3 semanas fueron necesarias antes de que saliera del hospital... 3 semanas después del incidente, ya estoy
como nuevo y afortunadamente la fea cicatriz apenas se nota. ¡Gracias doctores! ¡Gracias Danna! ¡Muchas
gracias! Ahora me encontraba caminando por la calle de vuelta al instituto.
Entré un poco inseguro, estaba algo nervioso pero afortunadamente tenía todo bajo control. La gente me
volteó a ver inmediatamente. Todo se quedó en silencio y la gente clavó la vista en mí como si estuviesen
viendo a un fantasma. Comencé a caminar bastante incómodo y oía a la gente susurrar cosas, se abrían y
me observaban
"¿Qué demonios les sucede?"
"Es una excelente pregunta"
"¿No vienes mal vestido?"
"O quizás solamente están impresionados por tu regreso"
"¿Por?"
"Las noticias..."
"Ah, claro"
Llegué a mi casillero. Lo abrí pero en 3 segundos lo volvieron a cerrar. Jin estaba apoyado viéndome con
una radiante sonrisa. Lo voltee a ver de mala manera.
—Miren quién decidió aparecer —Jin sonrió
Por su aliento parecía estar comiendo chicle, al verlo masticar confirmé mi teoría
— Me extrañaste mucho ¿verdad? —Sonreí— Extrañabas al hijo de puta que te dejaba callado.
Jin seguía sonriente. El pasillo seguía en silencio y observando la escena, estaba comenzando a ser
aterrador. Jin acarició mi cabello y lo enredó en sus dedos, hizo unos rulos y lo soltó riendo. Lo observé
confundido... y asustado.
— Parece que no estás en tan mal estado —Jin infló el chicle y acto seguido lo reventó— Creo que nos
interesaría saber cómo demonios escapaste de él
— ¿Él? —Pregunté levantando una ceja
— Dijiste en las noticias que te robaron y te hirieron gravemente —Jin tornó su sonrisa un poco más
maniaca— Y luego el ratero salió corriendo debido a un ruido. Casualmente una víctima del Suga estaba a
metros de ti.
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La gente comenzó a susurrar y se acercaron. Me sentí invadido, todos me veían
— Eso pasó —Dije— Además, no sabemos si fue él
En un imprevisto Jin levantó mi camisa y la fea cicatriz quedó a la luz, ahogué un grito y me volví a tapar.
Lo observé furioso.
— ¿QUÉ TE SUCEDE? —Espeté
— ¿Que qué me sucede? —Jin me observó furioso— Que eres un mentiroso.
— ¿QUÉ? —Solté
— Esa historia del robo no me la trago —Jin sonrió con maldad pura— Esa cicatriz querido... —La
señaló— Te la hizo Suga
La gente comenzó a ahogar gritos, otros susurraban, otros comenzaron a gritar
— ¿Eso cree tu padre? —Pregunté
— Y muchos otros —Jin se cruzó de brazos— Llegamos a creer que estás mintiendo para salvarle el