~ CAPÍTULO DIECISITE ~

1.4K 167 12
                                    

POV KRIST

- Es un pequeño omega, tiene 11 años y es hijo único, al parecer su padre marco a otra omega y no quiso saber más sobre el niño, actualmente su paradero es desconocido. – Leí el pequeño informe en voz alta.

Off asintió y se quedó con su mirada sobre la hoja que había una foto junto a la información básica.

Tal parecía que Gun había rescatado a un pequeño cachorro días atrás, el día del atentado, el niño no podía hablar, sus cuerdas vocales se habían lastimado por llorar y gruñir, los doctores habían dicho que se pondría mejor, solo no lo forzáramos a entablar una conversación, por desgracia no sabíamos nada más que su nombre, por lo que Off me pidió buscar más datos sobre él.

- Gracias Krist, puedes retirarte por hoy y volver a casa. – Dijo moviendo su mano para indicarme que saliera y yo asentí, pero antes de irme siguió hablando. – Ah, también busca más información sobre el niño y su familia, cualquier cosa es importante, sus abuelos, tíos, primos, lo que sea. – Dijo con un suspiro al final.

Asentí de nuevo y salí de su oficina, nos encontrábamos en la empresa, regularmente, Off trabaja desde su estudio en casa, sin embargo, había surgido un pequeño problema con uno de los empleados. Y como Off jamás permite que alguien ajeno a su circulo íntimo lo visite, tuvo que venir personalmente.

Siempre le preguntaban la razón por la cual su mansión se encontraba al otro lado de la ciudad, la cual respondía que para evitar que le molestaran. La mansión se encontraba cercana a un pequeño bosque, no muy lejos del instituto de Gun.

Después de subir al auto y conducir por una pequeña carretera llegué a casa.

- ¡Kristie! – Gritó con alegría Gun junto con un abrazo. Luke se encontraba detrás a una distancia prudente.

- Ya llegué, Off vendrá en un rato más, por lo que mientras le esperamos, ¿hay algo que les gustaría hacer? – Les pregunté con una sonrisa.

Fluke me miraba fijamente mientras se abrazaba a Gun escondiéndose detrás de él, yo pensaba que era tierno, y lo era sin duda, el pequeño de cabello azabache te derretía con su mirada, sus ojos de color verdes con toque de miel te cautivaban.

Por desgracia, habíamos descubierto que solo se comportaba así cerca de Gun. En los cuatro días que estuvimos cuidando de él, siempre gruñía cuando alguien intentaba acercarse y era algo normal, acababa de ver a su madre fallecer y no de una manera muy agraciada, por ello su instinto le decía que todo lo desconocido resultaba un peligro, y él único aroma que su omega reconocía era el de Gun por haberlo rescatado.

Había leído que existían casos en los que los niños se volvían de una forma más salvaje, su lobo se salía de control, por lo general eso sucedía con casi todos los niños que presenciaban la muerte de sus padres o algún ser querido, no podían controlar su instinto al ser tan pequeños, así volviéndose un problema para la sociedad. El punto bueno, es que no todos resultaba así.

- No hay algo que tenga en mente, ¿y ustedes? – Preguntó con una sonrisa pequeña, Luke y yo negamos levemente.

El niño llamó la atención de Gun de manera discreta tomando el borde de su camisa, Gun se agacho a la altura de Fluke y éste se acercó a su oído para susurrarle algo. Siempre que quería decir o pedir algo se lo decía primero a Gun por medio de susurros.

- Oh, Fluke dice que le gustaría descansar un momento, su cabeza le comenzó a molestar un poco después de salir al patio. – Me dijo Gun algo apenado.

- Claro, no tiene que preocuparse, su salud es más importante. – Luke asintió comprendiendo.

Gun se disculpó y acompaño a Fluke a su habitación. Lo genial de vivir en una mansión era la cantidad inmensa de habitaciones desocupada que podía poseer.

El omega del alfa (OffGun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora