome -

- Uhmm si pero ya no, ya no me duele nada - di una vuelta riendo -

- Me contarás que te paso? Que es eso de que Ekko te tocó - me tomo de las muñecas -

- Oh... Pues verás...

Le conté todo lo que había pasado

- Hiciste todo eso por mi? - dijo tomando una taza de café -

- Eres importante para mí, aunque siendo sincera primeramente mi idea era matarte, tuviste suerte - dije mientras tomaba de mi vino - Traicionar a un demonio se paga caro, querido. -

- Que bueno que no lo hiciste.... - dijo casi desmayandose- Que pasará con el verdadero Ekko? - dijo curioso -

- A lo que sé ahora está encerrado en una cárcel de tiempo, pues fue llevado por Ryze, Zilean y Heimerdinger y juzgado por los jueces  protectores de Runaterra y sin su reloj no puede hacer nada para huir o vengarse además de que está vigilado 24/7 - me levanté a dejar mi copa en el lavabo-

- Te extrañé mucho... - se levanto conmigo y me abrazó por detrás besando mi cuello mientras acariciaba mi cintura -

- Yo también te extrañé - volteé para besarle-

Entonces me cargo y me llevo a la alcoba dejándome en la cama y acostándose a mi lado.

- Debes estar cansada... - beso mi frente y quitó mis zapatos, subió sus mangas y empezó a masajear mis pies - Algo debía hacer por ti después de esforzarte tanto por mi. -Dijo sonriendo-

Después de eso masajeó el resto de mi cuerpo y me dio besos dulces que calmaban mi espíritu.

- Tengo una idea loca... - dije casi dormida -

- Que idea? - preguntó y luego me tapó con las sábanas para luego acostarse el-

- Escapemos... - me quedé dormida -

Narra el Invocador

Cuando ella se quedó dormida, la vi en completa paz, tenia a un demonio a mi lado, que podía matarme si ella quisiera, pero estaba enamorada de mi, me había enamorado de un demonio y ella de un simple humano.... Ella duraría mil años más... Y yo solo 100 años más...

Pero quería hacerla feliz tanto como pudiera, entonces bese su frente jurandole entre susurros que escapariamos a un lugar donde solo estuviéramos ella y yo sin que nadie perturbe su paz ni la mía...

Escapariamos....

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El fin se acerca mis queridos lectores.