—Vamos a matarnos. Definitivamente lo haremos.
Murmura entre el pánico y nervios, mi amiga, Sumire. Y entre todo esto no sé que es peor, el hecho de no poder calmarla o el hecho de que estoy a nada de estar igual que ella.
Miro una vez más hacia nuestro rumbo, y es que, bajar desde la colina más alta de Toei en patineta no es nada fácil.
No es que seamos unas novatas al usar la patineta pero, sí, es la primera vez que vamos a hacerlo desde una colina tan inclinada, grande y demasiado peligrosa. Hasta puedo ver a las personas en tamaño miniatura y no es exageración. Puede que tengamos experiencia, pero jamás en nuestra corta vida nos habíamos atrevido a bajar desde la más alta, aquí, en donde ahora nos encontramos y que gracias a mi no tan sensata cabezota estábamos a punto de bajar.
Desde la altura en la que nos encontramos se puede apreciar gran parte del barrio. Los pasadizos no tan secretos, los puentes en donde bajo estos pasa el río, casas de todas las formas, tamaños y colores. Sus inmensas avenidas y calles que ocultan tanto como tan poco a la vez, y para mejorar la vista; la pobreza.
La maldita cereza del pastel.
No sé con exactitud como demonios se me ocurrió hacer esta la locura.
—¡Vamos! Sabes que una vez la patineta toque el suelo y la adrenalina y la velocidad nos consuma, le dirás adiós a esos nervios y por lo que veo; pánico en demasia que estás teniendo y te está haciendo dudar.—le hablo suavemente y con los ojos fijos en ella.
Ella deja de mirar la colina tan extensa y demasiado peligrosa para fijar sus ojos azules en mi.—Yah, lo que dices es lógico y aunque no me guste, es excesivamente convincente.— responde mientras asiente para si misma pasando a tocar su barbilla.
Bueno, ya se está calmando ella así que solo falto yo. Soy buena ocultando nervios y pánico, así que esto es pánico comido.
Creer es poder, y si yo creo yo puedo>>.
La colina bien podría ser de un kilómetro o dos, no es la gran cosa para mi, he hecho cosas más extremas; como escapar de Kanda cuando no quiero lavar los platos. Solo tenemos que esquivar un par de agujeros, un tanto de personas, curvas con precipicios. Una manada de idiotas que desde aquí se ve que tienen intenciones pero no de las buenas, postes y uno que otro perro bravucón.
—¿Me estás escuchando, Tena?—la voz de mi acompañante me saca de mi pequeña ojeada a lo que lejos de la colina se encuentra. Paso a verla de golpe.
—Por supuesto que te estaba escuchando, cielo. Pero si mi respuesta no te convence, bien puedes repetirlo.—bromeo al mismo tiempo en que le aseguro que no la estaba escuchando para nada.
La chica azulada pone sus ojos en blanco y niega, para luego darme un leve golpe en la cabeza y repetir:
—Te decía que lo hagamos de una buena vez porque si no te has dado cuenta, esto es Toei, son las nueve de la noche y apuesto a que Kanda debe estar fuera de casa con una escoba en las manos en espera de nosotras y con la única pregunta en su cabeza; "¿donde carajos están esas dos idiotas a esta hora de la noche, y porqué no me han llamado".—dice mientras su suave voz pase a hacerse más grabe en un intento de imitar a nuestra mayor.
Tiene razón
En un rápido pedido le digo que me informe la hora teniendo como repuesta de ella; “9 en punto”.
Kanda, la mayor entre este grupo de idiotas.
Si bien estoy rodeada de tres amigas con las que puedo contar a muerte y he vivido desde que tengo memoria, tengo que aceptar que suelen ser un dolor en el culo en ocasiones. Las amo, sé que ellas a mí, pero eso no me quita el dolor de culo en ocasiones.
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𝗖𝗿𝗶𝗺𝗶𝗻𝗮𝗹 𝗖𝗶𝘁𝘆 ;𝐊.𝐓𝐇
Acción📌Tena es valentía y gentileza sarcástica. Criada desde que tenía memoria en el orfanato "Hope World" localizado en el barrio más lúgubre y pobre de toda Tailandia. Astuta hasta la médula al igual que descarada, enfrenta junto a sus tres amigas la...
