Capitulo 5

18 2 0
                                    

            Era lunes, todos los chicos volvían a sus rutinas, podías apreciar a todos corriendo apurados por llegar a sus clases a tiempo, a chicos contando lo que pasaron el fin de semanas, otros poniéndose al tanto de los chismes y ahí podías apreciar al escuadrón infernal, reunidos, todo parecía una charla normal, hasta que ven a uno de ellos.

—¡Chicos! ¡chicos! — Thomas llega corriendo, todo sudado y sin aliento —No me lo van a creer, ¿recuerdan al chico de robótica?

—Primero, hola, si estoy bien — Sandra le da una mirada asesina, aguantando las ganas de golpearlo por sus hermosos modales — No, no estoy muerta ...

—¡Eso es a lo que venía! — empieza a mirar a todos lados como si nadie debiera escuchar lo que hablábamos y susurra — El chico está muerto.

Todos los presentes estaban en shock, estaban en un trance, era increíble que un chico muriera repentinamente a sus dieciocho años, sin terminar estudios, sin cumplir sueños, solo por una mala jugada del destino y ya no estaba en el mismo plano astral que ellos.

—Pero ¿Cómo paso? — la curiosidad que sentía era tanta, no extendía nada.

—Dav dicen que se suicidó por toda la presión que tenía por cuidar solo a sus hermanos y no pudo más con su vida que simplemente se mato

Esto no estaba teniendo sentido, alguien que era el mejor de su clase, que tenía una beca completa con extensión familiar, que tenía su futuro asegurado, simplemente no podía matarse y ya... acá hay algo raro.

—Bueno, tal vez se sentía tan solo y nadie se dio cuenta, o tenía problemas mayores que ninguno vio — Abraham estaba tratando de animarnos, de seguro porque sabía que nosotros si conocíamos a Rafael desde que llego por su beca hace ya un año.

La campana sonó, dando inicio a las clases, dando inicio a cosas que nadie tenía previsto, o casi nadie.

Todos comenzaron a caminar a sus aulas, pero davina tardo un poco más que el resto, fue directo al baño, no tenía esa costumbre, pero sentía que hoy estaba más desarreglada de lo normal, ahí está ella, mirando en el reflejo del baño su uniforme, tratando lo posible de arreglar la supuesta imperfección.

—¡Mierda! Por favor, hoy no

Se estaba empezando a sentir nerviosa y ansiosa, estas sensaciones ya las conocía, sintió lo mismo cuando estuvo cerca de la chica, cerca de Fabiana, pero ella no estaba acá, o al menos así creía.

—¡¿Que mierda está mal contigo Davina?!

En el lavabo del baño estaba su mochila y en menos de cinco segundos todo se encontraba en el suelo, entro en un ataque.

Mis manos estaban sudando y temblaban, no podía respirar, solo quería gritar, pero no sentía mi voz salir, me pegué de la pared, me sentía mareada y no controlaba nada de mí, no estaba pensando, fui deslizándome lentamente hasta llegar al suelo, ya me encontraba llorando.

—¿Oye? ¿Estás bien?

No veía quien era, solo podía negar, me sentía débil, sentía que podía morir ahí mismo, odiaba sentirme así.

—Mírame, trata de mirarme y respira — sus manos estaban agarrando las mías, estaba tratando de concentrarme en su voz, y ahí la vi.

Solo podía detallar esos ojos, esa mirada tan penetrante que tiene, ahora solo me concentraba en ella, en su voz, en su cabello, en todo su ser.

—¿Ya te encuentras mejor? — acomoda un mechón de cabello detrás de mi oreja, y solo me queda viendo, tan cerca.

—Sí, si ya estoy mejor, gracias

Los secretos de DavinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora