Maria Kuran, prima de Kaname y Yuuki Kuran, fue escondida en una torre porque su padre Rido ataco la mansión donde vivían porque perseguía tanto a su prima Yuuki como a ella al tener ese gran parecido con sus madre, sobre todo a su tía Juuri. Once...
Un carruaje llevó a la gran escalinata que llevaba a la puerta principal de la academia Cross, había oído rumores de lo ocurrido un año antes de ese momento, en el que la academia tuvo que cerrar por extrañas circunstancias y ella sabía que tenía que haber sido cosa del consejo porque también las cosas estaban nerviosas entre los vampiros. El criado de la torre, que era mi acompañante del trayecto, me ayudó a bajar del vehículo y yo misma observe aquella muralla de piedra que se presentaba ante mi. Empecé a subir los escalones llevando tan solo una maleta en la que, sin saber cómo, había logrado meter todo lo que necesitaba en aquel lugar, y algún que otro objeto personal, me alegraba salir de aquella torre donde me cuidaron durante once largos años. Esos años en los que desgraciadamente no había sabido mucho del mundo exterior durante su estancia en ella, tan solo rumores que los criados le contaban a la anciana cuando volvían de comprar provisiones en la ciudad. Yo me pasaba el tiempo escuchando a escondidas pues la mujer les había prohibido contarme y crearme falsas ilusiones.
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Fui conducida por Kaien Cross. El director y dueño de la academia, quien sabía lo que yo en verdad era naturalmente, que era una vampiresa, aunque estaba feliz por estudiar allí, no estaba acostumbrada a ver tanta gente en un mismo lugar, me sentía asustada ante la idea de no encajar. Sobre todo porque antes de entrar al recinto había sentido la mirada de odio de quien era por ahora el único vigilante de la academia, un muchacho de pelo gris o plateado no sabría definirlo con claridad. Por el odio que reflejaban sus ojos estaba claro que no era simpatizante de mi especie, lo cual me hacía pensar si no estábamos todos en peligro. Estaba aterrada no solo por la sensación que me provocaba tener humanos cerca, sino ante la idea que después de tanto tiempo estudiando en soledad, tendría a otros de mi misma clase como compañeros. Mientras firmaba los papeles de mi ingreso tanto en la academia como en la clase nocturna, el director intentó acercarse a mí, pero mi miedo a no estar acostumbrada a relacionarme con otras personas y a estar en un lugar desconocido, hacía que temiese responder a las preguntas que me formulaba. Pude notar que cuando miró fuera de la ventana algo o alguien le había llamado la atención por lo que me dejó sola en aquel modesto estudio.
***
Narra Yuuki.
Al llegar a las puertas de la academia me invadieron muchos recuerdos buenos y malos, pero de todas maneras entré con paso decidido, ahora era una estudiante de la clase nocturna, no tenía ni idea de como terminaría, y eso me daba algo de miedo, pero igualmente seguí adelante pasando el umbral de hierro.
─ ¿Nerviosa?─me preguntó Kaname.
─ S-sí un poco hace mucho que no venimos a este lugar...─respondí mirando a mi alrededor.
─ Solo ha pasado un año. Eres quien mejor conoce la academia a pesar de que ahora todo vaya a ser diferente─dijo él sonriendo de la misma forma que siempre me sonríe.
