Horizonte -- Katsudeku--

Soy Izuku Midoriya

Izuku POV

Caminé por horas sin mirar atrás, no quería verlos, no quería dudar, menos ahora que había tomado una decisión, tenía muchas dudas, y mi corazón roto, pero el tiempo seguía corriendo y no podía simplemente detenerme ahora.

Me siento tan perdido como cuando tenía 8 años y me enfrentaba al mundo cruel y frio, sin la calidez de mi madre que me arropaba.

Me quedaban muchas dudas del relato que Kirishima me había dicho, y muchas cosas que simplemente quería saber. Pero necesitaba tiempo y distancia para volver a encontrarme a mi mismo.

Si te pierdes, lo mejor que puedes hacer es para y mirar atrás, si recuerdas por donde vienes y sigues tu pasos, probablemente vuelvas a encontrarte.

Las palabras que Kacchan me dijo cuando iniciaba a cazar retumban en mi mente. Ahora mismo me sentía perdido, pero no fisicamente, no sabía quién era yo. ¿Si quiera puedo asegurar que existo? ¿Mirar atrás de que me servirá ahora?

¿Tengo permitido aspirar a tomar mis propias desiciones, como mirar atrás? 

¿Puedo considerarme un ser vivo siquiera? 

Suspiro cansado de todo, y volteo a ver al cielo nocturno. La luna se encontraba ahí arriba, brillando indiferente a todo lo que sufrimos ahora. ¿Realmente nos amo la luna? 

Siglos y milenios de exilio sobre nuestras cabezas, viendo el tiempo pasar, ¿realmente no se arrepiente de lo que creo? ¿nos verá con tristeza, odio o indiferencia?

Seguramente nos ignora sin voltear a vernos. Hemos vivido tantos milenios sin los supuestos dioses en la tierra, sobreviviendo, sufriendo, riendo, viviendo. Hemos demostrado que no los necesitamos para sobrevivir.

¿Por qué se creen tan especiales como para tomar decisiones por nosotros? ¿Por qué pueden decidir si seguimos existiendo o no? ¿Qué derecho tienen ellos?

¿Qué tan psicopatas son estos dioses que nos ponen en una habitación sin puertas ni ventanas, donde se filtra el agua poco a poco? ¿Realmente disfrutan ver nuestra expresión de desesperación al ver como el agua aumenta poco a poco? ¿Esperan con ansias vernos ahogarnos en desesperación?

—¿Por qué simplemente no nos pueden dejar en paz? ¿Por qué juzgar nuestras vidas? ¡Por qué nos condenan! — grito a los cielos sin esperar ninguna respuesta, pero que puedo hacer cada vez que veo la luna, causante de todo esto, más que reprocharle lo que causo. 

Un dolor agudo en mi pecho hizo que cayera de rodillas después de las palabras de odio que había gritado, mi lobo interno me lo reprochaba, y entendía la razón.

Solo estaba gritando cosas por el furia e impotencia del momento, pero sabía que la Luna no tenía la culpa de lo que ahora pasaba. Ella subió a los cielos exiliada, sin interferir, todo lo que paso después simplemente fue nuestra culpa.

No, incluso antes de eso, ella nos creo con libre albedrío, por eso los lobos lograron discrepar con ella en un principio, viendo a Kacchan y a las otras criaturas, todas son únicas e inteligentes. Ella simplemente seguía su propio punto de vista y ninguno de nosotros quiso contradecirla, nadie supo decir que no.

Somos tan culpables como ella y el Sol. Ellos fueron exiliados a vivir toda sus eternidades en la prisión de la bóveda celeste, en una eterna soledad y a nosotros simplemente nos dejaron vivir a nuestra propia manera, sin sufrir ningún tipo de castigo. Tuvimos la libertad de crear nuestro propio mundo y aún así culpamos a todos menos a nosotros mismos de nuestras miserias.