Capítulo 3. EL DÍA DESPUÉS

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A la mañana siguiente se despertó bruscamente con el sonido de su celular, salió de su cama y rápidamente tomo el aparato que estaba cargando, era un mensaje de sus proveedores de ropa que como siempre se adelantaban a la fecha de entrega, lo cual era genial, soltó un gran suspiro cayendo de rodillas al suelo, por un momento pensó que se trataba del niño que ahora estaba acogiendo, era responsable de otra alma ahora por lo que tenia que volverse aun más precavida y activar todos sus sentidos al cien por cien, porque si cuidaba bien de éste sería capaz también de cuidar del otro, se fijo nuevamente en su celular accediendo a donde estaba su invitado, no se sorprendió de verlo aún dormido pues aun era muy temprano, las seis para ser más exactos. Una vez que había salido del estupor en el que siempre se sumergía cada mañana había abierto un portal para ir directamente a recoger su pedido, luego al volver se había duchado estando siempre atenta a la sala blanca, después vendría el desayuno del cual no estaba muy segura, ¿qué le gustaría al niño?, trato de no pensarlo demasiado, preparo un café, un jugo de naranja, y unas tostadas con huevo y tocino, se preguntó si seria suficiente o si debería agregar algo más, de pronto se le vino un recuerdo de cuando estaba viva; las veces en las que tenían la oportunidad de desayunar así, aquellos días en la nefasta ciudad a la que se habían mudado, donde su martirio había comenzado sin si quiera saberlo, estuvo a punto de tirar ese desayuno pero se detuvo pensando en lo estúpida que estaba siendo, la comida no se tira, se dijo a sí misma, la comida no tiene la culpa y definitivamente el que tira comida se merecía estar aquí, con ese pensamiento bajo a la sala, encendió las luces y dejando la bandeja con el desayuno en una mesa prendió también las luces del cuarto, y abrió la puerta esperando un insulto de disgusto por parte del Ángel, pero se sorprendió al solo escuchar la suave respiración de éste, tratando de hacer el menor ruido posible metió el desayuno dejándolo en la mesita de noche, luego metió la mesa, una silla, un control remoto, la ropa y unas toallas nuevas, también le dejo una nota escrita pegada a la gran ventana, y salió sin más. Los días que le seguirían a este serian tranquilos, al menos hasta que se acabará el efecto del contrabando que traía el otro.
Ángel se despertó tranquilamente con el aroma exquisito de un desayuno recién preparando invadiendo el cuarto, joder no recordaba el día que había dormido tan bien, estiró todas las extremidades disfrutando del silencioso sonido de... nada, absolutamente nada, ni coches rompiendo el carburador, ni demonios gritando ya sea de placer o espanto, ni nada, tal vez se podría acostumbrar a esto, sin prisas se levanto posando su vista primero en el abundante desayuno y luego en los demás nuevos implementos, para finalmente fijarse en el papel pegado a la ventana.
"Vendré a la hora del almuerzo, como siempre los primeros días son los más fáciles principalmente por el contrabando que meten todos los que ingresan aquí, te sugiero lo raciones de buena manera ya que una vez se te acabe no tendrás más, no te preocupes porque iremos paso a paso pues todo proceso empieza así. Estaré conectada a tu sala tanto visual como audiblemente así que acepto sugerencias para el almuerzo.
P.D. Ya que estoy fuera también puedes pedirme implementos NECESARIOS que te hagan falta".
—¡¿Entonces cámaras eh?! ¡no pensé que tenias esos fetiches, anciana! ¡¿exactamente qué esperas ver con ellas?! —pregunta Ángel con una sonrisa.
—No es necesario que grites, niño —le responde Liv— puedo escucharte perfectamente.
—¿Entonces por qué la nota?, podrías habérmelo dicho como lo estás haciendo ahora —espero una respuesta pero esta no llegaba.
Ignorando eso, Ángel se dispuso a probar su desayuno primero y aunque estaba algo frío y no le gustaba el jugo de naranja, lo ingirió rápidamente, porque cuando hay días que no tienes que comer hasta un pan duro es bienvenido. Al terminar fue al baño en busca de algo con que limpiarse cuando de repente vuelve a escuchar a Liv.
—Servilletas, olvide las servilletas, y en cuanto a lo otro, habrá momentos en los que no podré responderte inmediatamente.
Ángel escuchó la respuesta atrasada mientras se lavaba las manos.
—Eran las siete y realmente te veías cansado, por eso decidí dejarte una nota.
—¿También tendré que madrugar cuando empiece a trabajar?
Otro silencio.
Decidió entonces revisar las cosas que Liv le había traído, cuando vio el gran paquete de la ropa se emocionó y empezó a desenvolverla, pero esa emoción fue desapareciendo en cuanto vio que eran un conjunto de pijamas de hospital, tres de color blanco con puntos amarillos, tres de color celeste y tres de color rosa, el paquete también contenía unos quince bóxers. 
—No gracias, prefiero mi ropa —las deja en la cama despectivamente.
Luego toma el control y empieza a apretar los botones al azar cuando de repente la pared al frente de su cama empieza a abrirse, revelando un televisor.
—Esto esta mejor —empieza a buscar canal tras canal, feliz de que aparezcan más y más mientras avanzaba.
Eran casi medio día cuando se encontraba nuevamente hablando por teléfono con Merrypit, algo de como había aparecido una pista falsa y que ella ya se había encargado del que la había plantado, no se había ilusionado como antes, cuando le decían que habían encontrado algo, y no lo haría hasta que estuviesen frente a frente, ya había pasado por eso por lo que no esperaba mucho realmente. Colgando el teléfono vio que Ángel seguía con su atención en el televisor encima de la cama aplastando las toallas y la ropa, como supuso no le habían gustado, vio la hora y se dio cuenta de que ya seria hora de comer así que rápidamente abrió un portal apareciendo en su cocina, dejo su arma al lado del refrigerador y su abrigo en una silla para ponerse manos a la obra.
Cuando encontró el canal adecuado y estaba a punto de sacar un poco de su droga vio que Liv se acercaba con una bandeja de comida.
—¿Estas de luto o algo así, anciana?, porque juraría que no te eh visto usar nada mas que negro en todo este tiempo —señala hacia la ropa de ella, quien llevaba un jersey negro de cuello alto y un pantalón y botas del mismo color.
—No lo estoy, niño, el color me agrada además de ser beneficioso para mi trabajo —abre una pequeña rendija en la puerta y Ángel se acerca para tomar la bandeja.
—¿Eso es pescado? ¡joder, ¿dónde consigues pescado en este lugar?! —exclama feliz tomando la bandeja con pescado, papas al horno, ensalada, una botella de agua, una manzana, cubiertos de plástico, y una servilleta.
—No es difícil de conseguir si sabes donde buscar.
—Pues debes enseñarme dónde lo consigues —se sienta en la mesa y empieza a comer animadamente.
—Lo are —le responde— espero no te importe quedarte solo nuevamente porque debo volver a salir. Ángel solo le muestra el pulgar arriba en respuesta mientras masticaba. 
Una vez que se encontraba satisfecho bebiendo de la botella de agua, se levanto y decidió tomar el baño que no había tomado ayer.
En otra parte Liv ya se encontraba dirigiéndose hacia su próximo encargo, no entendía la mecánica que había, le encargaban deshacerse de alguien para que luego otro tomará su lugar y después este último seria su siguiente víctima y así consecutivamente, siempre habría alguien que ansiaba tomar el lugar del otro, pero si eso le daba trabajo no tenia por que quejarse, ¿cierto? Cuando llegó al lugar indicado saco unos binoculares y busco el mejor lugar para poder disparar, claro que también podría entrar a lo loco y comenzar a matar a diestra y siniestra pero eso supondría..., encontró el mejor lugar y abriendo un portal apareció en la sala de un apartamento, los integrantes de éste se quedaron un momento pasmados, pero al recuperase se abalanzaron contra ella quien inmediatamente les disparo tranquilizantes con un arma silenciadora, luego tranco la puerta para luego dirigirse a la ventana comenzando a buscar a su objetivo con la mira.
Ángel estaba tomando lo que era probablemente el mejor de sus baños desde que llegó al infierno, no sabia que había bañeras que tenían dispensadores de shampoo y acondicionador, definitivamente estaba satisfecho con la decisión de ser sujeto de experimento, aunque sentía por momentos ese miedo y ansiedad al recordar la cantidad de droga que tenia, estaba tomando el consejo de la anciana de racionarlo pero se acabaría en cualquier momento ¿y luego qué?, trato de no pensar mucho en eso y siguió disfrutando de su baño, hasta que decidió que ya era momento de salir, se envolvió una toalla a su cuerpo y fue secando su cabello, al abrir la puerta se dio cuenta que el olor a pescado había desaparecido casi por completo, fue ahí que empezó a ver más detalladamente su habitación y vio las rendijas, casi invisibles por el color blanco, que se encontraban en cada esquina del techo, también noto una especie de tubo que sobresalía un poco de una de las paredes, extraño modo de ventilación, pensó. Optó por probarse la ropa pues no tenia opción, aunque se dijo que no la usaría permanentemente, al ponerse el conjunto de color rosa se sorprendió de lo suave y liviana que se sentía al tacto, no era para nada una tela delgada que te hacia sentir frío, ni una tela demasiado gruesa que te hacia sentir calor, el único problema que noto era que la pieza de abajo no era lo suficientemente grande como para llegarle a cubrir sus pies.
—Creí que habías tomado bien las medidas —se queja mientras tira de los dobladillos en un intento por estirarlo un poco.
—Tome las medidas correctas, ¿qué tiene de malo?
—Que no me cubre los putos pies.
—¿No te gustan tus pies?, yo no les veo nada de malo, deberías estar agradecido por tenerlas ya que...
—Guárdate tu sermón ¿quieres?, siempre habrá algo que no te guste de tu cuerpo.
Liv no podía discutir sobre eso, ella misma tenia algo que odiaba de su cuerpo así que decidió mejor buscar una solución, envió un mensaje a sus confeccionistas para otro pedido con las medidas de Ángel y nuevamente se puso en camino hacia su otra misión.
Aparte del gran inconveniente que tenia la ropa no le encontró otras fallas, vio las demás y resultó que la única entera eran las de color azul, aún usando la pijama decidió desempacar y acomodar sus nuevas cosas mientras sacaba un poco de su droga para fumarla mientras veía en la televisión un programa de cocina, de pronto el programa cambio a un anuncio de se busca, ¿así que también había puesto anuncios en la televisión?, eso le hiso pensar que definitivamente ese tal Jensen se estaba escondiendo.
Su pedido había estado listo en tres horas, sus confeccionistas estaban  acostumbrados a que una vez echo un pedido, a aparte de la ropa que ella usaba, era para otro demonio que se quedaría por un tiempo con ella, por lo que ya tenía previsto todos los materiales que pudiera requerir, Liv les pagaba bien y lo justo además de que no se atrevería a cobrarles ni un centavo más después de presenciar uno de los muchos desastres que había ocasionado y el cual estuvo a punto de destruir su negocio.
—Siento mucho la tardanza, niño —le dijo Liv mientras le pasaba una bandeja con un plato de farikal y un vaso de agua por la rendija. Se retraso llegando a las siete esta vez.
—Pensé que habías muerto, anciana —toma la bandeja de comida observando curioso el extraño platillo— eso puede llegar a pasar y en ese caso no quisiera quedarme encerrado en este lugar y morir de hambre —pone la bandeja en la mesa.
—Tranquilo, ya esta previsto todo en caso de que eso pase —le pasa un paquete— además de ser cómodos los cubrirá perfectamente.
Ángel lo desenvuelve y sonríe satisfecho, toma un par y se los coloca inmediatamente -¿que tal me veo?- levanta una de sus piernas, mostrando las pantuflas afelpadas blancas con pequeños corazones rosas.
Como un paciente de hospital psiquiátrico pensó Liv, pero optó por decirle que se veía bien. Una vez que Ángel le entregó toda su ropa, fue a cenar y a descansar un poco antes de prepararse para su nueva misión, sí, algunos de sus clientes querían que cierto individuo muriera a una hora específica, lo cual la molestaba bastante porque, muerte era muerte ¿no?, ¿quién manda a asesinar a alguien específicamente a las tres de la mañana?

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Farikal: Plato típico de Noruega. Este plato es consumido principalmente a principios del Otoño.

¿Qué pasaría si...?[RadioDust]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora