4. Un largo viaje

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Sonó el despertador a las 4 y media, me desperté y lo apagué muy cansada, encendí la luz de mi habitación, me di una ducha rápida, me puse unos pantalones grises con una sudadera naranja que tenía la palabra "brooken" escrita, me hice una coca rápida medio despeinada, y me fui a desayunar con mis padres que ya estaban en pie antes que yo para acompañarme y despedirse de mi, desayuné una tostada con  nocilla y un colacao, me cepillé los dientes, me terminé de preparar, me eché colonia, cogí las cosas y nos fuimos al aeropuerto. Después de un rato de lios para entrar, me despedí de mis padres y me subí al avión, con migo llevaba las dos mochilas y el bolso, como al lado mio no había nadie, cosa que me extrañó bastante tuve más hueco, cuando me puse cómoda saqué un mp3, unos cascos que enganché al mp3 y me puse a escuchar música mientras veía por la ventanilla, después me dormí un ratito, y ya cuando estaba  amaneciendo me desperté, seguí escuchando música mientras miraba por la ventanilla el precioso alba, y  se me apeteció ponerme a leer, así que saqué el libro de la mochila, después de un rato, puse el marcapáginas y cerré el libro al terminal el capitulo, era hora de comer, me habían traído la pasta con tomate, carne picada y queso rayado por encima que había pedido junto con un zumo de naranja, y me puse a devorar, la comida estaba bastante rica.

Pasado un rato en el que estuve dibujando en mi sketch book, aterrizamos, cogí mis cosas, me bajé, fui a por la maleta, y me fui directa al hotel donde me quedaría esa noche para al día siguiente coger un tren a Badajoz, cuando llegué eran las seis, entré, era bastante bonito, tenía el suelo de un material que parecía mármol y paredes blancas, tenía muebles de estilo Moderno que combinaban entre sí, después me acerqué al mostrador e hice el check-in, me atendió una chica de pelo azabache y tez más o menos como la mia, ojos café y alta, llevaba  puesta una camisa blanca y una americana negra con el pelo recogido en una coca, nada más acercarme nos saludamos y nos pusimos a rellenar los datos, me entregó una tarjeta con la cual podría acceder a la habitación, era una tarjeta blanca con una línea negra dibujada a lo ancho de la tarjeta y dejando un margen ponía <<astrologicis deversorium>> o traducido al español hotel astrológico, que era el nombre del hotel, la chica me había dicho que ya estaba la habitación lista y que podía ir cuando quisiera, yo se lo agradecí y me despedí, cogí todas las cosas y me fui a la habitación, subí un par de pisos y la encontré. La habitación era preciosa, tenía el suelo de mármol, paredes blancas, los muebles eran de estilo moderno, acorde al resto del hotel. La cama era grande, al entrar olía a flores de azahar, era uno de mis aromas favoritos, la sábana de la cama tenía lunas, estrellas, soles y nubes elegantes dibujadas, las cortinas tenían la misma tela, estaba todo bastante bonito.

Eran las seis de la tarde, así que como la cena era a las diez decidí ir a ver un poco la ciudad. Estuve dando algunas vueltas, y a las nueve me fui de nuevo a la hotel, me di una una ducha y me puse una camiseta negra que tenía una Luna y un sol en color blanco, junto con unos pantalones anchos y de accesorios unos pendientes de galletas oreo, un collar rojo con puntos blancos, otro collar de ojo turco color negro y una pulsera roja de siete nudos y salí de casa, ya como tenía el pelo mojado, me lo dejé suelto.

Cuando llegué cogí un plato y me puse un poco de carne en salsa, un poco de arroz al lado y un par de trozos de pizza, me senté en la mesa y cené, cuando terminé me levanté y fui a por el postre, cogí un par de galletas con pepitas de chocolate blanco y chocolate con leche y un trozo de cheesecake. Me lo comí todo, estaba riquísimo, además hacia mucho tiempo que no comía cheesecake que era una de mis tartas favoritas, lo cual hizo que me supiese a gloria. Cuando terminé cogí mis cosas y me fui a la habitación, encendí una vela aromática morada que estaba en la mesilla con olor a jazmín y lavanda, cogí el libro que me estaba leyendo, quité el marcapáginas y me puse a leer alrededor de ocho capítulos, cuando me entró sueño, ya me faltarían unos diez para terminar el libro de seiscientas once páginas que me llevaba leyendo un poco menos de una semana,  puse el marcapáginas de nuevo, lo guardé, apagué la vela, me puse el pijama,  la alarma y me dormí ya que eran las doce y media y tenía que madrugar al día siguiente.

¿Solo Una Humana?...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora