cuatro

334 40 1
                                    

con lágrimas en los ojos, la pelinegra solamente pudo mirar a la chica que tenía en frente aún sin creer lo que estaba sucediendo. no podía ser real.

durante los últimos meses, lalisa había sido su mejor amiga, consejera y por último pero no menos importante, su novia.

o ahora ex novia.

aquella chica que le alegraba las mañanas al asistir al trabajo, quien la comprendía y a quién acudía cada vez que se sentía débil y vulnerable ya no existía.

miyeon era un monstruo.

por otro lado, la coreana solo contemplaba como la contraria se desmoronaba internamente. y para su pesar, una parte de ella sentía satisfacción.
sin embargo, tenía que reconocer que su lado coherente y empatico dolía; le dolía ver a su amada tan mal, ni siquiera cuando terminaron había visto a la tailandesa de tal forma.

celos.

arrugó su frente, molesta.

"veo que te importó más su vida que la mía" susurró débilmente en su oído causando escalofríos en la menor.

la mente de minnie estaba nublada, tenía tantos pensamientos en su cabeza y a la vez estaba vacía. dejó caer unas lágrimas mientras miraba hacía el piso, cosa que miyeon notó al instante.

tenía que seguir con su plan al instante.

desamarró la soga que se encontraba en sus piernas y procedió a bajar lentamente el grueso pañuelo que tapaba la mitad de la cara de la menor, mientras que con su otra mano intentaba agarrar de su bolsillo aquel pañuelo anteriormente usado. la tailandesa se dió cuenta e inmediatamente actuó.

le pegó un cabezazo a miyeon quién se retiró a causa del dolor, cosa que ella aprovechó para salir corriendo por aquella puerta de madera que estaba entre abierta. por supuesto, la coreana no se quedó cruzada de brazos y al recuperarse en cuestión de segundos salió a perseguir a minnie, quien no dejaba de pedir ayuda con esperanzas de que alguien la oyera y acudiera al rescate.

cuando se encontraba en la puerta principal a punto de darse la vuelta para intentar abrirla, sintió unas manos agarrándola fuertemente de su cuello por detrás, en un parpadeo se dió cuenta de que miyeon le había puesto el pañuelo con aquella sustancia que ella desconocía pero había usado anteriormente. ya no era inmediatamente efectivo debido a que se había evaporado el producto pero al menos era lo suficiente fuerte para dejarla inmóvil y somnolienta.

excepto cuando miyeon tocó su abdomen debajo de su camisa.

"no hagas las cosas más difíciles" pronunció agitadamente la mayor en su cuello, debido a que la tailandesa era un poco más alta que ella.

al cabo de unos minutos, minnie se encontraba tirada en el piso al haber absorbido los efectos del producto. miyeon solo la contemplaba arrodillada mientras le daba suaves caricias en su sedoso pelo.
se acercó lentamente y dejó un casto beso en sus labios para después proceder a llevarla en su espalda hacía el garaje.
con un poco de dificultad, logró abrir el carro de minnie, para después dejarla en los asientos traseros y correr por las llaves de este. necesitaba darse prisa.

getaway | miminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora