Kakashi es hijo único de un alto empresario, un día es secuestrado por una famosa banda, ahí conoce a un lindo joven, siendo el único que lo trata bien, durante los días que esta secuestrado, en su regreso a clases el bello peliplata se llevará una...
Eran las 6 de la tarde, ambos chicos estaban dormidos y abrazados, el azabache tenía su mano sobre el abdomen de Kakashi y su rostro cerca de su cuello, el peliplata se despertó al escuchar el tono insistente de su celular.
— Mierda... —Murmuró el Hatake al ver que tenía 10 llamadas perdidas de su padre, en eso el celular volvió a sonar.
— No contestes... —Murmuró Obito.
— Es mi padre, tengo que contestar. —Agarró el celular y contestó la llamada.
— ¡Kakashi! ¡Hasta que al fin contestas, me tenías preocupado! ¿Dónde estás?
— Lo siento papá, estoy en casa de un amigo, estábamos jugando videojuegos.
— Si, jugando a meter el palo en el agujero. —Mencionó Obito en voz baja, Kakashi le dió un golpe.
— ¿Cuál amigo? Ellos están aquí.
— Oh es alguien nuevo, bueno llego en 20 minutos.
— Está bien.
Kakashi cortó la llamada y se puso de pie, envolviendo su cuerpo con una sábana, Obito sobaba su cabeza.
— Voy a usar tu ducha. —Mencionó caminando hacia la ducha, decidió darse un baño rápido de agua tibia, en eso el azabache entró y lo abrazó.— ¿Qué estás haciendo?
— Quiero ducharme contigo... —Le dió un beso en el cuello.
— Obito, tengo prisa. —Kakashi alejó las manos de Obito de su cuerpo.— Además yo quiero volver a hacerlo contigo.
— Te dije que solo sería una vez. —Contestó Kakashi.
— ¿Porque? —Preguntó ahora viéndolo a los ojos.
— Debo irme, le dije a mi padre que llegaría en 20 minutos.
— Tu padre debería darte más libertad. —Mencionó Obito sujetandolo del mentón.— Ya no eres un niño.
— Tenía más libertad, pero las cosas cambiaron después de que unos idiotas me secuestraron. —Contestó Kakashi agarrando una toalla para luego salir, Obito solo se quedó callado.
Obito salió de la ducha y observó a Kakashi quién ya se había vestido.
— ¿Puedo acompañarte?
— No.
— Por favor, así no pagas taxi.
— Esta bien, vamos. —Contestó con un tono fastidiado.
— Salgo en cinco minutos. —Mencionó emocionado.
Minutos después ambos chicos iban en la motocicleta esta vez era Obito el que conducía, el hecho de que el Hatake fuera abrazado a él le emocionaba. Al llegar a la casa de Kakashi, Sakumo salió evitando así que Obito se fuera, invitándolo a entrar a pesar de Kakashi no quería, ahí estaban los amigos de Kakashi y su ex maestro.
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