—¿ah si?— pregunto un poco pícaro y dejo que ella siga.
Baja de forma torpe de la cama y se hinca en frente de mi dejando mi pene al aire y bien erecto. Me mira, y sonríe mientras saca la lengua y poco a poco se lo va introduciendo hasta la garganta y empieza la acción.
— ah...— comienzo a soltar suspiros de forma automática, esta mujer me tenia siempre donde quería; preferí callarme y escuche atentamente los sonidos que hacía al llenarse de baba y succionarme hasta el alma.
— me gusta hacer todo esto ebria, me pone más caliente...— me toma de los costados y me tira sobre la cama, se monta encima mío y sin pensarlo dos veces se la mete entera en seco.
Los dos soltamos un quejido ya que, al principio duele, pero de lo húmeda que ya estaba ella, rápidamente se convierte en placer.
— eres una perra caliente...— le digo con voz grave mientras le aprieto los muslos. Llega hasta mi oído y susurra.
— quiero que me rompas toda, que no quede nada de mi y todo sea de ti...— dijo justo las palabras exactas; me incorporo y la tomo del cabello, cintura y comienzo a moverla hacia en frente y atrás.
Ella empieza a gemir cada vez más fuerte y solo hace que me ponga más duro en cada movimiento.
— ¡ah, si, así!— grita y tiro más de su cabello para que sus pechos queden a la altura de mi rostro y poder saborearlos — ¡cómeme toda!—.
Sin soltarla del cabello la tiro boca abajo sobre la cama y comienzo a penetrarla nuevamente; pero los gemidos empiezan a disminuir y de pronto deja de hacer ruido, me detengo y todo agitado me acerco para ver su rostro.
— ¡¿en serio te has quedado dormida Jane?!— no responde y solo sigue roncando con la boca más abierta que pacman — mierda...—.
Me salgo de ella y la acomodo nuevamente y tapo su cuerpo nuevamente con la sábana. Qué bonito chiste con el que me ha salido, quedarse dormida en medio de una cogida que de verdad me estaba encantando; me visto y me voy de su departamento.
Al llegar a casa me dejo caer sobre el sofá y suspiro profundamente, tengo el pene más firme que la torre Effiel; cierro mis ojos y solo recuerdo a Jane chupándomela entera, su aroma y sus gemidos; mi rostro se pone rojo y mi respiración se vuelve a acelerar mientras me la empiezo a jalar.
— maldita sea la hora en la que te pusiste tan ebria Jane...— susurro para mi mismo y sigo dándole caña.
Mis venas se resaltan desde la garganta hasta mis manos, en eso escucho la puerta principal y de la manera más ágil y rápida tome un cojín colocándolo encima de mi torre y tome una revista simulando que me encontraba leyendo.
— oh, ahora si dormirás en casa al parecer...— entra Nina y cierra la puerta con llave para sentarse en el sillón de al lado mío.
— pues es mi casa, ¿que no? — respondí nervioso, esa sensación de adrenalina no dejaba que se me bajara un poco la calentura.
— si pero ya vez que nunca estás...— se ríe y tenso la mirada — no sabía que leías las revistas al revés.—
— leí que hace que trabaje más rápido tu cerebro, quise intentarlo, no tenía nada que hacer...— lance la revista al suelo y me acoste de lado rezando por que ya me dejara en paz — ya lárgate a dormir mejor que mañana te tengo que encargar un trabajo—.
La sentí detrás mío y me acarició la espalda y susurró en mi oído.
— me puedo encargar si quieres de otro asunto tuyo...— me exalte y paré de inmediato, me guarde el pene dentro del pantalón y me dirige a mi cuarto con dificultad ya que la erección no me dejaba caminar bien.
—¡mejor metete en tus putos asuntos y no me estés molestando!— estaba apenado, jamás me había visto ella así, siempre ella trataba de provocarme algo pero jamás lo lograba, ahora que me encontró vulnerable iba a pensar que ella era la razón.
Me estaba siguiendo y tratando de detenerme.
— vamos, no es como que tengamos que ser pareja, solo que siempre te he deseado y al verte así, solo estás causando que me moje.— no quería escucharla, en esta situación cualquier roce o palabra podrían hacerme caer y era lo que menos quería y mucho menos con ella. — déjame complacerte.—
— ya déjame Nina, si estoy así créeme que no es por ti, y nunca será por ti...— llegue a mi habitación y trate de cerrarle la puerta en la cara pero detenía la puerta aprovechándose de que no tenía fuerza — quisiera privacidad en esta puta casa, vete a pintarte las uñas o otra cosa ya.—
— vamos Jeff, solo una probadita.— la empuje de la cara con todas mis fuerzas y cayó sentada, me miro y solo le saqué el dedo del medio, azoté la puerta y puse seguro más una silla.
Esa maldita loca.
Tomo el celular y le escribo un mensaje a Jane para que lo lea en cuanto se levante.
~ la que te espera cuando nos veamos, te amo mucho pero no se va a quedar así esto~
Lo envío y me rio por que ya me puedo imaginar todo lo que le haré.
Mientras igual tengo que pensar cómo deshacerme de Masky, en cuanto Jane se entere que él ya sabe lo de nosotros se va a enojar conmigo y jamás querrá hablarme de nuevo.