Maria Kuran, prima de Kaname y Yuuki Kuran, fue escondida en una torre porque su padre Rido ataco la mansión donde vivían porque perseguía tanto a su prima Yuuki como a ella al tener ese gran parecido con sus madre, sobre todo a su tía Juuri. Once...
Narra María (Unos segundos después de la mascarada vampírica)
Nos fuimos de allí tras el enfrentamiento que tuve con el cabeza de la familia Shiki, mientras la limusina se dirigía a la academia nuevamente. Seguía bastante impactada por lo que me había confesado Kaname, no hable durante todo el camino, ¿cómo era posible que el mismo hombre que no solo había violado a su propia hermana, mi madre, y que años después la asesinó, hubiera formado otra familia distinta? Más aún, ¿tenía un hermanastro? ¿Significaba eso que ahora tendría que tratar de hermano a Senri? En verdad me estaba sintiendo muy confundida.
Al llegar a nuestros dormitorios, me dirigí directamente al ático en lugar de la habitación necesitaba estar sola para asimilar todo aquello, pero algo en mi hizo que, una vez arriba, tirase todo lo que encontraba a mi paso furiosa diciéndome que no podía ser verdad lo que Kaname me había contado, la oveja negra de nuestra familia no solo había violado a mi madre, y de cuya violación había sido fruto. Si no que, además, ahora resulta que ese ser había tenido otra familia todo este tiempo. Solo podía sentir como algo dentro me invadía de tal manera que empezaba a destruir aquello que tanto me había costado arreglar. Mis ojos se mostraban rojos brillantes, de pronto, sentí que alguien me abrazaba por detrás queriendo calmarme.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
― María tú no eres así, cálmate―me dijo mi primo, que me había seguido. ─ Se que es difícil de entender, pero la cosa es que es así. No tienes que tratarlo si no quieres, pero cálmate por favor...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
― No es justo... ¿Por qué, incluso cuando ya no está, nos hace tanto daño a ella y a mí? ─me derrumbé finalmente entre lágrimas sobre el mullido sofá que sin duda él mismo había hecho subir para mí, al mismo tiempo que él me abrazaba.
─ Todo fue hace demasiado tiempo, ahora solo importa que vuelvas a estar con nosotros y nadie te hará daño ―me contestó abrazándome más fuerte. ─ No dejes que tu poder se descontrole de nuevo y menos por lo que dijo ese hombre...
De pronto, noté como me acariciaba la cabeza empezando a entrarme sueño, sin duda estaba usando su poder para tranquilizarme, porque poco después caí profundamente dormida.
