Hogwarts
Observaba el amanecer y sus mágicos colores que relucían desde el horizonte, un rayo de luz comenzaba a calar en mis ojos. En aquel día estaba sobre la hierba verde que rodea mi casa, tenía una larga vista hacia el lago que era empujado por las ráfagas de viento. Sentía el frío a mi alrededor, refrescaba mis mejillas y me congelaba los pies, pero no prestaba atención a eso, ya estaba lo bastante nerviosa como para tomar importancia al clima.
Hoy era el día en el que asistiría a Hogwarts, una escuela de magia y hechicería, la mejor en todos los tiempos. Jamás había asistido a una escuela, si quiera salía e interactuaba con las personas. Mi padre me ha mantenido aislada con cualquier persona que no sea de la familia, siempre ha insistido en que nosotros no debemos mezclarnos con cualquier mago, nosotros somos especiales, o al menos yo, porque el tiene bastantes amigos alrededor del mundo.
Se la ha pasado de viaje últimamente acompañado de mi abuelo, pero eso no quita que pasamos tiempo juntos y me da la atención que necesito. Si bien lo pienso, mi padre es el mejor amigo que he llegado a tener.
Pensar en el plan es lo único que podía hacer, hablo de un plan elaborado por mi padre y abuelo con el fin de asesinar a Albus Dumbledore, un viejo amigo de mi abuelo Gellert Grindelwald.
Tuvieron mal entendidos hace unos años y quieren que yo ponga fin a eso.
No era un plan muy metódico, simplemente debía estar en Hogwarts para tomar a Dumbledore por sorpresa. No dudo que ese sujeto sea un gran mago, pero yo soy una de las mejores hechiceras que puede haber, todos los años desde que he sido una niña mi padre y abuelo me han enseñado todo lo que ellos saben, eso me convierte en una bruja muy avanzada.
Aquel día era el comienzo de una nueva vida, de ahora en adelante todo sería diferente; las noches en casa, mi desayuno favorito cuando había tenido un mal sueño, los días en que papá volvía de su viaje y ambos tocábamos melodías en el piano mientras mi abuelo nos escuchaba, las tardes de té, las largas historias de mi abuelo durante la cena, los estudios en casa, y esto... ver el amanecer con una cobija enrollada y tumbada en la hierba, para mí todo en esta área verde era mágico, y todo eso había llegado a su fin.
El clima dejó de ser fresco y se tornó en una mañana calurosa debido al enorme sol que se posaba en lo alto, había perdido la noción del tiempo.
Un gato negro y peludo se sentó a mi lado observándome con sus enormes y redondos ojos verdes, lentamente y con un poco de frustración me giré hacia él.—Hola Jack.- saludé.
Este no dijo nada, permanecía quieto y atento. Seguro lo había mandado mi padre pues a los pocos segundos ya estaba llamándome a gritos desde el camino de los pinos.—¡HIJAAA! ¡ES HORAAA!
Alcé una mano en señal de haberlo escuchado y a duras penas me levanté del suelo.—Vamos Jack, seguro tienes hambre.- dije al gato mientras sacudía la cobija.
Ambos nos encaminamos la casa en donde me esperaba él con unas gafas de sol y su traje negro como de costumbre.—¿Disfrutando de tu último amanecer antes de ir a Hogwarts?- preguntó con una sonrisa de boca cerrada.
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Los Grindelwald
FantasyYelena Grindelwald, nieta del famoso terrorista, conoce Hogwarts por primera vez, pero no sólo para comenzar sus estudios, sino que detrás hay un secreto, un encargo de su padre... ¿Será capaz de cumplir lo que tanto desean? No obstante los Riddle b...