Capítulo 2

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No ve nada y lo poco que logra oír no lo entiende.

De pronto el joven cazador abre los ojos, su sueño, si es que a eso se le puede llamar sueño, le parece bastante aburrido y monótono, desde hace algunos años Giyū dejó de tener sueños convencionales, ahora cada que duerme el escenario del sueño suele ser repetitivo, un enorme escenario más oscuro que la noche y voces a las que no puede comprender.

Terminó de alistarse en poco tiempo, comenzó su desayuno y después con el cuerpo algo a dolorido comenzó a ir hasta donde su amigo y pilar del agua está entrenando.

-Giyu, ¿ya te sientes mejor?

-Descanse lo necesario y quiero entrenar.

-De acuerdo - Ambos jóvenes se posicionaron y el combate comenzó.

El primero en atacar fue Sabito, su ataqué aunque rápido y con fuerza fue bloqueado por el de cabello negro, ahora Giyū aprovecharía la cercanía del oponente para atacar para su mala suerte Sabito ya sabia que Giyū haría algo así y tomo la ventaja al saber la táctica del otro.

El duelo siguió una hora, a veces uno tomando la ventaja sobre otro y viceversa, las 10 posturas del agua fueron usadas por ambos y el combate estaba muy cerca de terminar.

-Lo haces bien Giyū - Dijo feliz Sabito preparándose para su golpe final.

Giyu solo sonrió debajo de la máscara de zorro y respiró con profundidad para contraatacar más lo que obtuvo fue inesperado hasta para Sabito, sintiendo el dolor en todo el cuerpo la falta de oxígeno más el cansancio y dolor del día anterior Giyū cayó al suelo casi inconsciente.

Su casi hermano corrió hasta él y procedió a quitarle su máscara para que pudiera respirar mejor.

-Dijiste que te encontrabas mejor. - Expresó el pilar con cierto enojo.

-No dije eso, dije que descanse lo necesario y que quería entrenar.

-Pospondremos tú entrenamiento.

Giyū no tuvo tiempo para protestar ya que se había desmayado.

Perdoname, perdoname, perdoname...

Era la única palabra que lograba escuchar sin saber quien y porque la repetía.

Sus ojos lentamente volvieron a abrirse encontrándose en un lugar que no reconoció al instante.

-¿Ya está despierto? - preguntó una voz femenina

-Creo que ya - Afirmó Sabito algo dudoso. - Oye, ¿logras escucharme? ¿Ya estás despierto?

-Ojala no, pero si. - Con cansancio y pesadez Giyū levantó la mitad de su cuerpo sobre la cama en la que se encontraba.

-Vaya por un momento pensé que en verdad ibas a morir amigo.

-Me hubiera gustado pero no tengo tanta suerte. - Lo dudó - se limitó a responder.

Al darse cuenta que nuevamente se encontraba en aquella finca a cargo de la pilar de las flores solo tuvo una pregunta.

-¿Qué hago aquí?

-Lo que haces aquí, es sólo quitarle valioso tiempo a mi hermana con tus descuidos.

Giyū dirigió su mirada hasta la voz y nuevamente se encontró con esa chica cuya presencia no había visto en un inicio, baja estatura de cabello negro con puntas moradas y una expresión de enojo.

-Shinobu no es necesario que te enojes, a mi me gusta más cuando sonríes además nosotras ya habíamos terminado.

-Pero hermana.

Después de todo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora