Capítulo 4. TIEMPOS DIFÍCILES

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Por algo existe la frase: "Después de la tormenta viene la calma", aunque nadie te dice que clase de tormenta tendrás que enfrentar antes de la dichosa calma o cuan larga será. La calma para ellos duro cinco días, mas precisamente seis, durante ese tiempo todo había estado relativamente normal entre el trabajo de Liv y los momentos de vagancia de Ángel, para que este no se aburriera, y mejorara un poco su vocabulario, le entregó libros que había ido reuniendo con el paso del tiempo, hace mucho había tenido bastante tiempo para leerlos pero llego el momento en el que dejó de hacerlo por falta del mismo, aún así siguió comprándolos con la esperanza de poder leerlos junto al que buscaba algún día, también le había dado a Ángel la opción de ejercitarte cuando éste le había insinuado una vez de que no sería tan malo que saliera a dar un paseo para estirar las piernas, la solución había salido del suelo de la sala en un rincón, con forma de caminadora, su panel de control había aparecido de la pared al frente de este como si de una caminadora normal se tratase, Ángel se preguntó si había algo mas metido dentro de las paredes o piso de la sala y también se puso a pensar acerca del techo y el baño.
—¿Qué tal en este lugar, anciana? —pone de lado su cabeza en el suelo debajo de su cama y empieza a dar golpes tratando de escuchar si se oía hueco o no.
—Frío —le responde ella. En ese momento estaban jugando a algo así como a la búsqueda del tesoro y la recompensa seria de que si Ángel acertaba en algún lugar, Liv consideraría comprarle un celular. Ese día lo había visto actuar un poco extraño y decía sentirse ansioso por lo que ella le estaba prestando especial atención y acepto jugar con el, la razón, su droga se había acabado hace dos días y por el momento lo estaba sobrellevando bien, moviéndose de un lado a otro pegando su oído a las paredes, el suelo y señalando a un lugar especifico del techo.
Fue después de ese día, a eso de las tres y media, que presenció síntomas mas fuertes de abstinencia, tomó su celular y gracias a la visión nocturna de las cámaras vio que Ángel se quejaba en su cama mientras se abrazaba con fuerza y temblaba levemente, Liv ya había previsto lo que vendría luego, ese mismo día había terminado con los encargos que había podido y no se había comprometido a otros, sus duras vacaciones habían empezado.
Esa mañana pudo volver a dormir un poco más antes de levantarse por completo, una vez que vio que Ángel se había quedado dormido, espero un largo tiempo antes de poder dormir también, se dio una ducha y se vistió con algo más sencillo, un jersey de cuello alto y un pantalón y pantuflas del mismo color, siempre atenta al sonido e imagen de su celular, preparo lentamente su desayuno primero pues no quería importunar el sueño del otro, mientras tomaba un sorbo de su café y daba una mordida a su sándwich de mortadela con aguacate escuchó un quejido, se apresuró a terminar para preparar otro desayuno.
Se sentía peor que la mierda, no había podido dormir bien en toda la noche, además de que tenia un horrible dolor de cabeza y una jodida necesidad de arrancarse la piel en este momento, necesitaba un poco de polvo, aun que fuera un poco, si solo pudiera consumir un poco, tan solo un poco. Empezó a rascarse los brazos sin darse cuenta.
De pronto las luces se encendieron.
—Noche difícil eh, niño —observa como el pelaje de Ángel se veía un tanto opaco.
Se sienta en la cama lentamente mientras sus brazos inferiores no dejaban de rascarse entre si —Oye, anciana... —hace una pausa— ¿no podríamos iniciar la jodida rehabilitación la semana que viene?
Liv no sabia si lo había dicho en broma o no.
—Me temo que no —se acerca a la puerta y pasa la bandeja —trata de comer un poco.
Ángel toma la bandeja con manos temblorosas para luego ir a la mesa a sentarse y tomar un sorbo de jugo de naranja primero, pero ni bien sintió que el líquido llego hasta su estómago salió corriendo con dirección hacia el baño, Liv solo pudo escuchar como devolvía lo poco que había ingerido.
—¡¿Qué... qué mierda le pusiste?! —le grita irritado.
—Nada —coge una silla y se sienta frente a la ventana— es un simple jugo de naranja, ni siquiera tiene azúcar.
Sale del baño molesto protegiéndose el abdomen con los brazos inferiores y luego se deja caer en la silla de mala gana.
—Puedo ponerle azúcar si quieres.
—Déjalo así, y ¿por qué sigues aquí?
—¿Te molesta que me quede?
—Un poco, no lo se, eh estado pasándola bien solo.
—Decidí tomarme unos días —ve como Ángel se anima a tomar la taza de chocolate caliente. En estos días había aprendido un poco los gustos de éste, no era muy fanático del café como lo era ella, y al parecer no le gustaban las naranjas, pero no quería mimarlo así que lo hacia beber el jugo aunque no quisiera.
Después del desayuno Liv decidió conversar un poco ya que el otro no parecía muy animado a querer darse una ducha o ver la televisión, y prefirió estar recostado en la cama.
—¿Y cuál seria la verdadera razón por la que estás aquí?
—Eso ya lo sabes, por el jodido dinero, anciana, no tengo otra razón más por la que estar aquí.
—¿En serio? ¿y que me dices de dejar de depender de la droga?
—Acepte la maldita condición que me diste de dejarlo, ¿cierto?, ¿entonces a que viene todo este jodido interrogatorio? ¿quieres que te diga que tengo un problema con lo que consumo y que estoy aquí para recibir ayuda?, no diré nada de esa mierda, estoy haciendo esto por el dinero.
—Está bien, lo entiendo, ¿cuándo empezaste a consumir?
—Desde que tengo memoria.
—¿Por qué empezaste a consumir? ¿fue quizá para llamar la atención?
—¡¿Es una puta broma?! ¡¿por qué carajo piensas que fue por eso?! —le pregunta molesto.
—Una disculpa, entonces...
—No lo se... —se frota los ojos con cansancio— se sentía bien, sentía que podía escapar un poco de la realidad de mierda en la que estaba... —su voz se iba apagando mientras decía esto ultimo.
Liv no dijo nada mas mientras veía como Ángel se rendía poco a poco al sueño hasta finalmente caer rendido. Lo que había dicho la hiso comprender algunas cosas, había aprendido también de las experiencias de los otros y siempre se decía que si hubiera tenido estos conocimientos antes, si hubiera sabido cómo manejarlo, si no hubiera sido tan ignorante..., todo hubiera estado bien, se levanta de la silla y decide mantenerse ocupada mientras el otro descansaba, lava la ropa que le había dado Ángel el otro día, ordena y limpia un poco el cuarto donde se quedaría éste una vez saliera, aunque no estaba muy segura si se quedaría, pero ordenarlo no estaba de más. Una vez echo eso se dispuso a preparar lo necesario para el almuerzo cuando de repente su celular empieza a sonar, era el sonido característico de recordatorio del calendario, fue a su cuarto y alistó un sobre con la cantidad necesaria para pagar, no entendía porqué ese sujeto aún no quería usar transferencia si era mas fácil y rápido, además de que no tendría que encontrarse con él cada maldita vez, y de todas maneras ¿por qué aun seguía poniendo el anuncio en su estación?, bueno, la razón seria para abarcar más terreno porque cuando quieres encontrar a alguien utilizas todos los medios disponibles. Abre un portal dando directamente en la entrada del extraño territorio, empieza a caminar rápidamente pisando el suelo fangoso sin importarle que estaba con pantuflas, la estaban observando, siempre había alguien que te observaba en este lugar, finalmente llega hasta el buzón, mete rápidamente el sobre para nuevamente alejarse hasta la entrada, abre un portal y desaparece de aquel lugar, da un gran suspiro de alivio cuando se encuentra nuevamente en su habitación, por suerte parecía que no se encontraba en casa, mira hacia sus pies recordando la mirada de disgusto de aquel sujeto en aquella ocasión en la que había abierto un portal directamente frente a su buzón, al parecer no le gustaba que entrarán en su territorio de esa manera, se quita las pantuflas dejándolas a un lado para lavarlas luego, y se pone otras justo a tiempo para escuchar un quejido por parte de Ángel.
—¡Ya es suficiente, no puedo seguir más con esta mierda! ¡basta basta! —si hubiera sabido que después de dormir un poco se despertaría con esta sensación entonces no se habría dormido nunca. Empezó a desordenar lo poco que había en el cuarto en busca de algo de droga, tenia que haber un poco por algún lugar.
—¿Qué haces, niño?, sabes que no encontrarás nada ¿verdad? —le habla desde su celular, mientras preparaba la comida.
Ángel no le presto atención y siguió con su incesante búsqueda en el baño ahora, abrió el pequeño botiquín que se hallaba en la repisa del lavamanos esperando encontrar cualquier pastilla, pero no había nada mas que implementos de curación, empezó a desesperarse mientras respiraba rápidamente y se agarraba la cabeza.
—Tranquilo, inhala y exhala lentamente.
—¡¿Tranquilo?! ¡¿cómo mierda quieres que este tranquilo!? ¡joder, no sabes como me siento!, dijiste que me darías todo lo necesario ¿no?, entonces consígueme un poco de polvo, maldita anciana —se abraza protectoramente mientras empieza a temblar sentándose en el piso.
—Sabes que no puedo hacer eso —le responde con cierto tono de tristeza.
Los días después de ese solo empeoraron, Liv había tenido que guardar el televisor y la máquina de correr temporalmente por temor a que Ángel se lastime, era por esa misma razón que no había ningún espejo en la habitación y que los cubiertos fueran desechables, aunque eso no había impedido que se hiciera daño una noche en la cual ella estaba demasiado cansada, estaba segura de que solo había cerrado los ojos por un segundo, momento en el cual el otro había aprovechado y se había dado una gran mordida en el brazo derramando gran cantidad de sangre, Liv había tenido que intervenir rápidamente para ingresar y sedarlo, mientras curaba su herida solo pensaba en cuanto tiempo mas tendría que pasar para que estuviera lo suficientemente estable, cuanto más. Otro día había invocado sus armas y había empezado a disparar a todo a su alrededor, dándose cuenta que no había causado ni un solo rasguño al vidrio o las paredes, ella le tuvo que quitar las armas también pero siempre las podía volver a invocar, pensó que esa habilidad era estupenda y seria de mayor utilidad algún día si es que lograra manejar un arma más letal.
Había días en los que Ángel no quería comer, por lo tanto ella intervenía y se daba una especie de pelea y bastantes insultos por parte de éste. Liv no podía permitir que bajará de peso por lo que lo obligaba a consumir alimentos a la fuerza, en las comidas había implementado como postre una barra de chocolate de fresa que le daba a Ángel de vez en cuando, en una de esas ocasiones el chocolate tenia la sustancia que tanto ansiaba y como supuso, no noto la diferencia, esto le aporto mas información sobre el estado del otro. Se lo diría luego en su momento, aunque probablemente intentaría matarla como había estado haciendo cada vez que tenía la oportunidad, no era del todo su culpa y ella lo entendía.
Con cada individuo había sido diferente, había aprendido mucho de cada uno de ellos, y también había ganado mucha experiencia, estaba segura de que era lo suficientemente fuerte como para poder manejarlo sola, pero una cosa era pensarlo y otra muy diferente era hacerlo. Tienes que soportarlo, se decía, mientras lo oía gritar, estará bien estará bien, pensaba, al oír sus fuertes suplicas implorando salir, es por su bien, estoy ayudándolo.
—Por favor... por favor... —solloza, rascando la puerta— no quiero morir...
Liv se queda paralizada al oír esto último, ya había escuchado eso antes, lo había oído cuando vivía, alguien le había dicho lo mismo..., se cubre los oídos y presiona fuertemente los ojos, no pudiendo aguantarlo más. Abre la puerta y lo envuelve fuerte y protectoramente con sus brazos y tentáculos.
—No lo harás, no lo harás —le dice mientras Ángel intenta alejarse, pero ella lo mantiene en su lugar —por favor, déjame ayudarte, por favor por favor... —le suplica ella ahora, pero el otro sigue resistiéndose clavándole uñas y dientes— va a pasar, esto terminara pronto, ya lo veras —hace una mueca de dolor y es cuando, no sabe si por instinto o desesperación, empieza a tararear una melodía lenta y suave, meciéndose atrás y adelante como queriendo acunarlo. Pasan unos minutos antes de que el otro empiece a calmarse, es ahí entonces que ella empieza a cantar.

♫ ♪ ♫      ♫ ♪ ♫      ♫ ♪ ♫

Descansa ahora, mi amor
No pasa nada
La oscuridad se ha ido
Estoy aquí
Te tengo

Descansa ahora tu corazón
Todo está bien...
Estamos bien
Aunque te hayas ido

♫♪♫      ♫♪♫      ♫ ♪ ♫

Suelta una lágrima y lo abraza con más fuerza aún, pero sin lastimarlo.

♫ ♪ ♫      ♫ ♪ ♫      ♫ ♪ ♫

Estaré aquí para abrazarte
Te tengo...

♫ ♪ ♫      ♫ ♪ ♫      ♫ ♪ ♫

No supo durante cuanto tiempo estuvo haciendo eso, pero en cuanto los recuerdos dolorosos dejaron de atormentarla se propuso que una vez hubiese ayudado a Ángel, lo dejaría ir, ya no podía seguir involucrando a nadie más en sus asuntos, tenia que hacerlo sola porque, siendo sincera con sigo misma, ya no quería sufrir y no quería hacer sufrir a alguien más, el recuerdo de los otros que mantuvo aquí, también la lastimaban.

Liv no sabia como había pasado y no recordaba bien lo que había echo exactamente, solo sabia que había tenido uno de los mejores descansos de su no vida, y que se encontraba encima de la mejor almohada que había tenido, esta, además de ser bastante cómoda, también olía muy bien, no supo como describir el olor pero si que olía muy muy bien, no quería levantarse hasta que un pequeño movimiento la hiso reaccionar, la almohada se había movido, ¿habían almohadas que se movían?, abrió los ojos lentamente tratando de enfocar lo de su alrededor, ah, se dio cuenta luego, no era una almohada, se despertó del todo y se sentó en la cama, definitivamente tendría que ver las cámaras de seguridad para saber porque estaba en la cama de Ángel, se levanto cuidadosamente y lo cubrió con el cobertor, vio la hora 13:03 en la pared sorprendida por lo tarde que era, ¿tan cansada estaba?, y luego vio al que aún dormía y sospecho que quizá el tenia algo que ver con su largo sueño, el pelaje de su pecho si que era otra muy buena herramienta, pensó, entonces poco a poco le vinieron los recuerdos de lo que había pasado, lo que había dicho Ángel, su doloroso recuerdo y como lo había abrasado y lo que se propuso, mantendría eso, claro está, pero primero tenia que ayudarlo.

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Canción: CLANN "I hold you"

¿Qué pasaría si...?[RadioDust]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora