Kakashi es hijo único de un alto empresario, un día es secuestrado por una famosa banda, ahí conoce a un lindo joven, siendo el único que lo trata bien, durante los días que esta secuestrado, en su regreso a clases el bello peliplata se llevará una...
Era sábado por la tarde, el instituto Konoha tenía un partido de fútbol contra el instituto Suna, los chicos estaban emocionados, el entrenador les daba las últimas instrucciones.
— ¡Bueno, muestren el poder de su juventud! —Dijo el entrenador Dai.
Los chicos hicieron un círculo y luego juntaron sus manos, demostrando su unión, después corrieron hacia el campo y comenzó el partido.
Ya estaban en el último cuarto de tiempo y los chicos iban perdiendo por tres puntos, el entrenador les indicó hacer la última jugada.
— ¡Que la llama de su juventud no se extinga!
Kakashi corría con el balón en mano, Obito y Genma takcleaban a todo el que se acercaba, hasta que Asuma estuvo en el área indicada, el Hatake lanzó el balón con todas sus fuerzas, el pelinegro logró atraparlo.
— ¡Touchdown! —Gritó el narrador.— ¡El instituto Konoha, le ha dado vuelta al marcador en los últimos minutos!
Los chicos cargaron a Kakashi y Asuma ovacionandolos.
— ¡Sí! ¡Hoy vamos a celebrar a lo grande! —Dijo Kotetsu.— Así que Obito, prepárate con las bebidas. —Los otros chicos lo miraron confundidos, principalmente Kakashi.— ¿Todos irán a la fiesta?
— ¿Hay fiesta en tu casa? —Preguntó Asuma.
— Sí. —Contestó Obito riendo nervioso.
Luego el entrenador se acercó para celebrar con ellos, ya en los vestidores Kakashi se acercó a Obito.
— Tu apartamento es muy pequeño para organizar una fiesta.
— Bueno, es que no será en mi apartamento.
— ¿Así que, ibas a hacer una fiesta sin invitarnos? —Preguntó Asuma.
— Por supuesto que iba a invitarlos. —Contestó Obito.
— Bueno estaremos ahí como a las 9. —Dijo Genma.— ¿Kashi, tú irás?
— Pues Obito no me ha invitado. —Contestó Kakashi, sus amigos los voltearon a ver.
— Tú no necesitas invitación, Kashi. —Contestó Obito rodeándolo con su brazo.
Después del partido Obito se fué hacia el departamento de su primo, al llegar ahí estaba él y su pareja.
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— ¿Podemos hacer esto otro día? —Preguntó el menor.
— Claro que no Tobi, ya todo está planeado para hoy, llegaremos a las 9 y media.
— Creo que esa hora es muy pronto Ita, mejor a las diez. —Dijo Deidara.
— Cierto, llegaremos a las 10 y media a esa hora ya les estará afectando el alcohol.
