Capítulo 6

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Al despertar, la noche anterior les parece un sueño irreal. Por eso tiemblan, él debajo, ellos encima; tiemblan porque temen que alguno de los tres se sienta arrepentido. Y no: Samuel sabe, al mirar a Frank, que éste no está arrepentido; Frank sabe lo mismo de su mejor, y único, amigo.


¿Y Willy?


--¿Lo estás?--


--Si lo estás, nosotros... --

Willy, en respuesta, llora, sonríe, los toma de la nuca, conduce sus inmaculadas bocas a la suya.


--Jamás. --

Besándose los tres, como en la plenitud utópica de la noche anterior, ríen; respiran aliviados, agradeciendo a nadie y a todos por ese milagro de tres puntas. Se abrazan, llenos de amor, de sensaciones, de necesidad de consumación. Porque entienden, sí: hay un entendimiento entre los tres, uno que ya empiezan a sospechar que nadie más que ellos entenderá. Se necesitan, los tres como una unidad, como una relación de dos pero con tres personas. Esa es la clase de felicidad en la que creen: un vínculo sincero de tres seres que se necesitan por demás de cualquier convencionalismo. Siempre se han necesitado, recuerdan mientras ellos lo besan a él; siempre han necesitado estar juntos, abrazarse, bailar, reír, jugar, dormir. Se han necesitado para todo, de formas distintas pero igualmente intensas. No imaginan sus vidas siendo sólo dos de ellos, no pueden ni quieren.


Necesitan ser la ecuación de la noche anterior.


Y la serán.


--Ven a vivir con nosotros -- pide, con cierto ápice de capricho infantil en su voz, Frank.


-- Dormirás con el que tú quieras, cuando tú quieras. -- Samuel lo besa mil veces antes de proseguir -- Si lo necesitas, buscamos otro departamento para que tengas tu propio cuarto. Serás libre, Willy, libre de estar con quien tú desees en la forma en que tú desees. --


--Te respetaremos siempre. --


-En lo que dispongas. --


--¡Somos tus novios...! --

Willy estalla en risas al escuchar a Frank. Se tapa la boca, los mira: son hermosos, por dentro y por fuera. Son libres, justo como él quiere serlo. Como él planea serlo desde ahora y hasta donde la vida eligiera.


--Nada cambiará, en realidad-- agrega Samuel, increíblemente tímido para todo lo que había sido la noche anterior. -- Nuestra relación no cambiará; será más intensa e íntima, nada más. --


>>Será como desde siempre quisimos que sea.


>>Como siempre supimos que sería. En lo más recóndito, Willy, Frank; siempre lo supimos.

Willy sonríe al oírlo. Suspira aliviado: es eso lo que desea. Es eso lo único que necesita para ser feliz.


--Seremos como siempre, sólo que podremos hacerte mucho el amor-- continúa Frank, más feliz imposible -- ¿Quieres que te hagamos mucho el amor?--


--Y no tienes que estar siempre con los dos. -- Samuel sonrojado, es más guapo que nunca --Si quieres dormir solo, duermes solo; si quieres dormir con Frank, duermes con él; si quieres dormir conmigo... yo encantado. --

Willy entiende: la timidez de Samuel se debe a una suerte de miedo de que él confunda el planteo, de que él piense que sólo lo quieren como amante, no como pareja en lo más ortodoxo del concepto. Frank está más relajado en ese aspecto, por lo menos así se muestra: tranquilo, seguro.


--Relájense -- pide, en risas, él. Vuelve a acariciar sus bocas, en búsqueda de silenciarlos un minuto. Ambos, a cada manera de cada ser, está entusiasmado. Como él, ¿para qué negarlo? --Tendremos tiempo de todo... --

Ambos asienten.


Ellos lo besan: es un hecho. E ignoran cuanta felicidad sentirán, y cuanta tristeza también, porque los prejuicios estarán en cada esquina, cosidos a los viejos conceptos cuadrados de amor: hombre, mujer, cama y sexos ensamblados; ellos serían muy distintos, aunque igual, en parte.


Serían libres.


Sin importarles nada, nadie, ninguno más que los otros dos, más que el amor del grupo que conforman los tres, entregados con el alma más que con el cuerpo, con el alma más que con el corazón.


El amor verdadero. ¿Cuál es? ¿Qué concepto encierra el amor? ¿Es el hombre, la mujer, la cama y los sexos ensamblados? ¿El amor sólo es eso? Quizá el amor es muchísimo más: es entender, acompañar, tender la mano, para siempre, hacia otra persona. Si el amor es lo último, quizá ellos sienten un amor mucho más genuino que el de la mayoría de las personas inmersas en el mundo de hoy, porque se entienden, porque se acompañan, porque se tienden la mano, dispuestos a todo con tal de estar con -en este caso- los otros, y no el.

Samuel, Willy y Frank, tres amigos de la vida con un nexo distinto. Quieren amarse, y se amarán, a su manera, en el seno de su propio entendimiento. Como toda relación, de dos, de tres; como toda relación de uno consigo mismo debe ser: más alma que razón, más honestidad que apariencia, más libertad que cadenas: el amor genuino.


En este caso, de tres.
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*Buenas, solo quería agradecer si llegaste hasta aquí. ¡Muchas gracias! Intenté que quede coherente la historia (más que nada en la parte del lemmon), pero bueno. Un gusto gente :)! *
*Si tiene éxito, tengo pensado hacer una segunda temporada :D * *¡Muchas Gracias!*

¿Tres son multitud? // WigeTaXx // Lemmon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora