Misterios

432 35 2
                                    

-En el penthause de Evelynn-

-Narra el Invocador- 


Entrar a la casa de Evelynn era escalofriante, su decoración era elegante y siniestra, toques de negro y blanco por todos lados, estatuas pequeñas, fotos de ella en marcos, velas negras, y en una pecera habilitada para serpientes había dos una blanca muy hermosa y una que me daba miedo, era color negra, Evelynn tomo a la serpiente y esta se enredo en su mano lo cual me daba escalofríos, pero interesante ver como ella la acariciaba, parecía admirar su belleza, después tomo a la serpiente blanca y al acerco a mi poniéndola en mi cuello, lo cual me dio mucho miedo, sentía que me orinaría en los pantalones, estaba sudando frio y temblando, pero ella me miro con ternura y me dijo que no  tuviera miedo, que si lo hacia ellas lo sabrían y entonces seria mi fin, no tenían veneno pero la mordida iba a doler, entonces solo cerré los ojos mientras sentía la piel de la serpiente recorrer mi cuello, su diminuta lengua rosarme y sus hipnóticos  ojos mirarme. 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Continuamente su celular sonaba, y hablaba entre susurros, ella dice que es de trabajo pero al preguntarle en que trabaja cambio de tema, se sentaba en su balcón mirando el cielo y tomando vino, mientras me hablaba de su pasado lo aterrador que er...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Continuamente su celular sonaba, y hablaba entre susurros, ella dice que es de trabajo pero al preguntarle en que trabaja cambio de tema, se sentaba en su balcón mirando el cielo y tomando vino, mientras me hablaba de su pasado lo aterrador que era no saber quien era, no recordar nada y estar sola entre las penumbras.. Le pregunte si alguna vez tubo un compañero de vida, o una pareja sentimental, o tan si quiera un familiar cercano, ella dijo que muchos le mencionan a un hombre con el que bailaba tangos, pero que ella no recuerda su nombre ni su rostro, solo recordaba como ella lo mato.. Me conto como su sombrero y su ultima carta cayeron al suelo mientras sus manos se llenaban de sangre y ella de felicidad, el placer del dolor humano la hacia enloquecer, para todos eran historias macabras de lujuria que terminaban mal pues lo único que tenían era un rasguño y un posible aterrador y feo monstruo, cuando yo solo veía a una mujer sola, joven y atractiva que disfrutaba de su soledad y con unos modales intachables.

Me toco dormir muchas noches en su sala, hasta que me dio el cuarto de servicio, al parecer me tomo confianza, la música de violín y piano eran sus favoritas, siempre vestía elegantemente.. Aunque.. Algunas noches.. No llegaba a dormir, llegaba en la mañana, y al querer preguntarle a donde iba cada noche, ella dijo que no era de mi interés y que no me metiera donde no me importara. 

Susurros [Evelynn y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora