Los días seguían pasando, habían buenos, malos y un poco de ambos también, pero mientras más tiempo pasaba disminuían los malos y eso era algo que tanto Ángel como Liv disfrutaban, ambos habían aprendido a abrirse un poco mas el uno con el otro y como suele suceder cuando pasas mucho tiempo con alguien, se empezó a formar una especie de amistad, aunque ninguno estaba dispuesto a admitirlo.
Después del incidente de aquella vez en la que lo había abrazado, Liv le preguntó a Ángel si tenia algún pariente en el infierno, ya que según recordaba la rehabilitación se llevaba de mejor manera con algún familiar cerca, éste le había dicho que sí pero que no podía contar con ellos ahora mismo y no volvió a hablar del tema, ella no pregunto más pues había tenido trabajos en los cuales algún miembro de familia mandaba a matar a todos los demás y varios otros casos similares o peores, ella misma no había tenido una buena relación familiar. Tiempo después Ángel le contaría que con el único miembro de su familia que podía contar era su hermana gemela, y que no dejaría jamás que ella lo viera en esté estado, porque ya tenía bastante con una anciana llorona, ella solo se avergonzó y se sintió obligada a contarle algo también, simplemente le dijo que había tenido un padre, pero que ya no estaba.
Una noche después de que Liv le haya traído la cena y se llevará la bandeja cuando terminó, volvió nuevamente para no volver a salir como solía hacerlo para irse a descansar, a cambio saco un saco de dormir de una pequeña abertura oculta en la pared y se preparó para dormir ahí.
—¿Qué estás haciendo, anciana? —la mira curioso preguntándose si se quedaría para observarlo dormir o algo así.
—Lo olvidaste ¿verdad? —se dirige al panel de control y saca nuevamente a la vista el televisor, considerando que con el progreso de Ángel ya seria seguro.
Feliz porque nuevamente le permitía usarla, cogió rápidamente el control abandonado en la esquina de la mesa y la prendió, observando en ella los preparativos de lo que se vendría, definitivamente este lugar le estaba afectando la cabeza, ¿cómo podía haber olvidado lo del exterminio?, se preguntó por un momento por su familia, ellos estarían bien, no eran tan tontos como para salir y enfrentarse a los ángeles.
—Este lugar es seguro, niño, no te preocupes por eso —le dice interrumpiendo sus pensamientos.
—Sí, de eso ya me di cuenta antes, ¿de que esta echo, alguna mierda mágica o algo así, anciana?
—Algo así —se mete en su saco cerrándolo casi por completo.
—Vamos, puedes decirme más que eso, no quisiera que un puto ángel entrara y me matara mientras estoy durmiendo.
Pensó en que no haría ningún daño si se lo contara, después de todo no hubo nadie que había utilizado eso contra ella, aún. Con el paso del tiempo había aprendido a no confiar del todo en alguien, eso incluía con los que había convivido, solo se había descuidado una vez y había salido bastante mal, tanto para ella como para el otro, bueno, quizá más para el otro, y volviendo al tema, el niño se marcharía de todos modos ¿no?
—Esta reforzado con el metal de las armas que utilizan los ángeles —se voltea para ver la cara de Ángel— por eso te digo que no tienes porque preocuparte —toca un botón de su celular apagando así las luces de su lado.
La respuesta lo dejo tranquilo, por lo que sacando uno de los chocolates de fresa de debajo de su colchón, que le había dado Liv en otra ocasión, se metió en su cama, apago las luces y empezó a comerlo mientras esperaba ver en la tele la llegada de los ángeles y la gran masacre, de pronto se le cruzo algo por la mente, ¿y si la persona que estaba buscando la anciana ya no estaba a causa del exterminio?, se fijo en la que dormía y entonces no supo como responder a ello, era muy probable que eso haya pasado y ¿entonces qué?, estaba seguro de que ella ya savia de esa posibilidad.
Al otro lado fingiendo dormir Liv rezaba, sí, nunca había sido religiosa y nunca lo seria pero en momentos como este no sabia que más hacer, solo pedía para que estuviera a salvo y pudiera encontrarle pronto, siempre que llegaba el exterminio hacia esta petición, era la única vez que se dirigía al gobernante de los cielos.
A la mañana siguiente no había otros de los buenos desayunos que siempre le preparaba Liv, a cambio se encontró desayunando una botella de agua, una barra de cereal y una bolsita de frutos secos.
—Joder —se queja después de probar la barra de cereal con sabor, según el, a absolutamente nada— no habría sido mala idea poner una cocina y un refrigerador en este lugar.
—Eso habría sido innecesario además de costoso —le responde metiéndose una gran cantidad de frutos a la boca, muy tarde se le ocurrió ir a traer un poco de pan, jamón y unas cuantas frutas antes de su encierro, estaba demasiado preocupada como para pensar.
—Yo paso —deja el cereal para ingresar en el baño.
Después del improvisado desayuno Ángel se puso a ver la televisión mientras hacia comentarios conforme a lo que veía, Liv solo lo escuchaba mientras también observaba tratando de no tener malos pensamientos. Había ocasiones en que las que la cámara, puesta en un lugar estratégico especialmente para grabar semejante masacre, era destruida o manchada con sangre y o viseras, también se mostraba a varios demonios tratando de hacerle frente a los ángeles, y como éstos ingresaban a las casas menos protegidas.
—¿A dónde crees que van una vez que los matan? —pregunta Liv más para si misma que para Ángel.
—No lo se, al cielo ja ja ja, no, realmente no lo se, anciana, puede que ese sea simplemente el final, nunca me había puesto a pensar en eso.
—Hmm..., yo creo, no estoy muy segura pero, puede que también vuelvan a la tierra ¿oíste alguna vez de la reencarnación?
—Algunas veces, pero no creo en eso, aunque es una buena teoría.
El resto del día paso sin mucha novedad, se habían quedado embobados por lo que pasaban en el televisor hasta que llegó la hora de la comida, tener carne enlatada después de mirar un montón de cadáveres no era muy buena idea, ni bien se metió un pedazo a la boca Ángel salió corriendo hacia el baño mientras Liv le observaba tragando un pedazo de su porción, no se veía afectada en lo absoluto o eso era lo que quería hacer creer, la comida no se tira la comida no se tira la comida no se tira, se repetía mientras tragaba con dificultad para luego llevarse una botella de agua a la boca. Luego vendría lo que es la terapia conversacional que la realizaban cada tarde sin falta, a veces había mucho que decir por parte de Ángel y otras veces no, generalmente describía las sensaciones que sentía después de haberlo dejado, como se sentía cada día al despertar, sus sueños, y lo que haría con todo el dinero que ganaría con el nuevo trabajo una vez que saliera de aquí, no sabia cuando decirle que eso no sucedería, no quería arruinarle la meta de la que se estaba sujetando para seguir adelante, sabía que eso era muy injusto y cruel, pero era lo mejor. Le daría un buen dinero y esperaba que con eso fuera suficiente.
Por la noche Ángel le dijo que esperaba le hiciera un buen desayuno en la mañana para compensar el olvido de verdadera comida, ella estaba de acuerdo, por que había cooperado comiendo lo que se le había dado, incluso el cereal que antes no quería, básicamente su acuerdo era de dar algún incentivo para que uno hiciera lo que el otro quería, lo había malcriado un poco, sí, pero no había encontrado otra manera, la verdad era, que quería que todo fuera mas sencillo de llevar, esperaba que con el tiempo el se diera cuenta de que no todo el tiempo podría ser así.El día en que Liv tendría que volver a trabajar y seguir con su incesante búsqueda estaba cerca, ya que Ángel estaba progresando bastante bien y ya no necesitaba tanto de una supervisión constante, por lo que decidió que la caminadora saliera también a la vista, además pensó que necesitaría de una compañía para que no se sintiera tan solo, eso sería bueno para su rehabilitación.
Fue después de uno de esos días en los que se sentía bastante cansado por haber usado demasiado la caminadora, además de quedarse hasta muy tarde leyendo uno de los libros de Liv, que no se dio cuenta cuando ella había entrado a su habitación en ese momento a oscuras, y dejo un pequeño trasportín con la rendija abierta. Al principio estaba soñando que ayudaba a la protagonista del libro a salir de la iglesia en la que estaba encerrada, cuando de repente se les cruza un perro en el camino y éste empieza a lamerle los dedos. Sus brazos en ese momento sobresalían de la cama hasta que sus dedos rozaran el piso, cosa que fue aprovechada por la nueva criatura, que se había animado a explorar su nuevo hogar encontrando algo interesante, lastima que los instintos del otro lo hicieran despertar alertándolo de otra presencia desconocida cerca. El tremendo grito que dio pensando que de una rata gigante se trataba, asustó al pequeño animal que, gruñendo asustado, corrió de vuelta hacia de donde había salido, Ángel giro su vista en todas direcciones deteniéndose en los gestos que hacía Liv del otro lado.
—¡Maldita, anciana! ¡¿qué carajos te pasa?! —le grita molesto, deteniéndose un momento para observarla mejor, se estaba riendo, era la primera vez que la veía reírse aunque no podía escucharla, de pronto ella aun de buen humor, le señala una esquina de su cuarto.
Enciende rápidamente las luces y observa el trasportín, quedándose un momento paralizado ante los cinco ojos brillantes que lo miraban desde la pequeña abertura.
—Te presento a tu mascota de terapia, niño, su nombre es Fat Nuggets aunque puedes ponerle el que tu quieras —se retira ignorando las protestas del otro para ir a traerles el desayuno.
Después de dejar todo lo que creía necesario para el nuevo integrante, volvió a retomar nuevamente su trabajo dejando a un Ángel molesto por la repentina sorpresa y a un animal asustado, el primero no quería salir de la cama hasta saber de que criatura se trataba, "descúbrelo tu mismo", le había dicho ella para luego irse sin más.
Luego de desayunar, y con una de sus armas en mano, estaba tratando de hacer que el pequeño animal saliera, poniendo su plato de agua y comida en frente de el para tentarlo pero no hubo ningún resultado, entonces tuvo otra idea, se metió en el baño dejando una abertura para poder espiarlo, pasaron unos cuantos segundos cuando la criatura estiró una diminuta pata rosa tratando en vano de alcanzar sus alimentos, gruñendo de frustración saco su hocico oliendo a su alrededor en busca de algún peligro, sintiendo que era seguro salió al descubierto mostrando así su pequeña y adorable forma, Ángel se dio cuenta de que era apenas una cría y enseguida sintió compasión por el, vio que el animal trataba a duras penas de meter su plato a su escondite sin éxito.
—Hey, déjame ayudarte —le dice saliendo de repente, ahuyentándolo sin querer haciendo que echará su plato de comida —no no, tranquilo, no te haré daño —se sienta en el piso y empieza a recoger lo que se había derramando —joder, anciana, ¿de dónde lo sacaste?, es una cría aun debería estar con su madre —le reprocha molesto.
—No tiene, lo encontré en una carnicería y lo secuestre.
El cerdito, reconociendo la voz de su salvadora, sale un poco más al descubierto como tratando de localizarla.
—Pedían demasiado por el, no me pareció justo así que simplemente lo tome.
El escuchaba atentamente a lo que le decía cuando volvió a sentir algo húmedo en sus dedos, no se había dado cuenta cuando el cerdito había salido para empezar a lamerle los restos de comida.
—Me haces cosquillas, ja ja ja, que lindo eres —se anima a acariciarlo y el otro se deja.
Liv observaba contenta la escena, definitivamente Ángel era el indicado para tener una mascota, porque ella aun tenia las marcas de dientes de ese animal cuando lo cargo para llevárselo, traumas, pensó, algunos los tienen.
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¿Qué pasaría si...?[RadioDust]
FanfictionÁngel tiene un encuentro que lo llevara a cambiar su destino para mejor, aunque tenga que pasar por varios obstáculos para finalmente encontrar algo de estabilidad en el caótico infierno, y tal vez, el verdadero amor y un boleto al cielo. ☆*: .。. o(...