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Marzo 1830

Londres

El pequeño Jacob cumplía dos meses exactos y los condes le habían organizado una fiesta en la casa de Londres para presentarlo en sociedad aprovechando que estaba empezando la temporada por lo que todos se encontraban en la ciudad, ellos deseaban que la aristocracia inglesa lo conociera, además que eso acallaría los rumores en torno a Thomas.


Mary camino junto a Diana, la niñera de su hijo quien llevaba a Jake en brazos, hasta la mesa de dulces.

-Todo se ve precioso, señora –dijo la mujer admirando la decoración. –me encantan este tipo de fiestas porque una es más espectacular que la otra.

-¿Has asistido a varias? –la joven negó con la cabeza.

-Las he visto de lejos –comentó –mi madre fue sirvienta de muchos nobles de la ciudad. –paso el peso del bebé de un brazo a otro –y yo la acompañe siempre.

-Hola, Condesa –Mary quien había estado a punto de responderle a Diana reconoció la femenina voz.

-Ava –abrió los brazos para rodearla con estos, su hermana mayor hizo lo mismo alrededor de su cuerpo –te extrañe muchísimo. –dijo demasiado alto.

-¿Y a mí no? –Mary volteo hacia la dirección de la nueva voz y observó a su hermana menor, Camille, quien cargaba en brazos a su pequeña niña que no tenía mucho tiempo más que Jacob.

-Claro que sí –se acercó dando largos pasos –las he extrañado a todas –observó a la pequeña Eloise con una sonrisa –es hermosa.

-Tía, tía –la hija mayor de Ava abrazo sus piernas y su hermana menor hizo lo mismo, aunque no era muy normal que los niños fueran a las fiestas, Mary había insistido que los llevaran. 

-¿Van a venir Ester y Kate? –preguntó mientras acariciaba el cabello de sus sobrinas.

-Kate está embarazada otra vez –comentó Camille. – y Ester está de visita en casa de la familia de su esposo en Escocia.

-Pero Florence está aquí –dijo Ava entusiasmada –quiero conocer al pequeño Jacob. –Diana le entregó a su hijo a la Condesa.

-Es precioso –comentó Camille observándolo.

-Mi padre está tan emocionado –Ava estiró una mano para acariciar la delicada mejilla del pequeño –tiene tus ojos.

-¿Cómo está tu bebé? –preguntó observando a la duquesa.

-Perfecta, aunque dormida la niñera la traerá apenas despierte –dijo sonriendo –lo único bueno que me ha dado Felipe son a mis hijas.

-¿Aun tienen problemas? –preguntó haciendo que la contraría asintiera con la cabeza.

-Mi último parto fue muy difícil –comentó –el medico recomendó que no lo intentará otra vez –Mary entendía perfectamente lo que eso significaba, el Duque no tendría un heredero –no me habla o toca desde entonces.

-Oh Ava –comentó Camille pero esta negó con la cabeza y se acercó más a sus hermanas como si le fuera a contar un gran secreto

-Hace tres meses llegó un nuevo jardinero –comentó susurrando muy bajo –y es la primera vez que estoy disfrutando de esa casa. –Mary abrió la boca con sorpresa.

-Quiero conocer a mi nieto –La castaña se separó de sus hermanas cuando escucho la voz de su padre quien caminaba directamente hacia ellas en compañía de Florence, la hermana menor de las Brown, y de Harry Jones, el último buscó inmediatamente los ojos de Mary demostrando por su mirada que estaba furioso con ella. Las hijas mayores de Ava corrieron y abrazaron a su abuelo.

El Tormento de Mary BrownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora