Una pequeña que solo tenía el único deseo de disfrutar del ballet, pero al ir creciendo su madre tenia otros planes para ella, volviéndola tímida y temerosa por sus malos tratos, olvidando por completo ese sentimiento que todos necesitamos llamado "...
¿No les pasa que van caminando junto con alguien que camina más rápido que tu, y solo tratas de seguirle el paso y es casi imposible?
Así me siento justo ahora
Aun con esfuerzo trataba de seguirle el paso a Ian pero estoy en desventaja, ya que él es más alto, no se si es normal que camine así o solo está emocionado, sin embargo no le comento nada ya que no quiero borrar esa linda sonrisa que tiene..
Llegamos aun lugar muy amplio donde había pequeños cambiadores, había más babys y maestros dentro y justo todos voltearon a vernos en cuanto entramos, por lo que sentí volverme tímida, pero igual me adentré gracias a la mano de Ian que aun me sostenía en todo momento..
—Plimero cambialnos- dijo Ian soltando mi mano poniendo su mochila en un barquito, para después mirarme interrogante, pero me doy cuanta que no me miraba a mi cuando siento unos toques en mi hombro que me hacen voltear, encontrándome con una maestra que no había visto antes pero tiene el uniforme como los demás..
—Hola corazón - dice la chica agachándose a mi altura - ¿Necesitas ayuda para cambiarte?- me pregunta como si estuviera acostumbrada a cambiar a todos, pero de solo pensar que alguien desconocido me cambie trago grueso y rápidamente niego mientras doy pequeños pasos hacia atrás hasta quedar a lado de Ian para tomar de nuevo su mano- No tienes por qué tener miedo cariño, solo te ayudaré - me dice amable y me reprendo mentalmente por actuar así frente a una señorita amable..
—Uhh si, g-gracias p-pero yo solita- le digo regalándole una sonrisa así quizás deje de insistir..
—Está bien corazón, llámame si necesitas ayuda en algo- me dice mientras acaricia un poco mi cabeza y va con otro baby..
Cuando se fue Ian rápido me llevo hasta un cambiador y me metió..
—Yo alado del tuyo Vilu! - me grita desde afuera del cambiador haciéndome reír..
—Está bien- le contesto lo suficiente alto para que escuche aun sonriendo, aun que él no puede verme ni yo a él se que él también sonríe, y me dedico a sacar mi ropa de mi mochila..
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Al terminar de cambiarme y verme al espejo que está delante de mi, pongo atención a pequeños detalles de mi que en realidad no había notado, pues son detalles tan pequeños, como que mis amigas llamadas ojeras ya no estaban más, mi cara tiene más color y brillo, después bajo mi vista a mi cuerpo encontrándome con una pequeña barrigita, estoy segura que eso no estaba ahí antes...
Aquí es donde pienso por que madre siempre dijo que era mejor estar delgada como una muñeca pero cuando lo estaba no era feliz, en cambio no se desde cuando tengo esta barrigita y e estado mejor que nunca...
