Capítulo 8. Y ASÍ, LLEGAMOS AQUÍ

22 1 0
                                    

Tiempo después.

Liv se encontraba en la cocina preparando la cena mientras en su tocadiscos sonaba la canción My generation de The Who, cuando de repente su celular empieza a sonar, rápidamente se dirige hacia la ventana buscando un buen lugar con la mirada, al encontrarlo abre un portal justo a tiempo para ver como Ángel sale de éste junto con una ola de líquido verde fangoso.
—¡Ugh, mierda, anciana la próxima vez no mas jodidos pantanos! —se queja entrando a la cocina mientras se limpiaba la cara y el cabello— eran mis mejores botas —las observa molesto.
Ella no veía el problema, tenia como treinta pares idénticos de esas botas, además de que el se había ofrecido para ese encargo —¿Lo tienes? —pregunta ignorando como Ángel seguía sacudiéndose los restos de fango ensuciado todo a su alrededor.
—No estaría aquí de no ser así ¿no?, ten —le responde orgulloso mientras le entrega una pequeña bolsa completamente sucia.
Liv, limpia la bolsa antes transparente y saca el objeto inspeccionándolo detenidamente, luego teclea algo en su celular sacándole una foto.
—¿Satisfecha?, voy a darme un baño —sube las escaleras con pasos pesados dejando manchas a su paso.
—¡Quítate las botas! —le grita regañándolo, a lo Ángel obedece de mala gana, llega a su habitación y observa a Fat Nuggets durmiendo tranquilo en su cama, se dirige al baño dejando sus botas en una esquina, se quita la sudadera con capucha, la falda corta y ropa interior para finalmente meterse a la ducha y disfrutar del agua caliente, joder, estaba agotado, la anciana si que sabia como explotarlo, ansiaba tanto que llegara su descanso para poder ir a divertirse con Cherry, aunque no tendría porque quejarse, vivía bastante bien considerando que se encontraba en el infierno, al principio había sido un tanto difícil adecuarse a las exigencias de la otra, pero al igual que como en su rehabilitación solo era cuestión de voluntad y costumbre, hábitos que, a la fuerza, había ido adquiriendo y gracias a ello había dejado su problema de adicción, aunque ella seguía vigilándolo para asegurarse de que no vuelva a caer.
Liv terminaba de preparar la cena cuando le llega un mensaje a su celular, leyéndolo toma el objeto que había traído el otro, sale afuera alejándose unos cuantos metros de la cabaña y abre un portal para luego dar el artefacto a alguien, al volver observa las manchas que había dejado el otro y empieza a limpiarlas, tenia que volver a salir para seguir con su búsqueda. Gracias a que Ángel se había encargado de la mayor parte de su trabajo, logro recorrer gran parte de esa zona, solo esperaba que se encontrará por ahí por que si no era así ¿dónde más podía estar?, soltó un gran suspiro retirando de ella los pensamientos negativos que siempre la perseguían, no podía perder las esperanzas, tenia que seguir tenia que seguir, se decía a sí misma.
—¿Cuántos más para esta noche? —le pregunta mientras cenaban.
Ángel saca su celular tecleando rápidamente —Cuatro, el quinto puede esperar hasta mañana.
—¿Algún otro asunto?
—No, todos piden que desaparezcan y ya.
—Bien, descansa un poco hasta tu próxima encomienda, avísame cuando estés listo —se levanta de su lugar y después coge una botella de agua del refrigerador para luego salir de la cabaña. Antes, Ángel se había quejado de lo estúpido que era salir afuera en vez de abrir un portal directamente ahí, pero desde que atacaron ni bien hiso eso destruyendo parte de la casa por un capricho suyo, entendió por que Liv lo hacía y no se quejo más. Ni bien término de comer lavo rápidamente los platos y subió a su cuarto para tomar una merecida siesta, aún quedaban cuatro horas para su próxima tarea así que las aprovecharía, estaba a punto de meterse a la cama cuando su celular empieza a sonar.
—Hey, nena ¿qué cuentas? —la saluda alegremente.
—¡Cuánto tiempo, Angi! —le devuelve el saludo igual de feliz— ¿dónde estás...? —se escucha una pausa y de fondo una explosión— ¿te acuerdas del bar que se asentó cerca de mi territorio?, pues lo hice volar —le cuenta con emoción.
—¡No jodas ¿en serio?!
Se alista rápidamente poniéndose una de sus muchas sudaderas, normalmente se vestiría más llamativo para una ocasión así, pero como luego tenia que trabajar optó por eso, y siendo que casi todo el tiempo se encontraba trabajando su vestimenta consistía básicamente en sus típicas botas largas negras, una falda corta del mismo color y una sudadera de color opaco, definitivamente lo de la ultima prenda no había sido de su agrado, pero era necesario para ocultar su llamativo ser. Terminando de alistarse, hiso aparecer un estuche con su herramienta de trabajo, reviso que todo estuviera en orden, lo cerro y lo volvió a guardar, dio un gran beso a Fat Nuggets y se dispuso a llamar a Liv.
Se encontraba hablando con un tipo bastante molesto, no dejaba de insinuársele y sinceramente ya se estaba cansando, de pronto su celular suena y ella lo contesta inmediatamente.
—Dime —mientras escucha, sujeta con uno de sus tentáculos la mano que se acercaba a su espalda— si cumples con tus encargos no tendría porque ser problema, pero igual no te excedas —observa la imagen del lugar que le mando el otro y concentrándose, hace aparecer un portal para el.
Recordó el día que le dijo que tenía que marcharse, tuvieron una pelea bastante seria en esa ocasión. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 09, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Qué pasaría si...?[RadioDust]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora